Cuando Camilo partió hacia Occidente
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Imagen tomada de internet
El 21 de agosto de 1958 partía, al anochecer, el comandante Camilo Cienfuegos de El Salto, en la Sierra Maestra. Era el inicio del extenso periplo que debía culminar en el occidente del país.
Camilo, que desde abril de 1958 había recibido el grado de comandante por orden de Fidel Castro, jefe del Ejército Rebelde, estaba destinado a conducir a la columna “Antonio Maceo” hasta Pinar del Río, como parte de la invasión a Occidente. “Hasta allí tenemos que llegar, aunque sea uno solo de nosotros”, exclamó Camilo a sus hombres en una arenga.
Eran alrededor de 80 combatientes bajo sus órdenes. La comandancia de la columna estaba completada con los oficiales Sergio del Valle, William Gálvez, Pablo Cabrera, Nené López, Roberto Sánchez Barthelemy y Haroldo Camptallops. A este último guerrillero tuvimos la oportunidad de entrevistarlo hace algunos años.
Una anécdota refiere que, en cierta ocasión, previo a la salida de la Sierra Maestra, Fidel preguntó a Camilo si había seleccionado a los hombres que lo acompañarían en la misión:
- Sí, los escogí todos locos.
- ¿Cómo locos?
- Sí, porque hay que estar loco para cumplir la misión que me has dado.
De acuerdo con un testimonio de Orestes Guerra González, luchador en la columna “Antonio Maceo”, la fuerza comandada por Camilo estaba dividida en tres pelotones: el de la vanguardia, bajo la responsabilidad del propio Guerra, entonces capitán; el mandado por el también capitán Antonio Sánchez Díaz, conocido como Pinares; y el tercero, a cargo del teniente Walfrido Pérez.
Luego de 48 días de marcha, tras recorrer más de 700 kilómetros, la columna invasora liderada por Camilo arribó a las cercanías del poblado de Mayajigua, al norte de Las Villas. Los revolucionarios habían hecho la mayor parte del recorrido a pie. En el trayecto, como si el acoso del ejército de Batista hubiera sido poco, los rebeldes debieron afrontar dos ciclones.
Poco es sabido que el Héroe de Yaguajay, estando de operaciones en la zona central de la Isla, pretendía entrar junto al Che en la principal urbe central. Así se lo hizo saber al comandante argentino en una de sus comunicaciones a fines de 1958.
Las circunstancias de la guerra alejaron a Camilo y sus hombres de la posibilidad de participar directamente en lo que fue la batalla de Santa Clara. No obstante, los combates librados por la tropa del Señor de la Vanguardia en el norte de Las Villas también fueron cruciales para derrotar al ejército de la tiranía.
Desde la partida de la Sierra Maestra, el héroe nacido en Lawton, La Habana, marchaba junto a su columna a una difícil pero gloriosa misión, que fue cumplida con creces.
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