Todo el mundo tiene su Moncada
especiales
¿Cuál es el tuyo?, le pregunté a mi niña de 12 años. «El mismo, mamá, el de Fidel», me respondió a la primera, sin pensarlo mucho.
Quizás no comprendió la expresión de mi rostro, a medio camino entre la sorpresa y el orgullo, y decidió explicarme: «seguir nuestros ideales, hacer por Cuba todo lo que esté a nuestro alcance y, cada vez que tengamos algo que queremos lograr o conquistar, ¡atacar!».
¿Ella me propone un asalto cotidiano al futuro? ¿De qué habla una adolescente que ha vivido días tan duros de este país? Habla de seguir, de avanzar, de conquistar.
Es evidente que mi hija me prohíbe la desidia y hasta la inercia, si quiero acompañarla a su Moncada. De algún modo, me invita al optimismo, a la fe y a ponerle manos a la obra.
Fidel escribió La historia me absolverá después de su Moncada y volvió en el Granma para ganarse ese derecho. Abel entregó sus ojos y su vida antes que convertirse en un traidor. Melba y Haydée no pidieron clemencia ni abandonaron la lucha por miedo a las consecuencias de su Moncada.
El Moncada habla de valor, de fidelidad, pero también de resistencia, de sueños y de la profunda convicción de conquistarlos al precio que sea necesario.
Hace unos días, desde el podio de la Asamblea Nacional, nuestro presidente Díaz-Canel nos decía que este 26 de Julio «será otra oportunidad para reflexionar y asomarnos, desde el presente y desde la historia, al horizonte que nos debemos como premio por tanto esfuerzo y heroísmo, por tanta nobleza y creatividad».
En esa pelea, nos ha pedido compañía, para hacer «que la Revolución avance y evitar que la Revolución se equivoque». Cuente conmigo, jefe, no solo como una deuda enorme con aquel puñado de valientes que echaron a andar el motor indetenible que fue el Moncada; también como un compromiso con la generación de mi hija, que aspira a vivir en un país mejor y está dispuesta a construirlo.
Ese también es mi Moncada, el nuestro: asaltar con amor y optimismo el presente, no rendirnos, hacer por Cuba todo lo que esté a nuestro alcance.
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