Cuba y París 2024: Mijaín bien vale una misa (+ Infografía)

Es verdad, no se cumplió la meta, y pongámonos como nos pongamos quedamos por debajo de nuestras potencialidades.

Para cumplir el propósito trazado desde La Habana (al menos cuatro medallas de oro y un puesto entre los 20 primeros del medallero general) era imprescindible que no fallaran nuestras apuestas más fuertes, y tres de los cuatro títulos previstos no llegaron.

Ya abordamos el tema de los boxeadores (Julio César La Cruz y Arlen López), pero por suerte Erislandy Álvarez fue el eléctrico de la delegación y salvó el honor del Buque Insignia. 

El otro oro que se escapó se esperaba al cuello del luchador Luis Orta, pero quedó en bronce. Orta llegaba en excelente forma, pero cayó ante un contrario al cual le había ganado este año en torneo de Ranking Series, pero más con picardía que con destreza sobre el colchón.

El iraní tomó nota y fue tan concienzuda su preparación que solamente en su primer combate ante un argelino de nivel bastante bajo y contra el nuestro no aceptó puntos en contra, y vale decir que eso es bien complicado contra el capitalino.

Los análisis en los diferentes deportes se harán al regreso de la delegación, puede haber recambio generacional en algunas disciplinas, tanto de atletas como de entrenadores, pero es evidente que en este contexto el deporte cubano necesita mucho más apoyo, el que no siempre se le puede brindar en las condiciones económicas de nuestro país.

Pero por sobre todo se impone siempre algún coloso, y en este caso fueron sobre todo dos (sin demeritar al resto que, en el podio o no, lo dio todo en pos de la mejor actuación posible): Erislandy y el excepcional Mijaín López.

Sobre el púgil solo me queda agregar que nadie lo daba ni siquiera como integrante de la escuadra antillana, porque en su peso estaba nada menos que el multimedallista mundial y olímpico Lázaro Álvarez, pero vino picando piedras desde atrás, como se dice, y no paró hasta tumbar incluso al mejor exponente del equipo anfitrión, el único que lo había ganado todo en el actual ciclo olímpico, sumando todas las divisiones.

De Mijaín qué más se puede decir. Si la antigua Rodas tenía su coloso, en Herradura hay que poner algo similar a la entrada, para mantener viva la estampa del mejor gladiador de todos los tiempos.

No por gusto hasta el mismísimo presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Thomas Bach, insistió en llegarse a la Arena Campo de Marte para apreciar ese último combate que cerraba con broche de oro la brillantísima carrera del pinareño, y luego lo tuvo de invitado especial en la clausura.

Incluso si Cuba se hubiera ido en blanco en todo lo demás, Mijaín bien vale una misa, así de descomunal fue lo que logró.

LEER TAMBIÉN: 

Mijaín López: Con la bandera en el corazón

OPINIÓN: La Olimpiada de Cuba

Los Juegos Olímpicos de Mijaín López: París 2024