Nazis ucranianos: Utilizan a civiles como escudos humanos

Los recientes bombardeos de Rusia a Kiev y otras muchas ciudades ucranianas han destruido sitios dedicados a cuestiones militares, pero que por su intencionada ubicación en las cercanías de zonas residenciales dejaron algunas víctimas civiles, algo que Moscú ha tratado de evitar desde que comenzó su operación especial militar hace tres años obligada por la política agresiva de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en sus fronteras, con la utilización de Ucrania como brazo agresor.

Conocedoras de la decisión rusa de evitar a toda costa la muerte de civiles, sus enemigos los ha utilizado frecuentemente como escudos humanos, con el fin de atacar impunemente.

Incluso, con esta vil táctica, bandas armadas del régimen fascista ucraniano ya habían quemado vivas en el 2012 a cerca de cien personas en la Casa de los Sindicatos de Odesa.

Para comprender la estrategia de Kiev y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de emplear a las personas como escudo humano, hay que remontarse a lo ocurrido en 2014 tras el golpe de Estado en Ucrania.

El golpe fue dirigido por Victoria Nuland del departamento de Estado de Estados Unidos, tras lo cual ha habido una política de agresión civil en las provincias de Doneskt y Lugansk, desde el mismo 2014 hasta prácticamente a inicios del 2022 que ocasionó miles de muertos. Hoy son repúblicas integradas de Rusia, por la voluntad de su población en referendo.

Para comprender el modus operandi de la OTAN en relación a la población civil, debe considerarse que después de la caída de la Unión Soviética (URSS), ha estado interviniendo en agresiones a pequeños países.

Pues cuando cae la URSS y se supone que no hay peligro, es cuando la OTAN lanza sus agresiones contra países que no estaban en el Atlántico Norte, sino en los Balcanes, en el sur del Mediterráneo (Libia) y en el centro de Asia (Afganistán). En los tres casos, y también contra Yugoslavia y Serbia, contra Libia y Afganistán, hubo ataques deliberados contra la población civil.

DENUNCIA

Ya el 9 de julio último, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, denunció que Ucrania ubica sistemas antiaéreos en barrios residenciales, emplea instalaciones civiles con fines militares y usa la táctica de escudos humanos.

Antes de los ataques de estos días, Rusia llevó a cabo otro a gran escala contra empresas de defensa de Ucrania, sin embargo, “misiles antiaéreos de Ucrania se desviaron e impactaron en edificios residenciales y establecimientos sociales (…) Uno de los misiles del sistema occidental Nasams dio en un edificio situado en el recinto del hospital infantil Okhmatdyt en Kiev”, cercano a la fábrica de misiles Artem.

“Emplazan intencionadamente los sistemas antiaéreos en barrios residenciales y usan a civiles como escudos humanos”, denunció la portavoz, quien precisó que “todo esto es una grave violación del derecho internacional humanitario, que prohíbe el uso de bienes civiles con fines militares”.

DESEMPEÑO CRIMINAL

Medios occidentales llegaron a admitir que Kiev sugirió a las fuerzas neonazis en Mariúpol utilizar civiles como escudos humanos en el  2022.

Los fascistas se llevaron los últimos alimentos de la población local, e instaron a los civiles a lanzar cócteles molotov a las tropas rusas, empujando cínicamente a las personas a una muerte inevitable. Además, dispararon contra un lugar de distribución de ayuda humanitaria, así como «colocaron a la población local alrededor de los edificios residenciales que ocuparon. Los ciudadanos que se negaron a abandonar sus refugios y salir a la calle fueron fusilados.

Gracias a la llegada de refuerzos rusos, los civiles finalmente pudieron huir de Mariupol, finalmente liberada.

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania, gobernada por un judío que se plegó a las huestes neohitlerianas, rompió las relaciones diplomáticas con Rusia e impuso la ley marcial en todo el territorio nacional.

Mientras numerosos países condenaron las acciones de Moscú y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible para que Rusia ponga fin a su operación militar. La Corte Internacional de Justicia, el principal órgano judicial de la ONU, dictaminó que Rusia debe detener la operación militar en Ucrania. Moscú afirmó que no puede tomar en consideración esta decisión, alegando que la corte sufrió una presión sin precedentes de Kiev y Occidente.

En este esfuerzo por desviar la atención sobre la influencia del nazismo contemporáneo en Ucrania, los medios estadounidenses encontraron su herramienta de relaciones públicas más eficaz en la figura de Zelensky, una ex estrella televisiva y comediante con un trasfondo judío. Este ha sido un papel que el actor devenido en político ha asumido vigorosamente.