Pedro Guelmes en el desarrollo de las comunicaciones en Cuba

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Pedro Guelmes en el desarrollo de las comunicaciones en Cuba
Fecha de publicación: 
2 Diciembre 2023
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Este 30 de noviembre falleció en La Habana a la edad de 91 años, el comandante del Ejército Rebelde Pedro Guelmes González, quien desde muy joven se incorporó a la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista, primero en el Movimiento 26 de Julio en Camagüey y posteriormente en el II Frente Oriental Frank País. Se desempeñó como ministro de comunicaciones de 1973-1985.

Como homenaje, comparto fragmentos del testimonio que me ofreciera para un libro en preparación, donde expone vivencias de la etapa en que ejerció como titular del sector de las comunicaciones.
 
En diciembre de 1972 el General de Ejército, Raúl Castro, en presencia de Fidel y de Salvador Allende, presidente de Chile, me informó que se había decidido que asumiera como Ministro de Comunicaciones, en sustitución de Jesús Montané Oropesa, que pasaría a trabajar como ayudante del Comandante en Jefe.

De inmediato, Fidel me indicó avanzar en la ampliación de la recepción de la señal de televisión en el país, en el desarrollo de las comunicaciones postales, en la modernización y extensión del sistema de telecomunicaciones a las zonas rurales, llevar estos servicios hasta lugares que en el capitalismo no se hubiera ni siquiera soñado tenerlos, prueba de su preocupación e interés en el pueblo.

Fidel estuvo muy interesado desde el principio en la planeación, proyección y ejecución del proyecto del cable coaxial y avizoró las posibilidades de esta inversión en cuanto a seguridad y calidad de las comunicaciones del país. En noviembre de 1984, en ocasión del paso de un huracán por varias provincias, me preguntó: “¿Por qué en La Habana no puedo hablar por teléfono con nadie y con otras provincias sí puedo?” Le respondí: porque ya tenemos instalado el cable coaxial Comandante, y acto seguido me dijo: “que buena inversión se hizo”.

En la rendición de cuenta que realizó el Ministerio de Comunicaciones a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en diciembre de 1983, Fidel profundizó en la situación que tenía la telefonía en esos momentos, expresó que consideraba justa la ampliación de los servicios telefónicos y que tal vez una mayor ampliación de la red pública de teléfonos podía compensar en parte el hecho de que no pudiera tenerlo cada familia, que por lo menos en cada edificio multifamiliar que se construyera debía existir un teléfono o dos. Reiteró que había que ver dentro de la necesidad de comunicaciones cuánto se debía invertir.

Destacó que en otros países de América Latina las inversiones en el sector de las comunicaciones tenían un fin exclusivamente económico y se concentraban en las grandes ciudades, a diferencia de nuestro país que iban dirigidas también a resolver los problemas sociales, al desarrollo del campo.

Fidel fue muy exigente y practicó la crítica con mucha claridad ante las deficiencias, la falta de rigor y problemas subjetivos; pero al mismo tiempo con una modestia insuperable te daba aliento y sabía reconocer cuando había un resultado en el trabajo. 

Su amplia cultura política, general e integral más sus dotes como comunicador influyó en los cuadros que tuvimos la oportunidad de compartir con él múltiples batallas y complejas tareas. Nunca olvidaré las disertaciones de Fidel en las cancelaciones de sellos por conmemoración de hechos históricos y en las dedicadas a destacados combatientes y personalidades de la cultura.

A partir de 1982 tuve la posibilidad de tener varias conversaciones con Fidel acerca de la respuesta que en el orden tecnológico le podíamos dar a la transmisión de la mal llamada Radio Martí, que el gobierno yanqui venía preparando. 
Las preguntas e ideas del Comandante llovían, y así pudimos presentar una propuesta que él aprobó.

Se compraron nueve estaciones que tenían una potencia que oscilaban entre 10-150 kw y otros dos transmisores de gran potencia con sus respectivas antenas, que se instalaron en varias provincias del país para interferir la señal anticubana. 

Recuerdo que en agosto de 1982 los ingenieros del Ministerio de Comunicaciones me convencieron de probar uno de aquellos transmisores de 75 kw en la frecuencia de 1160 khz, ubicado en La Habana. Me dijeron, la transmisión solo va a durar 4 segundos ministro; pero en realidad duró 10 segundos y fue captada en Estados Unidos. 

Estas transmisiones se reflejaron en la prensa estadounidense, fueron calificadas como un “disparo de advertencia de Castro” y dieron lugar a un notable incremento del cabildeo por parte de los radiodifusores de ese país, para detener o modificar en alguna forma el proyecto de Radio Martí.

Al día siguiente Fidel me mandó a buscar, me hizo una crítica muy fuerte por no haber consultado esa transmisión, me dijo: “no lo hagas más”. Acto seguido me puso la mano en el hombro y agregó: “qué bien te salió”.

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