Telenovela cubana: «Alejandro y Januel tienen una pila de cosas en común»
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Así, en buen cubano y con el mismo carisma de su personaje en Sábados de Gloria, conversa Januel Hernández, un muchacho que tiene todo lo que hace falta para conquistar cualquier propósito: vocación, talento y persistencia. Desde el bar de Omara, hasta las páginas virtuales de CubaSí, tan encantados con el personaje como con el intérprete, compartimos la entrevista al joven actor cubano Januel Hernández Ojeda.
¿Cómo llegas a Sábados de Gloria?
"Estando en Renacer, en un día de rodaje, me entero que estaban haciendo casting para Sábados de Gloria y me presento. Ahí conocí a Tamara Castellanos, maravillosa mujer. Hice casting para Alex, desde el principio fue para Alex. No hice casting para más ningún personaje y, bueno, gracias a Dios me escogieron".
Aunque estuviste en Renacer, ahora tienes una participación mucho mayor en una telenovela ¿Qué retos te planteó esta experiencia? ¿Qué disfrutaste más?
"El mayor reto de hacer un personaje grande es prepararlo desde cero, construirlo desde un principio, desde la base. Yo creo que ese fue el mayor reto para mí, enfrentar a un personaje como Alejandro, que disfruté muchísimo. Yo amé hacer a Alejandro. Creo que lo que más disfruté fue el proceso. Para mí el proceso fue muy bonito, aprendí muchas cosas, interactué con actores de lujo como Jaime Alvariño, Bárbaro Marín, Roque Moreno. Aprendí mucho de esos actores grandes y fue una experiencia maravillosa".
¿Qué tienen en común Ale y Januel?
"Alejandro y Januel tienen una pila de cosas en común. Yo diría que más del 80 por ciento tienen en común. En cuanto a sentimientos, se parecen mucho. Los dos son personas que están buscando la paz, el amor, tratar de ayudar a los demás de la manera en que ellos pueden. Creo que es la parte común que tienen en los sentimientos, en lo espiritual. Incluso en su historia personal: Alejandro se presentó en el ISA en dos ocasiones, lo digo en un texto, en una escena y yo me presenté también al ISA y me suspendieron, no pude entrar a la escuela. En el caso de Ale, él desistió, se puso a trabajar como bartender, ahí encontró su vocación, y yo no, yo no desistí, Januel no desistió, Januel siguió peleando, entré en el teatro, me evalué, me hice profesional y, de esa manera, hasta hoy sigo haciendo cosas, gracias a Dios, trabajando con mi compañía, Luditeatro. Amo todos los medios, el cine, la televisión, pero el teatro, aunque suena cliché, es lo que nos mantiene activos y ahí estoy, disfrutando de lo que más me gusta, que es actuar".
"El muchacho del bar", ha caído muy bien en el público ¿Cómo llevas esa popularidad, en tu primera experiencia? ¿Alguna anécdota en la calle o en las redes?
"Todas las experiencias con el público, todos los encuentros con la gente en la calle son especiales, pero ayer precisamente estaba en casa de la familia de mi novia y cuando iba saliendo me encuentro con unas personas y fue algo muy simpático porque los saludo, me dicen, mira, el muchacho de la novela, empezamos a conversar y de repente pregunta uno: ¿pero qué tú haces aquí en Guanabacoa, muchacho? Y yo nada, vine aquí a acompañar a mi novia a casa de la abuela… fue algo bonito. Adoro la gente de Guanabacoa, me encanta el flow que tienen ellos, como diría yo. Tienen un flow muy bonito.
"Realmente yo estoy muy, muy feliz con lo que está pasando, con la acogida del público en las redes sociales, en la calle, muchos mensajes bonitos de amor, de la gente apoyándote, es maravilloso lo que está pasando. En el carro, cuando te montas, en la guagua, la gente caminando, en todos los lugares. Estoy súper feliz con eso. Para mí es algo nuevo, algo que a veces me sorprende porque no lo había experimentado nunca. Estoy muy feliz con eso".
Eres un actor autodidacta ¿cuánto te ha costado llegar a donde estás hoy y qué te motivó tanta perseverancia?
"Sí, como decía anteriormente, yo no pasé escuela, no tuve la oportunidad. Me presenté en dos ocasiones al ISA y no aprobé, entonces decidí hacer teatro. Ahí llego al Olga Alonso con el maestro Humberto Rodríguez, un maestro maravilloso, una persona que amo. Después estuve en Berenjena Teatro, con Anaisi, de ahí paso a la compañía Rita Montaner, con el maestro César, y finalmente llego a Luditeatro, donde estoy actualmente, con mi maestro Miguel Abreu, a quien le agradezco muchísimo todo lo que he aprendido. Esa es mi escuela, ahí fue donde me evalué y me hice profesional. Realmente soy un hombre de fe, yo confío en los planes que Dios tiene para cada cual. El tiempo de Dios es perfecto, él tiene sus planes para cada cual en el momento preciso, esa fe es lo que me motiva a mí todo el tiempo".
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