Poco a poco, vuelve Brasil
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Fotografía tomada de Internet
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva parece despuntar en Brasil, y propone un cambio de panorama al retomar su proyecto social tal y como le caracterizó antes y prometió durante su campaña a la presidencia a finales de 2022.
De acuerdo con analistas políticos, el escenario se vislumbra distinto después de un inicio de año convulso que remarcó el rechazo de grupos de extrema derecha, a través de seguidores radicales de su antecesor Jair Bolsonaro cuando, en enero, intentaron apoderarse por asalto de los tres poderes: el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal, y el Palacio del Planalto, donde se ubica el Poder Ejecutivo en la ciudad de Brasilia, embelesados por discursos de odio y llamados a tomar acciones terroristas sin pensar en consecuencias.
Es la tercera vez que Lula se encarga de la administración del gigante suramericano, cuenta con experiencia, las artimañas, sabe cómo organizar y dónde enfocar su desempeño porque conoce perfectamente qué necesita su pueblo, cuáles son sus inquietudes y necesidades.
No solo en su discurso, también en su accionar, Lula se preocupa por restaurar lo resquebrajado durante los años anteriores, por eso se asegura de atender el tema social y los servicios fundamentales como salud, educación y vivienda. También presta atención a los recursos naturales y a las comunidades ancestrales, de fuerte presencia en Brasil. Para Lula cuentan todos, especialmente los sectores vulnerables, los marginados, a quienes anteriormente ya había dado voto y participación, y de repente quedaron sin amparo.
En primer lugar, ante el tema social que parece ser el número uno en la agenda, su punta de lanza, Lula intenta identificar cuáles son las principales causas de la pobreza en estos tiempos, así como de las familias disfuncionales, el desempleo y otros males afines. No son nuevos, pero para ello no solo investiga sino también se apoya de estrategias que ayudan a solventar la crisis, aunque será un proceso lento. Sabe que la constancia es la clave y que lo más importante es el acceso a las oportunidades.
Además de preocuparse por la justicia social, Lula trabaja por mejorar la economía, y presta especial interés a los medios de comunicación, las relaciones internacionales, al fortalecimiento de la región, y para ello se hace acompañar de un ejecutivo elegido cuidadosamente para que el gobierno funcione como un sistema. También le importa limpiar la lacra institucional radicada en sectores públicos con clara relación con el llamado terrorismo bolsonarista y fascista manifestado a principios de año, y para eso fue creada una Comisión Parlamentaria Mixta de Investigación.
Sin embargo, la reconstrucción de la sociedad brasileña no será de la noche a la mañana, pues del periodo anterior heredó caos en casi todos los sectores y tal situación genera suspicacia y descontento en la ciudadanía que necesita ver resultados, sobre todo palpables en su calidad de vida.
Por lo pronto, de vuelta la democracia vemos a un presidente, que además de carismático y popular, no descansa y sortea presiones internas y externas. Muchos son los desafíos, los retos, los obstáculos, pero son más las voluntades y los proyectos planteados por la presidencia de Brasil, de la mano de Luiz Inácio Lula da Silva.
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