Asesinatos e impunidad en Colombia

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Asesinatos e impunidad en Colombia
Fecha de publicación: 
8 Mayo 2021
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La situación que sufren los colombianos por la cruel represión policial, solo es comparable con los crímenes que comete Israel contra el pueblo palestino, aunque ambas tienen en común la ausencia de sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos, actitud bien diferente si fuese en Cuba, Venezuela o Irán, pues de inmediato el Departamento de Estado anunciaría una fuerte declaración de condena y la Casa Blanca aprobaría sanciones económicas, como castigo.

Los mismos pasos darían la Unión Europea y la OEA, pero como se trata de uno de los principales aliados de los yanquis en Latinoamérica, las declaraciones son cautelosas y hasta tímidas, comparadas con las que hacen contra La Habana y Caracas, como manipulaciones mediáticas que persiguen empañar la imagen de esos gobiernos de izquierda.

El Departamento de Estado yanqui hipócritamente, solo pidió “la máxima moderación por parte de las fuerzas públicas para evitar más pérdidas de vidas”, muy diferente de las amenazantes declaraciones que escriben contra Cuba y Venezuela.

A diferencia de lo que hace en Cuba, la embajada yanqui en Bogotá no apoya al pueblo que protesta y exige una vida con más derechos, ni tampoco sus diplomáticos hacen acto de presencia en las calles, para comprobar las atrocidades de la policía y apoyar moralmente los reclamos de los colombianos.

Las verdaderas causas de las masivas protestas en Colombia son el neoliberalismo impuesto por gobiernos pro yanqui, que se enriquecen con actos corruptos, el negocio de las drogas y el favorecimiento del capital extranjero, especialmente el norteamericano, y un sistema capitalista que los empobrece.

Desde hace años los colombianos protestan por la miseria y las masacres permanentes a los líderes sociales, el incumplimiento de los acuerdos de paz establecidos en La Habana y la posición del presidente Iván Duque a favor de Estados Unidos, como punta de lanza para las operaciones subversivas contra Venezuela, sin que la Unión Europea haya aprobado una resolución condenatoria, como sucede contra Rusia, Venezuela y Cuba, a favor de fabricados disidentes financiados por la CIA y el Departamento de Estado.

Los vídeos divulgados en las redes sociales a partir del 28 de abril 2021, no dejan dudas de la salvaje represión policial y militar ordenada por el presidente Duque contra civiles, en su mayoría jóvenes que no ven futuro en ese sistema capitalista.

Imágenes dantescas se observan diariamente, donde la policía emplea armas de guerra y dispara contra la población indefensa, causando miles de heridos, decenas de muertos, cientos de detenciones arbitrarias y personas desaparecidas, al mejor estilo de las dictaduras militares de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, durante la Operación Cóndor diseñada y dirigida por la CIA en el siglo XX.

¿Con qué moral van a acusar a Cuba de detenciones arbitrarias e inventadas represiones, que en nada se asemejan a las que se constatan en las calles de Colombia?

Jamás después de 1959 se han producido actos como esos, pero como Cuba no se doblega ante las exigencias yanquis, la respuesta es la guerra económica, comercial y financiera más despiadada de la historia de la humanidad, para matar de hambre al pueblo y que se lance a las calles culpando al socialismo.

Para justificar los asesinatos a manos de las fuerzas militares colombianas, Diego Molano, ministro de Defensa, declaró: “Hay que enfrentar a las organizaciones criminales que orquestan los disturbios”. Mentira repetida para justificar sus actos criminales y violatorios de los derechos humanos. Por eso llenó las calles con más de 700 soldados armados, lanzando gases lacrimógenos y balas, así como tanques de guerra y helicópteros, en desesperado intento de dispersar al pueblo indignado por tanto agobio económico, unido a los efectos de la pandemia de la Covid-19.  

Lo mismo declaró en twitter el corrupto ex presidente Álvaro Uribe:

“Los colombianos deben apoyar el derecho de soldados y policías, de utilizar sus armas para defender a las personas y bien del terrorismo vandálico”.

El camino está preparado para acusar a Venezuela de crear las protestas y reforzar las sanciones económicas.

¿Dónde están las organizaciones de derechos humanos y los Observatorios, pagados por la NED y la USAID, para condenar a Cuba de “represiones” fabricadas en Estados Unidos, que buscan satanizar el socialismo?

Quienes acusan a la Revolución de “reprimir” a los delincuentes de San Isidro, ¿qué dicen ahora ante una verdadera represión policial y la falta de libertad de expresión y de prensa?

¿El gobierno colombiano le permitiría a Tania Brugueras organizar una protesta provocativa ante el Ministerio de Cultura en Bogotá, o los desórdenes públicos de Luis Manuel Otero?

Si el socialismo desaparece de la Isla, la paliza que recibirían ella y sus secuaces la dejaban sin deseos de inventar algo semejante.

El capitalismo no entiende de reclamos, derechos humanos, libertad de expresión, de prensa, ni conatos de huelgas de hambre. Para esos “defensores” de los derechos humanos, no habría mano suave ni conversaciones pacíficas, solo brutales palizas, balas de goma y de perdigones, gases lacrimógenos, camiones lanzando chorros de agua fría y masivas detenciones arbitrarias.

Una represión idéntica la sufren los chilenos que protestan contra la dictadura de Sebastián Piñera, pero al estar respaldado por Washington, no hay exigencias de la OEA o del Departamento de Estado para que renuncie.

América es un volcán en ebulliciónpor la extrema desigualdad en que viven sus ciudadanos y no precisamente por causa del socialismo, como quieren acusar a Cuba y a Venezuela, que, a pesar de sufrir fuertes sanciones y una inhumana guerra económica, sus pueblos se mantienen unidos y firmes, defendiendo su independencia y soberanía.

No es con brutalidad policial que se resuelven los graves y profundos problemas de los pueblos latinoamericanos, sino con políticas sociales que beneficien a todos por igual, pues la gente está harta de tantos atropellos y busca el cambio en las calles.

Iván Duque y Sebastián Piñera, cargan con los asesinatos de tantos ciudadanos y están condenados por la historia.

Exacto fue José Martí al afirmar:

“Las grandes opresiones engendran los grandes rebeldes”.

Tomado de El Heraldo Cubano

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