Mélenchon preocupa a Macron
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Pocos participantes en el inicio del voto de la primera vuelta de las elecciones legislativas, en una mesa de votación del distrio XV de Paris. 12 de juin 2022. © Frédéric Charpentier/RFI
Para este domingo 12 de junio está programada la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas, cuyo resultado final será dado a conocer en el balotaje del 19, y aunque las fuerzas derechistas que apoyan al gobierno de Enmanuel Macron confiaban que repetirían la victoria de las presidenciales, lo cierto es que el panorama se le puesto difícil al Ejecutivo, por el avance sostenido de una izquierda que le ayudó a reelegirse.
Estos comicios son una especie de “tercera vuelta” muy esperada por los derrotados de las elecciones presidenciales. Desde el domingo 24 de abril con la reelección de Emmanuel Macron, las elecciones legislativas han estado en boca de todo el mundo, y si hay doble vuelta es por su amplitud, porque se eligen a los representantes de la Asamblea Nacional de Francia (la cámara baja francesa), donde hay 577 diputados, uno por cada circunscripción.
Al igual que las elecciones presidenciales, las elecciones legislativas funcionan por un sistema de dos vueltas con mayoría de votos. Esto significa que solo se vota a una persona, y si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en la primera vuelta (con al menos el 25% de participación), se organiza una segunda vuelta. Estas dos elecciones tendrán lugar los días 12 y 19 de junio.
El objetivo de las elecciones legislativas es designar, repito, a los 577 diputados que formarán la Asamblea Nacional durante cinco años: 566 por circunscripciones de Francia y de ultramar, y 11 representantes de los franceses residentes en el extranjero (agrupados por zonas geográficas).
A diferencia de las elecciones presidenciales, puede haber más de dos finalistas. Todos los candidatos que hayan obtenido al menos el 12,5% de los votos del censo (lo que incluye tanto a quienes votan como a quienes se abstienen) pueden pasar a la segunda vuelta. Esto puede llevar a finales entre tres o incluso cuatro candidatos.
Recordemos que, en la primera vuelta de las presidenciales, el líder de la izquierdista Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, quedó en tercer lugar de la votación, superado por Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, debido a la falta de unidad de las fuerzas progresistas.
Si hubiera existido tal unidad, Mélenchon debió haber competido con Macron en la segunda vuelta, con alguna posibilidad, pero no fue hasta ahora que se ha coincidido en lograrlo, dando una posibilidad de llevar a Mélenchon al premierato, algo que ha preocupado a Macron, quien, según algunos allegados, preferiría hasta a cualquier oponente ultraderechista en su lugar.
Mélenchon, quien se ha mostrado en su programa de política exterior contrario a la operación militar de Rusia en Ucrania, si tiene planes para combatir el neoliberalismo galopante en Francia, que tanta desigualdad ha estado generando.
Hasta ahora, a pocas horas de la primera vuelta de los comicios, encabeza las encuestas, gracias a la alianza NUPES (Nueva Unión Popular Ecológica y Social).
Para este viernes debe haber finalizado la campaña para la primera vuelta, en la que, en la parte final, el líder izquierdista incorporó a Shakespeare en su campaña, al recordar a Hamlet: “Será o no será”, cuando planteó que será el primer ministro francés, si consigue imponer su alianza como mayoría en la Asamblea Nacional, lo cual se va a definir, subrayo, en el balotaje del 19 de junio.
MACRON RETICENTE
"¡Sí, hombre, lo nombrarás!", soltó el izquierdista Manuel Comparad, como respuesta al jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, quien había declarado que “ningún partido político puede imponer un nombre al presidente”.
El voto de los Ni, que no querían ni a Macaron ni a Marine Le Pen, llevaron a Mélenchon al tercer lugar en las presidenciales, y en el balotaje se convirtió en el árbitro. Macron llegó a ser reelegido con los votos de los Ni de Mélenchon.
“Es raro ganar unas elecciones en las que uno no se presenta”, replicó el jefe de Estado francés, en una entrevista el viernes 3 de junio con la prensa regional. El presidente prefiere que la persona que designe primer ministro salga del parlamento. “Ningún partido político puede imponer un nombre al presidente”, dijo.
Mélenchon no será candidato a diputado de Boches du Roñe. Pero cree que su alianza NUPES, que reúne a los comunistas, los ecologistas, socialistas y la Francia Insumisa, va a conseguir 205 bancas y le arrancará la mayoría absoluta a Ensamble, el partido de Macron. La Asamblea forzaría al presidente a nominarlo premier, con la amenaza de la moción de censura.
Para Paul Casia, profesor de derecho público en la Universidad Panthéon-Sorbonne, “debemos distinguir entre derecho y práctica”. Según el artículo 8 de la Constitución, es el Presidente de la República quien nombra al Primer Ministro. “Es un poder discrecional, él puede elegir a quien quiera. En teoría, nada obliga a Emmanuel Macron a nombrar a Jean-Luc Mélenchon como primer ministro, sea cual sea el resultado de las elecciones legislativas”, explica el especialista.
De hecho, el Jefe de Estado estaría obligado a tener en cuenta “las consideraciones políticas” y la “necesidad de que el gobierno no sea derrocado” en caso de cohabitación. De conformidad con el artículo 49 de la Constitución, la Asamblea Nacional puede efectivamente cuestionar la responsabilidad del gobierno mediante la votación de una moción de censura, si una décima parte de los diputados reclama su renuncia.
"Si NUPES tiene la mayoría, Emmanuel Macron tendrá que nombrar primer ministro a Jean-Luc Mélenchon", concluyó Paul Casia.
Pero para Benjamín Morel, profesor de derecho público de la Universidad Paris-Panteón-Asas, “también podría nombrar a alguien que fuera aceptable para socialistas, ecologistas y LREM”, sin que fuera Mélenchon, y así “probar” la nueva alianza entre los Insumisos de Mélenchon y el resto de la izquierda.
Como resultado, el presidente formaría una "mayoría alternativa" a la de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social. "El PS y la EELV solo están vinculados por un acuerdo moral con la Francia Insumisa", dijo el profesor.
Esta operación sería “teóricamente posible” pero, de nuevo, “políticamente arriesgada”, resumió Paul Casia. Tiempos muy difíciles en la política francesa, en medio de la crisis del costo de vida, inflación, desabastecimiento, alza imparable de los combustibles y los alimentos.
CONTRA CIFRAS OFICIALES
Mélenchon ataca directamente los resultados de Macron y sus cifras de desempleo. Dice que el presidente anuncia que está en baja porque está disimulado bajo los contratos de aprendizaje. Son 900 000 puestos bajo esa clase de contrato.
“El desempleo real está máss alto que nunca”, alertó Mélenchon. Afecta al 7,3% de la población activa.
Mélenchon promete también un cambio de tratados en la Unión Europea y una desobediencia. Pero el principal problema que enfrentará será el precio de la electricidad. Si gana, ese será el primer gran acuerdo con Europa.
Otro de los problemas será que el Banco Central Europeo tendrá otra actitud y los mercados financieros podrían atacar el refinanciamiento de la deuda francesa, si gana Mélenchon. El no descarta un regreso al franco, la vieja moneda nacional, y una subida de los impuestos, con al menos 14 franjas tributarias a quienes más ganan.
Las cifras, en fin, confirman un escenario que la derecha temía en el campo presidencial: el ascenso de la Nueva Unión Popular, Ecológica y Social (NUPES), la alianza de izquierdas encabezada por un Jean-Luc Mélenchon que ya se ve a sí mismo como primer ministro, en detrimento del campo macronista, en decadencia.
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