¿Petro peligroso?: Sí, para “Bendecido”, geófagos y uribistas

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acaba de combinar los esfuerzos de sus agentes policiales con los del Departamento Antidrogas de Estados Unidos -que al fin asumió un honroso papel- para detener hace unas horas al mafioso Ricardo Orozco Baeza, apodado  “Bendecido”, controlador del 80% del contrabando en Colombia, y a sus principales cómplices.

Según la Fiscalía General de la Nación, alias "El Bendecido" no actuaba solo, sino que contaba con la complicidad de particulares y funcionarios públicos que facilitaban sus operaciones ilegales en diferentes partes del país. Las autoridades continúan trabajando para desarticular por completo esta red criminal y llevar ante la justicia a todos sus integrantes.

Diferentes medios afirman que la comunidad espera que Baeza enfrente cargos por concierto para delinquir agravado y cohecho, además de ser señalado como el principal responsable del contrabando a gran escala en Colombia. Esta captura representa un duro golpe para el crimen organizado y envía un mensaje claro de que las autoridades están comprometidas en la lucha contra actividades ilegales que afectan la seguridad y el bienestar de los colombianos.

Así, el mandatario responde a elementos reaccionarios de todo tipo que llaman a detener sus esfuerzos para sanear al país, eliminar la violencia y hacer que el gobierno juegue su papel de benefactor y no esquilmador del pueblo.

En este contexto, el uribismo y sus seguidores han saludado el segundo año de mandato de Petro con marchas y concentraciones de rechazo a sus inéditas conversaciones con diversos grupos guerrilleros y sus esfuerzos para que se cumpla el Acuerdo de Paz logrado hace algunos años en La Habana y siempre burlado por la anterior gobernanza.

Las diatribas contra el Presidente aumentaron con la puesta en práctica de una reforma agraria en la que por el momento se entregarán 681 000 hectáreas de tierra a 12 000 campesinos, indígenas y comunidades afrodescendientes. Asimismo, fue designado Gerardo Vega como director de la Agencia Nacional de Tierras, quien considera que para frenar las invasiones hay que dialogar y buscar acuerdos, y estima que “el 50% de los asesinatos de líderes sociales están asociados a la tierra”.

Todavía habrá que asumir el mejor método para lograr la liberación a favor del Estado de las tierras cultivables controladas por unas 39 empresas extranjeras.

El diario El Espectador encontró varias de las firmas propietarias de 1,5 millones de hectáreas, lo cual fue confirmado posteriormente por el Ministerio de Agricultura al Congreso, advirtiendo que eso “pone en riesgo la soberanía nacional”.

No es nada festinado, porque, por ejemplo, inversores italianos dejaron sin vivienda a los locales, para arrendar a turistas; alemanes e israelíes compiten en compra de tierras e inmuebles a otros foráneos etcéteras, por lo cual dirán en cualquier momento que estos son territorios de su país de origen.

Y es que el 80% de las tierras en Colombia están en manos del 5% de propietarios.

Recordemos la "toma pacífica" de la secta llamada los menonitas, que han colonizado parte del Vichada, Guaviare, tumbando monte y talando bosques, contaminando ríos, quebradas y despojando de su cultura y tierras a las comunidades indígenas. 

Gracias a estas comunidades indígenas se ha podido preservar y conservar estas selvas y ríos. Una visión muy diferente al mercantilismo y destrucción de la mal llamada civilización.

CONGRESO LIPIDIOSO

Contra viento y marea, estando en minoría su algo dividido Pacto Histórico en el Congreso, el mandatario ha podido sacar adelante algunas pocas, pero importantes reformas, como la ya vinculada al proceso agrario antes tratado, así como el permiso para buscar la paz mediante conversaciones con los distintos grupos insurgentes.

En este momento ha reunido a su equipo de trabajo para hacer algunas enmiendas que haga posible la aprobación de la reforma de la salud, que ya varios legisladores derechitos quieren archivar, como le hacían en Perú al  injustamente encarcelado presidente Pedro Castillo.

De todas maneras, algunos integrantes de las diferentes bancadas en el Congreso han hecho hasta lo imposible por evitar la aprobación de ciertos proyectos de ley. Pese a esto, subrayo, el Gobierno mantiene la esperanza y se la jugará nuevamente con algunos ajustes.

No olvidemos que, tras tres intensos meses de discusiones, se logró la aprobación de la reforma tributaria. Se trata del proyecto de recaudación más grande aprobado en los últimos años, pues busca la recaudación de 20 billones de pesos anuales. En el texto, se reglamentaron medidas como el cobro de impuestos a alimentos ultraprocesados, ampliación de la base gravable en la declaración de renta, la sobretasa a la extracción de carbón y petróleo y el endurecimiento de consecuencias a evasores de impuestos. Su aprobación trajo tranquilidad económica para la puesta en marcha del plan de gobierno.

Asimismo, fue aprobado el proyecto de ley que apoya el convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo, contra los casos de violencia y acoso laboral. En este se reconoce que “la violencia y el acoso en el mundo del trabajo pueden constituir una violación o un abuso de los derechos humanos, y que la violencia y el acoso son una amenaza para la igualdad de oportunidades, y son inaceptables e incompatibles con el trabajo decente”.

La iniciativa fue respaldada por congresistas, la ministra de trabajo Gloria Inés Ramírez, líderes de comunidades afro y jóvenes. Según estudios realizados por la OIT, las mujeres tienen el doble de probabilidades de ser víctimas de algún tipo de violencia en sus lugares de trabajo.

“El 76% de las mujeres trabajadoras en Colombia hemos sido víctimas de algún tipo de abuso o de violencia en el mundo laboral. Más del 46% ni siquiera se atreven a denunciar porque tienen miedo a perder sus trabajos. Así que es importante que haya disposición de medidas y acciones concretas, en el sector público y en el privado”, señaló la representante del Pacto Histórico María Fernanda Carrascal.

Pero aún siguen en litigio la ya mencionada reforma de salud, la pensional y la laboral, todas muy importantes para mejorar la calidad de vida de la inmensa mayoría de la población.

Claro que los medios derechistas, que son la mayoría, se encargan de desinformar al respecto.

La reforma a la salud fue la más explosiva, al tildarla de buscar la “estatización del sistema de salud”. A pesar de los altibajos, el Gobierno volverá a presentarla en el Congreso. Eso sí, están realizando grandes cambios para lograr convencer a las mayorías. El nuevo ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, está encargado de llevar adelante la necesaria reforma.

EL PELIGRO SE LLAMA… GUSTAVO

Para algunos rabiosos analistas de la actual política colombiana es agradable como la apuesta por “proteger” las instituciones lideradas por distintos sectores políticos e ideológicos de la reacción frente a “las amenazas generadas por un peligro llamado Gustavo”, parece, hasta ahora, haber servido para algo. 

Ellos consideran un triunfo que Petro no lograra que la candidata de su preferencia, Amelia Pérez, fuera escogida como Fiscal General de la Nación y en cambio tuvo que conformarse con que eligieran a Luz Adriana Camargo, “que se ha distanciado de los afectos del Presidente".

Además, aplauden que Petro lidiara con el hecho de que el martes pasado, en la Comisión séptima del Senado, la senadora del partido de la U, Norma Hurtado, firmara la ponencia de archivo a la reforma a la salud, quedando en el ambiente la sensación de estar en aparentes condiciones de tener los votos suficientes para hundir el cuestionado proyecto.

Una de sus detractoras, María Clara Posada, sale como abanderada de la derecha, al expresar que “Gustavo Petro en el poder sigue siendo un peligro para la institucionalidad colombiana. Su capacidad de crecerse en el conflicto y de victimización perpetua  son la fórmula magistral para generar un escenario favorable a sus intereses. Su apuesta por vulnerar la democracia está más viva que nunca”. 

En tal sentido, la tan bella como biliosa gerente de una millonaria empresa de venta de pijamas,  se dice alentada por la incapacidad de doblarle el brazo a quiénes, hasta ahora, les han servido de bastón.

“Nos enfrentamos entonces a un peligro con ínfulas mesiánicas llamado Gustavo. Un peligro latente, inmanente, persistente. Un peligro que no descansará en su objetivo de vulnerar cada uno de los límites constitucionales que le representen un obstáculo, hasta lograr su cometido que es controlar, tanto y de forma tan permanente como pueda, el poder en Colombia. Tal control no es al estilo chavista -en cabeza propia-, en esa lectura nos hemos equivocado. 

Su pretensión de control está mejor encarnada por el modelo kirchnerista, es decir: gobierna mi gente y en mis condiciones o hago de este país un lugar ingobernable”.

Para esta taimada defensora del “establishment uribista”, con la continuación del paramilitarismo, el asesinato de firmantes del hollado Acuerdo de Paz, líderes sociales y masacres de campesinos e indígenas, para preservar “su” democracia, la “estrategia” de Gustavo es:

“Herir la economía, debilitar la seguridad, implosionar el sistema de salud, hacer de la victimización internacional su modus vivendi, y la cereza del pastel: fortalecer de forma desmedida el empleo público para crear una masa de incautos dependientes estatales que incendien las calles y lo sostengan perpetuamente”.

Ante tanto odio y temor por perder las ventajas conseguidas a costa del pueblo, no hacen falta muchas palabras para defender el honesto intento actual para crear una nueva y necesaria Colombia.