Perú en las calles

Varias semanas de protestas, y un ambiente caldeado, confirman que Perú se encuentra lejos de encontrar solución a su conflicto político. Los planes continúan, incluso con organización popular y agenda de acciones.

Medios locales refieren que, tras una breve pausa por las festividades de año nuevo, los peruanos retomarán las manifestaciones en masa en rechazo al Congreso de la República y a favor de una Asamblea Constituyente.

Para tan pronto como el 4 de enero, se orquesta una marcha multitudinaria hacia la ciudad capital, Lima, y desde entonces pretenden hacer una huelga indefinida con bloqueo de carreteras hasta lograr sus demandas. Sin embargo, otras zonas del territorio peruano se mantienen en alerta y refieren que no descansarán ni los días de celebraciones.

Los reclamos se mantienen desde inicios de este mes de diciembre: justicia para el expresidente Pedro Castillo, renuncia de su sucesora, Dina Boluarte, y convocatoria a elecciones generales para este año que comienza.

La víspera, Castillo negó los cargos que se le imputan por rebelión, conspiración, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública. Asimismo, aseguró que lo mantienen injustamente en prisión preventiva, y que todas las acciones ocurridas desde el siete de diciembre no son más que una patraña orquestada para desaparecerlo del mapa político peruano.

“Venganza política” le llamó a la medida carcelaria que hoy cumple. Hecho que responde a la cadena de sucesos que ha vivido desde el principio de su gestión presidencial. El Congreso de su país puso empeño en hacerle la labor más difícil cada vez, y ahora Castillo asume las consecuencias.

Recordemos que cuando el exmandatario de Perú intentó decretar disolver al Congreso y convocar a una Asamblea Constituyente, sin apoyo de las Fuerzas Armadas y su equipo, el poder parlamentario resolvió destituirlo, y en su lugar designar a Dina Boluarte, quien hasta entonces se desempeñaba como vicepresidenta. Casi inmediatamente Castillo fue arrestado y hoy se encuentra bajo prisión preventiva por 18 meses.

Desde entonces los peruanos se encuentran en las calles, mientras enfrentan la represión de la policía con un importante saldo de muertos, heridos y detenidos. También funcionarios del gobierno han presentado su renuncia, al tiempo que se vieron afectadas las relaciones diplomáticas con países como Argentina, Bolivia, Brasil y México.

El escenario actual en Perú no es fácil. Pareciera que vive una suerte de anarquía, y llama mucho la atención que se trata de un país que no levanta. Esta no es la primera crisis social y política que vive la nación andina, y muchos son los ejemplos, pero solo cito uno: Dina Boluarte es la séptima presidenta de ese país en seis años.