Arlenis Sierra: Maestría deportiva al ritmo de sus bielas
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Arlenis Sierra (7 de diciembre de 1992) es una ciclista que no deja de crecer y sorprendernos con sus rendimientos. Quizás una de las pocas asignaturas pendientes para la manzanillera de 1.63 metros y 57 kilogramos, sea el eliminar el pre-arranque a la hora de ser entrevistada.
Con el horizonte olímpico de Tokio 2020 en la mira, la número 16 del ranking Mundial-977 femenino de ruta, dominado por la fuera de serie holandesa de tan solo 20 años Lorena Wiebes (2 259.33 rayas), culminó una temporada de ensueño como referente del Astana Women´s Team.
Sobre su año competitivo y la planificación para encarar estos cruciales meses previos a la magna cita nipona, la seleccionada mejor deportista de Cuba entre los que se acogen a contratos, dialogó con CubaSí:
Otra temporada como referente del Astaná y plagada de éxitos. ¿Cómo evalúas el periodo entre los Panamericanos de Lima y el Mundial?
“Los Juegos Panamericanos creo que es uno de los eventos más importantes que tiene Cuba después de los Olímpicos. La participación en la pista no fue del todo satisfactoria, pero tampoco estoy insatisfecha. Era la primera vez que corría el Omnium y al principio pensé que no alcanzaría resultado alguno. En los dos últimos levanté para poder en definitiva colgarme el bronce.
En la contrarreloj tuve un percance con la bicicleta, algo que es común y parte del deporte. En la ruta todo salió bien, Fui el punto de mira de la carrera y eso le añadió presión y dificultad. Al no tener el nivel de las carreras que suelo correr en Europa, la tornó un tanto monótona, pero a la vez debí estar más pendiente a lo que pudiera suceder con las rivales.
Luego llegué a mi segundo Mundial de ruta y lo enfrenté sola. Mucha exigencia y complicación pues, por ejemplo, las holandesas llevaron siete corredoras del total de 152 féminas de 49 naciones inscritas. Son atletas muy fuertes, el circuito es más moldeable a sus características y las europeas lo conocen mejor.
Todo eso lo hizo más complicado para mí, pero estoy muy contenta con este resultado. Pensaba obtener una mejor posición, pero creo que el lugar 12 no es malo, además de obtener la clasificación para los Juegos Olímpicos.
De hecho, en Tokio será compleja la ruta, pero a la vez menos estresante dado que serán solo 67 corredoras y las decisiones son menos arriesgadas. El trazado será similar al de Río de Janeiro, más difícil que lo normal y se definirá casi al final, pues hay una subida cercana a los nueve kilómetros”.
A propósito, Tokio será el segundo examen bajo los cinco aros para Arlenis, quien en Rio de Janeiro 2016 con 23 abriles finalizó en el puesto 28 de una prueba dominada por la holandesa Anna van der Breggen (3:51:27 horas). En la nación asiática rodarán con una cuarteta de corredoras Australia, Alemania, Italia, Holanda y Estados Unidos.
¿Cómo iniciarás la preparación en 2020?
“Ahora en enero pasaré todo el mes en Australia, para disputar hasta el 6 de febrero el circuito australiano de ruta. De ahí me regreso a Italia para disputar la vuelta a Valencia, en España, tras lo cual regresaría por un espacio de tiempo breve a Cuba.
Luego, estaría incursionando en las paradas de Copa del Mundo que se celebran en Italia, Bélgica y Holanda, antes de regresar a Cuba para ultimar detalles de la preparación.
Una ruta competitiva más intensa que la del año 2019, pues entonces casi tenía un mes entre un evento y otro. En mayo retornaré al Tour estadounidense de California”.
¿Cuánto te ha aportado en todos los sentidos el estar tres años acogida a la contratación en el Club Astaná siendo referente del mismo?
“Creo que tener esta oportunidad en un equipo europeo y el enfrentamiento con todas estas ruteras de la élite hace que uno cambie tanto la mentalidad como la experiencia encima de la bicicleta. Lo contemplas todo, desde la alimentación hasta qué hacer en una carrera, antes de esta, como trazar tu sistema de entrenamiento… son dos niveles distintos cuando uno se encuentra en Latinoamérica y luego en Europa.
Lo percibes a la hora de correr, a pesar de que la presión aumenta cuando vienes de Europa a correr un certamen de América, porque genera presión adicional el hecho de que te vean como una pedalista superior, además del compromiso individual que encierra para una”.
¿Te consideras disciplinada, consecuente con el régimen y la planificación?
“Sí, disciplinada como para el entrenamiento, antes no lo era mucho, ahora sí. Con los años la experiencia te da eso también. A veces cuando no tienes todos tus objetivos bien claros, sucede eso. Cuando pones todo eso en la balanza, te hace ser más consciente y entregarte al máximo”.
¿Te sientes correspondida y complementada para llevar todo en orden en el Club y en la vida?
“Sí, en ese sentido hasta ahora no tengo ningún problema de otra índole. Con mi familia, que me ha brindado un apoyo incondicional todo está bien, mis amistades me admiran. Son cosas que no debieran influir en la carrera de un atleta profesional, aunque siempre lo hacen.
En el equipo igual, sé que tengo el mejor equipo, lo digo en materia de calidad humana, más allá de su nivel competitivo. Cualquier problema tratamos de solucionarlo de conjunto… Eso es muy importante.
Respecto al liderazgo no hay ningún problema. Hoy trabajan para mí, pero el día de mañana pudiera hacerlo yo para la que asuma esa condición en el futuro sin problemas.
Definitivamente el 2019 fue un año bueno, quizás no con los mismos resultados desde el punto de vista cuantitativo que tuve las temporadas precedentes, pero sí buenos, especialmente en las carreras en las que no había incursionado antes. Tener visión global es muy importante y de gran valía para cuando te subes luego en la bicicleta”.
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