Israel: victimizando a Siria

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Israel: victimizando a Siria
Fecha de publicación: 
8 Enero 2025
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Soldados israelíes junto a vehículos blindados aparcados cerca de la llamada Línea Alfa que separa los Altos del Golán anexionados por Israel de Siria, en la localidad de Majdal Shams. (AP foto/Matias Delacroix)

El genocida primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha estado cumpliendo su promesa de intentar cambiar el mapa del Medio Oriente y, con el apoyo en todos los aspectos de Estados Unidos, ha estado haciéndolo en Siria, tras los crímenes que aún sigue cometiendo en la Franja de Gaza para exterminar a los palestinos, asesinar a miles de libaneses en su afán de destruir al movimiento Hizbullah y dejar nulos los esfuerzos del denominado Eje de la Resistencia por tratar de revertir la situación.

Ahora llega otro cargamento norteamericano de armas a Tel Aviv por 21 000 millones de dólares, avalados por un presidente saliente y confeso sionista y la mayoría parlamentaria vendida al lobby judío, haciendo inútil el solitario esfuerzo del senador progresista Bernie Sanders para revertir la situación.

Una víctima propicia está siendo Siria, con un gobierno de facto integrado por opositores islámicos que bailan hasta ahora al compás de Washington y Tel Aviv, que incumple su promesa de gobernar para todos los sectores religiosos, asesinando sistemáticamente a quienes profesan la rama alawita del islamismo -simpatizantes del depuesto presidente Bashar al-Assad- y permaneciendo inmutable hasta ahora ante el geofaguismo de Israel.

Así, los habitantes de Quneitra se quejan de la inacción total ante el avance de las eufemísticamente denominadas Fuerzas de Defensa de Israel, que ya controlan el Golán, ocupan zonas fronterizas y el 40% del agua de Siria.

Este robo de los recursos hídricos vitales de Siria era codiciado por Israel para mitigar sus carencias en las regiones del sur del país. 

 RECAPITULANDO

Tras la dramática caída del gobierno de Bashar al-Asad en Damasco el mes pasado, Tel Aviv desató un agresivo y sin precedente ataque militar contra Siria.

Las fuerzas israelíes se expandieron rápidamente más allá de los Altos del Golán ocupados, apoderándose de la zona de amortiguamiento y del Monte Hermón, un pico clave que se extiende a lo largo de las fronteras de Siria, El Líbano y Palestina.

Sin embargo, esta incursión fue solo el comienzo. El jueves, los medios sirios informaron que las fuerzas de ocupación israelíes capturaron la represa Al-Mantara, la cual es vital para Quneitra y sus áreas circundantes.

Esto ocurrió mientras bombardeaban la sede de la 90.ª Brigada del Ejército sirio en Sasa, cerca de Damasco, como una tapadera para su más reciente robo.

Ubicada a solo unos cientos de metros al este de Quneitra, a unos 50 kilómetros al suroeste de la capital siria, la represa Al-Mantara se encuentra dentro de la zona de amortiguamiento establecida en los Altos del Golán en 1979.

Este vital reservorio de agua ha sostenido durante mucho tiempo no solo la provincia de Quneitra, donde se encuentran los altos del Golán ocupados, sino también la árida región sur más amplia de Siria.
Antes de Al-Mantara, ocuparon otros cinco sitios clave que abastecen de agua a Siria provenientes de los países vecinos.

La ciudad de Quneitra y sus alrededores cayeron en manos de las fuerzas israelíes en diciembre, días después de la caída del gobierno de Al-Asad y de que los militantes respaldados por Occidente, liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), tomaran el control.

En rápida sucesión, el régimen de Tel Aviv ocupó 266 kilómetros cuadrados del territorio de la zona de amortiguamiento, violando de manera flagrante el Acuerdo de Desconexión de 1974. Las fuerzas de ocupación israelíes avanzaron luego hacia el este, confiscando ilegalmente más territorio sirio.

La zona de ocupación ahora se extiende desde las laderas orientales del Monte Hermón, en la frontera con Líbano, hasta el valle del río Yarmuk, cerca de Jordania, en el sur.

Después de avanzar en la región, las tropas israelíes establecieron puestos de control militares, erigieron barreras de tierra e impusieron estrictos controles de entrada y salida, alterando la vida diaria de los residentes locales.

Enfadados por estas interrupciones, los sirios en los asentamientos ocupados organizaron protestas generalizadas. Las fuerzas israelíes respondieron con fuego real, avivando aún más las tensiones y el descontento, relatan medios de comunicación iraníes.

RECUERDOS SOMBRÍOS

El llamado relato de la “zona segura” evocó recuerdos de ocupaciones previas en El Líbano, los altos del Golán y Palestina, territorios que el régimen sionista dominó durante décadas y que aún busca anexionar y controlar.

Un vistazo más cercano a las fronteras de la zona de ocupación israelí en Siria revela que el enfoque estaba en capturar todos los reservorios y ríos vitales de los altos del Golán ocupados.

Además de la represa Al-Mantara, de 3,5 km de largo, ubicada dentro de la zona de amortiguamiento de la ONU, también fueron ocupadas otras nueve represas fuera de la zona, todas en las provincias de Quneitra y Daraa, en Siria.

El ejército de ocupación israelí también se apoderó de la más pequeña represa Rwihina, situada a 2,5 km río abajo sobre el mismo río Ruqqad, que en otro tiempo marcaba la frontera natural de los altos del Golán al este.

Sobre el mismo río, diez kilómetros más río abajo, se encuentra la represa Kudna, de 3 kilómetros de largo, ocupada junto con la más pequeña represa Bariqa cercana.

Otras dos represas relativamente más grandes en el río Ruqqad ocupadas por Israel son la represa Ghadir al-Bustan cerca de los asentamientos de Zaghbi y Nasiriya, y la represa Jisr Ruqqad cerca de Saida y Ain Zakar.

El río Ruqqad, como uno de los tributarios más importantes, fluye hacia el río Yarmuk, que constituye la frontera natural entre Siria y Jordania, y este último sigue hacia el igualmente estratégico y vital río Jordán.

Tres represas más ocupadas, ubicadas al este en tributarios del río Ruqqad, son Shabraq, Sahim al-Golan y  Abidin.

El décimo reservorio ocupado está en Al-Wehda (Maqarin), una represa de concreto de gravedad de 110 metros de altura en el río Yarmuk, en la frontera entre Siria y Jordania.

Los planes conjuntos jordano-sirios para esta represa existían desde principios de la década de 1950, pero solo se inauguró en 2011, el año en que Siria vivió la eclosión del militante respaldado por potencias extranjeras.

El principal opositor a la construcción de la represa fue el régimen israelí, que alegaba que el reservorio amenazaría el suministro del río Jordán, del cual depende para el agua potable y por el que ha ido repetidamente a la guerra con sus vecinos.

Además de estas represas, en el norte de la zona ocupada, junto al Monte Hermón, el ejército israelí ocupó el valle del río Awaj, que junto con el río Barada representa la clave del afluente de la cuenca de la provincia de Damasco.

PROTEGIDOS DESPROTEGIDOS

La ocupación israelí de los reservorios y ríos antes mencionados representa un golpe significativo para las autoridades de HTS, considerando que es el último de una serie de restricciones extranjeras al acceso al agua.

La pérdida de nueve represas de escollera relativamente bajas con reservorios poco profundos y una represa alta no parece mucho en comparación con las más de 150 represas en todo el país y los más de 15 kilómetros cúbicos de agua que trae anualmente el poderoso Éufrates.

Sin embargo, los problemas con el Éufrates son múltiples, ya que está controlado por la autonomía kurda, respaldada por Estados Unidos; Turquía a menudo impide deliberadamente el flujo normal con sus represas, y casi el 60% de las aguas del río están destinadas a Iraq a través de acuerdos.

 

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