Una directora de experiencia regresa a la televisión cubana

Con más de 50 años vinculada a los medios de comunicación, Virgen Tabares retorna a la televisión como directora y guionista del cuento Soledad.

Según la realizadora, el relato de su autoría transcurre en la Cuba actual, pero la esencia del conflicto es universal, con marcada incidencia en Latinoamérica, donde el cuidado de los ancianos recae principalmente en las mujeres de la familia.

La guionista encontró la génesis de la historia en situaciones en las que los padres establecen preferencias en la crianza de los hijos. Casos de este tipo la condujeron a reflexionar sobre los sentimientos contradictorios de los más jóvenes en una etapa en la que los roles cambian y los progenitores se vuelven dependientes de ellos.

Acerca de la trama, la entrevistada comentó:

“El conflicto se desarrolla a partir de que la protagonista toma conciencia del maltrato al que ha sido expuesta toda su vida, descubre las causas y toma una decisión.”

Sobre su sello en el audiovisual cubano, la creadora reconoce que el artista siempre está en búsqueda de una estética personal, aunque considera que es el público quien debe identificar ese estilo si llega a estar presente.

La multifacética profesional de radio y televisión considera que, después de quince años sin dirigir, ya que está jubilada, tuvo la suerte de trabajar con un equipo de gran calidad profesional y humana.

Entre las variadas especializaciones que domina, Tabares prefiere dirigir actores, encontrar la esencia de cada personaje y lograr que los intérpretes comprendan lo que desea transmitir:

“Es la parte del trabajo que más me apasiona y desafía.”

Sobre el elenco, reveló:

“Soledad está protagonizado por la primera actriz Laura Moras, quien muestra una gran madurez y crecimiento profesional al abordar un personaje con tanta complejidad y matices. Su madre, Flora, es interpretada por Minerva Romero, quien asume un rol difícil que exigió gran esfuerzo y concentración.”

En el personaje de Lía, la hermana de Soledad, contamos con Giselle Fajardo, una joven actriz que, a pesar de su corta experiencia televisiva, demostró talento y profesionalidad. También tuvimos el placer de contar con Roberto Romero, un excelente actor que aceptó realizar una pequeña pero significativa participación en la obra. Además, el elenco lo completan los jóvenes actores Jansell Lestegas y Laura Tarrao.

A través de la fotografía y el diseño sonoro de Soledad, la directora se propuso recrear atmósferas cargadas de tensión. Para lograr el éxito en estos aspectos, convocó a Rafael García, conocido como “Felito”, en la dirección de fotografía y edición. En el sonido directo y la posproducción, contó nuevamente con Jorge Fernández, con quien mantiene una sólida amistad desde sus tiempos en los desaparecidos Estudios Cinematográficos de la Televisión.

El diseño de vestuario estuvo a cargo de Elio Vives, reconocido por su calidad y profesionalismo. El maquillaje y la peluquería fueron responsabilidad del talentoso especialista José Cotta, quien trabajó de la mano con Egly Blay, una de las mejores scripts de la televisión cubana.

Los departamentos de arte y ambientación estuvieron encabezados por Carlos Cordero y Doralgis García, respectivamente. La producción general fue responsabilidad de Yolanda Rosario, mientras que la música original es una creación de Huberto Brito.

Mariela Ramírez asumió la asistencia de dirección, participando activamente en el proceso creativo desde la escritura y revisión del guion hasta el rodaje y la posproducción.

Virgen Tabares, con su ojo crítico de editora, se asegura de que el montaje contribuya al ritmo y movimiento de la puesta en pantalla. Con esas expectativas, aguardamos el estreno de Soledad, la nueva obra de una realizadora querida que cuenta con importantes títulos en su trayectoria y un amor inconmensurable por el audiovisual.