USA a lo Trump: Donde predomina el odio
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En la imagen, el terrorista que atentó contra la embajada de Cuba en Washington alentado por el discurso de odio del gobierno de EEUU
La más reciente intervención del canciller cubano, Bruno Parrilla, sobre el atentado a nuestra embajada en Washington por un emigrado cubano revela a las claras a donde conduce el odio que patrocina la actual administración norteamericana contra Cuba y a todo lo que le huela a peligro para el sistema de capitalismo salvaje del Imperio.
No por algo conocido deja de alarmar las peroratas furibundas del actual gobierno estadounidense, encabezado por Trump, en el que descuellan sus aventajados discípulos –¿maestros?- en Miami, implicados seguramente en la acción terrorista contra la delegación diplomática y su clara intención de asesinar.
Como una enfermedad -peor que el coronavirus por él descuidado-, el trumpismo toca a muchas puertas en Estados Unidos y, lamentablemente, encuentra eco, como lo demuestran los cada vez más numerosos grupos supremacistas blancos que se adhieren al actual mandatario y amenazan con una ola de sangre, si éste no es reelegido en las elecciones de noviembre venidero.
A ello se suman los numerosos actos de abusos con todo tipo de instrumentos, desde vehículos que atropellan y martillazos que laceran a seres humanos inocentes, pasando por las legales armas de fuego de todo tipo, por el solo hecho de ser negros, mexicanos o descendientes de chinos o de minorías a las que el establishment deja a un lado, por considerarlas inferiores.
Y ese es el país de la democracia, en la que no tienen eco aquellas palabras de Libertad, Igualdad y Fraternidad abanderadas hace más de 200 años por la Revolución Francesa.
Toda esta inquina tiene una base y excusa para ser exacerbada en el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York en el 2001, en la que Estados Unidos aprovechó el momento para emprender guerras hegemónicas en el Medio Oriente, que a la larga coadyuvaron a la crisis financiera mundial.
En aquella ocasión, nuestro Comandante en Jefe declaró que el fenómeno del terrorismo solo se resolvería poniendo fin al terrorismo de Estado y con una política de paz en el mundo, y subrayó que no existe poder global, tecnológico o militar que pueda garantizar impunidad contra tales hechos, difíciles de descubrir y realizados por gente suicida.
Vaticinó días difíciles para el mundo, y así ha sido, porque EE.UU., nunca tuvo intención de actuar con serenidad y se dejó arrastrar por la ira y el odio, lanzando bombas por doquier.
“Búsquese la paz en todas partes para proteger a todos los pueblos contra esa plaga del terrorismo, que es tan solo una de las plagas”, significó Fidel, y entre las otras muchas mencionó el SIDA, el hambre, las enfermedades, la pobreza y la falta de medicamentos, que matan a decenas de millones de personas, como también ha quedado demostrado en la actual pandemia de la COVID-19, que Estados Unidos encabeza en número de infestados y muertes, por falta de previsión, atención y política demorada y equivocada de su actual presidente.
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Carlos de New York City
Anónimo
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