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Estimado Jesús,<br /><br />Escribo desde Cayo Hueso, barrio centrohabanero que honra al apóstol. Milito en el Partido Comunista de Cuba y ejerzo mi derecho ciudadano a expresarme. En mis opiniones no afirmo que en Cuba hay una oleada de crímenes de odio. En eso coincido con Yuris Nórido, pero no se puede ser absoluto en negar que no ocurre. Sobre el tema hay mucho desconocimiento y silencio. El silencio de su jefe sobre su orientación sexual es un derecho, que por cierto, lo mantiene a usted complacido y contento porque él no muestra su homosexualidad al no contar con el privilegio que tienen los heterosexuales en todos los ámbitos públicos. Si esa es la izquierda y la manera de ser revolucionario que usted defiende da mucho que desear, porque a mi me ensañaron que un verdadero revolucionario cree en la justicia y en la igualdad.<br />Quiero un país mejor, con una transición al socialismo democrática y con diversidad de opiniones, como ha dicho reiteradamente nuestro presidente. El viejo estilo estalinista de acallar a los que piensan diferente ha costado muy caro al pensamiento de izquierda y a nuestra propia historia.