El The Best más improvisado
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El premio The Best sufre desde que volvió a ser independiente. Ganó en preponderancia mientras estuvo unido al Balón de Oro, como debe ser porque no tiene sentido entregar el mismo año dos galardones que miden prácticamente lo mismo y lo votan prácticamente las mismas personas.
Sin embargo, los intereses de los organizadores de ambos premios no coincidieron del todo en cuanto al método de votación y alguna que otra regla y volvieron a separarse, pero da la impresión de que es lo mismo.
Este año hubo un cambio en el premiado principal, el Mejor Jugador, pero todos los demás fueron copia idéntica a los entregados previamente en el Balón de Oro, al que ya le dedicamos un espacio en estas páginas.
De entrada, todo fue muy improvisado porque la FIFA no encontraba fecha para celebrar la Gala y lo que hizo fue aprovechar la presencia en Qatar del Real Madrid, equipo con el mayor número de galardonados.
El guión del evento estuvo apenas una hora antes de su inicio y todo lució bastante forzado, simplemente para decir que para ellos el mejor futbolista del año fue el brasileño Vinicius Jr. y no el español Rodri Hernández, como dictaminaron los votantes de la revista francesa France Football meses atrás.
Luego llegaron las polémicas declaraciones del atacante sudamericano, que repitió el mismo “no están preparados” que sigue sin tener sentido alguno. La falta de humildad en lo subido en redes sociales contrasta con la actitud de gentleman de sus propios compañeros y hasta del entrenador Carlo Ancelotti, siempre modélico ante los micrófonos.
La reivindicación de Vini no puede ser nunca por su boca, sino por sus botines, y cuanto antes entienda eso será mejor para él. Sigo pensando que está muy mal asesorado por su entorno, que parece decir “Yo contra el mundo”, y esto no es así.
Se puede entender alguna reacción cuando parte de los aficionados le ofenden, pero no puede vivir en eterno conflicto con los árbitros, porque se perjudica tanto él como el equipo.
El ego es otra cosa. Si le sirve para mejorar, bienvenido sea, porque los grandes de la historia tampoco se destacaron precisamente por su humildad en sus momentos de gloria, incluidos Messi y Cristiano, pero sobre el campo es donde se dicta sentencia, y me parece que para Vinicius la gloria se le resiste más por no estar totalmente enfocado en lo suyo.
Esto de las votaciones y premios individuales en un deporte colectivo siempre queda en un manto intangible que pasa por las preferencias personales de quienes ejercen el voto, muchas veces marcados por amistad o gustos cuando deberían ser imparciales.
Por mucho que se quiera defender, The Best vuelve a estar por debajo del Balón de Oro en cuanto a glamour, y aunque no lo diga, el propio Vini hubiera preferido levantar el otro trofeo, pero no hubo de otra. Quizás en el futuro lo logre, si deja de estar enfadado con el mundo.
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Javier Hernández Fernández
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