Un caso de Centro Habana: «la posibilidad de contagio está en cualquier lugar»
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Foto: Gabriel Valdés Valdés / Tribuna de La Habana
La situación epidemiológica en la capital, a raíz del comportamiento de la Covid-19 en las últimas semanas, conllevó a que este territorio se situara como epicentro de la pandemia. Centro Habana evidencia ser uno de los municipios con una de las mayores tasas de incidencia, es el más pequeño de la provincia, pero, al mismo tiempo, el de mayor densidad poblacional.
Con el objetivo de que logremos una mayor percepción de riesgo y concienticemos a través de historias, de ejemplos como este, la gravedad de la situación y el peligro que corremos si no actuamos entre todos contra este virus, CubaSí trae hoy a sus lectores, el testimonio de un joven residente en el Consejo Popular Dragones infectado con la Covid-19 al igual que su madre.
Sexo masculino, joven, trabajador y diseñador gráfico. Rogelio desde hace más de una semana permanece ingresado, al igual que su progenitora, en la Universidad de Ciencias Informáticas, al ser diagnosticado positivo al SARS-CoV-2 el pasado jueves 28 de enero, cuando un día como otro cualquiera sintió molestias y cansancio, varios síntomas que lo colmaron de agobio.
“La mañana del 24 comencé a sentirme mal. Sentí malestar en general, como si tuviera fiebre, me dolían los ojos al moverlos, al principio pensé que era dengue, pues como ya la había tenido dos veces anteriormente conocía los síntomas y estos se me parecían mucho. No pensé en ese instante en la Covid-19 porque la sintomatología pudiera decir que fue exacta.
Me preocupé unos de días pensando era dengue, sin embargo, una “buena” mañana, la del 27 de enero, mi mamá preparando el café notó que no tenía paladar. Aquel indicio fue una alarma de fuego para ambos, más que estábamos al tanto de la delicada situación del nuevo coronavirus en la comunidad, por lo tanto, nosotros sabíamos no estábamos fuera de peligro de contagio”.
A partir de la segunda quincena del mes de enero de este 2021, en La Habana comenzó a aplicarse un test de antígeno a pacientes con síntomas sugestivos de Covid-19 en policlínicos y hospitales, por tanto, cuando Rogelio y su madre se dirigieron ese mismo día 27 al policlínico que les corresponde, les hicieron esta prueba, lo que tristemente los dos resultaron ser positivos.
Tras ello, el entrevistado, vía WhatsApp, nos comenta que “a la espera del taxi para ser trasladados hacia el centro de aislamiento, tuvieron que hacer estancia, un rato, en el policlínico de su zona, y por eso, se percataron de otros nuevos casos enfermos con esa enfermedad. Con el resultado del PCR que les hicieron en la UCI sí fueron con certeza confirmados positivos”.
Cosa que debemos destacar, pues cuando existen errores es de reconocer su corrección, de acuerdo con este paciente, los resultados de sus PCR siempre estuvieron en menos de 48 horas, acción con la cual es posible actuar rápidamente y cortar las cadenas de contagio. “Nos tomaban las muestras en la madrugada y al otro día antes del mediodía estos ya estaban”.
Según Rogelio, la atención médica ha sido bastante buena, “nos pasan a ver varias veces al día, nos hacen chequeo de temperatura y los efectos secundarios del tratamiento con el HeberFERON, aplicado una dosis cada 48 horas, por el cual he presenciado efectos fuertes, malestar en general, dolores de cabeza, de espalda, en las piernas, fiebre y temblores”, puntualizó.
Durante más de una semana y de forma gratuita a este paciente le han proporcionado una dieta balanceada entre desayunos, meriendas, almuerzos y comidas. “Ha sido buena, variada y abundante, y he comido huevo, pollo, hamburguesa, picadillo, carde de cerdo, de res, jamonada, ensalada de tomate, col, zanahoria; y entre las viandas: yuca, boniato, malanga y plátano”.
“Por protección, mi compañero de cuarto y yo no salimos a nada de nuestra habitación, y, por otro lado, hemos visto que se están tomando todas las medias de protección, la de bioseguridad, los médicos y voluntarios están bien protegidos cuando vienen a atendernos, nosotros por nuestra parte tratamos de cambiarnos el nasobuco la mayor cantidad de veces al día”.
Hasta este minuto aún no han sido identificadas las fuentes de contagio de Rogelio y su madre. Él tuvo el malestar descrito anteriormente por suerte solo durante 4 días, mientras su mamá tuvo fuerte dolores de cabeza, diarreas, mareos y náuseas. Sin embargo, hay una sintomatología que aún permanece en ambos, Rogelio sigue sin olfato, y su mama sin paladar.
Por fortuna, todas las personas con quienes interactuaron Rogelio y su mamá los primeros días con la enfermedad, cuando aún no lo sabían, resultaron negativos a la Covid-19, incluso el esposo de su mamá quien convive con ellos dos. “Nuestros familiares y amigos cercanos se aislaron y les hicieron el PCR por su área de salud, todos fueron negativos”.
A partir de su experiencia, ahora como paciente, cuando antes estuvo en ese mismo centro de aislamiento, pero actuando como voluntario en las labores contra la pandemia, aconseja, “elevar aún más el cuidado, las medidas de protección personal y no confiarnos. Debemos evitar permanecer en lugares donde exista una alta concentración de personas.
Creemos que en todo momento sí nos cuidamos como debe ser, tanto mi madre como yo, no obstante, teniendo en cuenta nuestro caso, en el cual no supimos y a estas alturas ni sabremos cómo pudimos habernos enfermado, la realidad nos demuestra que la posibilidad de contagio está en cualquier lugar”, finalizó.
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