EE.UU.: Negras y latinas, con más hijos muertos al nacer

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EE.UU.: Negras y latinas, con más hijos muertos al nacer
Fecha de publicación: 
14 Agosto 2023
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​En Atlanta, Estados Unidos, Jessica Ross, de 20 años, y su novio, Treveon Isaiah Taylor, presentaron este miércoles, una demanda contra el Southern Regional Medical Center. La pareja asegura, que el personal médico que atendió su parto, decapitó a su bebé. En la foto los padres denunciantes junto a sus abogados.

La noticia, por verdadera, no podía ser más terrible: una afroamericana perdió a su hijo, porque el médico blanco que la atendió en el parto le cercenó la cabeza al bebé y a nadie de la familia le dejaron ver el cadáver del malogrado infante.

Ello forma parte de un panorama general de desatención en la salud del pueblo norteamericano, que tiene el principal hándicap en contra que dos bebés mueren cada hora, según reporte del Consejo de March of Dimes, según admite una agencia al servicio de la élite gobernante, Infobae.

Estados Unidos es uno de los peores países desarrollados en cuanto a seguridad de cuidado materno, y es que el principal problema reside en el problema de acceso a los servicios de salud a madres embarazadas, situación que en especial sufren las mujeres negras y latinas.

Con 26,4 muertes por 100 000 nacimientos vivos, las mujeres mueren a consecuencia del parto mucho más que en lugares atrasados. En Europa occidental, el promedio es de 7,2. La tendencia empeora desde la década de los ’90.

En el caso del bebé decapitado fue presentada una demanda en el condado de Clayton, en Georgia, en la que se alega que el Southern Regional Medical Center intentó ocultar a la familia, incluida la madre, Jessica Ross, de 20 años, y su novio, Treveon Isaiah Taylor Sr., la forma en que murió el bebé.

El centro médico se encuentra en Riverdale, a unos 20 kilómetros al sur del centro de Atlanta. El bebé, que recibió el nombre de su padre, nació con sus semanas de gestación completas, según el abogado de la familia.

La oficina del médico forense del condado no ha revelado la causa de la muerte del bebé. La oficina todavía está trabajando para completar la autopsia del bebé, dijo a CNN el director de la oficina, Brian Byers.

Según la demanda, el médico "intentó dar a luz por vía vaginal utilizando diferentes métodos, incluida la aplicación de tracción a la cabeza del bebé".

Durante el intento de parto, "el bebé no descendió correctamente debido a una distoxia de hombros", una afección que se produce cuando los hombros del bebé se atascan en el canal vaginal, según la demanda.

El médico, agregó, "no actuó conforme a las normas médicas… “aplicó de forma burda" y "negligente una tracción excesiva" sobre la cabeza y el cuello del bebé y "no practicó una cesárea a tiempo y de forma adecuada, lo que provocó la decapitación y muerte del bebé Treveon Isaiah Taylor Jr”.

Cuando Ross y Taylor "exigieron ver y sostener a su bebé, el personal del hospital les dijo que no se les permitía tocar o sostener a su hijo".

"El personal del hospital sólo permitió a la joven pareja ver a su hijo muerto", reza el comunicado del portavoz de la familia.
"Durante la visita, el bebé estaba envuelto en una manta con la cabeza apoyada sobre el cuerpo, de forma que quienes lo veían no podían identificar que había sido decapitado", según el comunicado.

En otra declaración a CNN, el Southern Regional Medical Center dijo que "niega las acusaciones de la demanda que hacen referencia al hospital".

MUY PRESENTE

Además de la muerte de bebés, fallecer a causa del parto es algo que suena a pasado, o a países atrasados, y podría considerarse como de mala práctica si no fuera porque antes entra en una estadística asombrosa: con 26,4 muertes maternas por cada 100 000 bebés nacidos vivos, Estados Unidos es la sociedad industrializada con mortalidad materna más alta.

Una razón visible es la socioeconómica: los afroamericanos son tres veces más pobres que los blancos, y sufren las consecuencias que vivir bajo la línea de pobreza produce en la salud. Las organizaciones de derechos civiles han denunciado racismo, que probablemente comienza por la escasez de profesionales de la salud afroamericanos: solo lo son el 6% de los médicos y el 4% de los ginecólogos, mientras que la población negra representa el 12% del país.

Establecer exactamente por qué tantas madres mueren o sufren durante la gestación y el parto, es un rompecabezas de salud pública desmesurado, porque no hay una razón sola, sino una mezcla compleja de factores que, en su conjunto, apuntan a problemas que atraviesan el sistema de salud y el sistema social estadounidense.

"Y por mucho", destaca la analista Annalisa Merelli, quien cita a continuación: "En Canadá, la tasa es de 7,3; en Europa occidental el promedio es de 7,2, con muchos países como Italia, Noruega, Suecia y Austria con tasas de alrededor de 4. En Estados Unidos mueren más mujeres por causas vinculadas al parto que en Irán (20,8), el Líbano (15,3), Turquía (15,8), Puerto Rico (15,1), China (17,7) y muchos otros lugares".

La atención de la salud femenina no escapa de la discriminación general que sufre la mujer. "Esperan más para ver a los médicos que los hombres, se suele minimizar su dolor y aunque tienden a consultar menos que los varones, sus síntomas se desdeñan muchas veces: por ejemplo, se atribuyen erróneamente a causas psicológicas en lugar de fisiológicas", agrega.

Además, en las últimas tres décadas, en el mundo se han hecho campañas que redujeron la mortalidad materna. "Pero Estados Unidos, destaca, es uno de los países donde el problema empeoró, y de manera significativa".

Las cifras de un informe indican que entre 700 y 1 200 mujeres mueren cada año en ese país por complicaciones del embarazo o el parto. Unas 50 000 corren peligro de muerte y otras 100 000 se enferman de gravedad durante o después de la gestación.

Hasta el 2017, además, cuando una mujer moría, su certificado de defunción no siempre indicaba si estaba embarazada o había dado a luz. Dependía de cada estado.

Mientras que en los países industrializados la mortalidad materna disminuyó, en los Estados Unidos aumentó de manera notable, subraya la publicación especializada Quartz.

Desde que terminó la Segunda Guerra Mundial y hasta finales de la década de 1980, las tasas de mortalidad materna bajaron en Estados Unidos, al igual que en la mayoría de los demás países desarrollados. Entonces, la tendencia cambió, y hacia el cambio de milenio era indiscutible que algo malo sucedía. Mientras que hacia el 2015 la mortalidad materna global se redujo —30% según estimaciones conservadoras, 45% según la Organización de las Naciones Unidas (ONU)—, en Estados Unidos aumentó casi un 60%.

Otras tendencias relacionadas se hicieron visibles en el período 1990-2015, en particular, aumentos notables de las tasas de obesidad y diabetes. En ese tiempo, también, las mujeres postergaron la maternidad. Así llegaban al embarazo con más edad, más peso y, por supuesto, más problemas de salud.
 

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