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Estimado Abel:<br />Ser juez y parte no es fácil. Durante muchos años fue ud. el Ministro de Cultura de este país. Me consta que siempre ha sido una preocupación suya y en su mejor ánimo revertir lo que hoy estamos viendo, pero las instituciones culturales, de las cuales Ud. fue el máximo responsable durante un buen período de tiempo, han hecho con la "política cultural" lo que les ha venido en gana (con dignas excepciones) Es cierto que otras se salen de su campo de acción, ahora como asesor del Presidente de los consejos de Estado y de Ministros, tal vez le hagan caso, el ICRT, el MINTUR, las agencias cubanas comercializadoras como ARTEX. <br />El control de la tan famosa "política cultural" hoy no existe. Por patrones economicistas hoy se promueve lo más banal y supérfluo, unido a la corrupción que existe en todo el sistema de la cultura y que no es secreto para nadie.<br />¡Cuidado con los extremos! La diversidad tiene que existir y no podemos cerrarnos al mundo. Es indispensable "invertir" en los productos culturales genuinos. Los que "más tienen" no pueden imponer el gusto ni el consumo del producto cultural en los diversos espacios y lamentablemente se programa aquello que "más venda" en detrimento de lo que "más vale".<br />¿Quién le pone el cascabel al gato?