Taymara Oropesa retorna al bádminton inspirada por Samyra
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Foto: Cortesía de la Atleta para Jit.
La Habana.- Taymara Oropesa, la mejor badmintonista cubana de todos los tiempos, recibió un insuperable regalo en la víspera de sus 29 “primaveras”. El 5 de diciembre de 2024, llegó a su vida Samyra para provocarle el sentimiento más especial, algo que nunca había experimentado.
«Es una bendición de Dios tener un bebé. Te cambian la vida, son una cosita hermosa, aunque no te dejen dormir como ahora (sonríe), pero me siento llena de energía para cuidarla, amarla y dedicarle mis futuros resultados en el bádminton», declaró a JIT la holguinera.
Grande es su motivación. Poco más de un mes después de aquel trascendental momento, salió a la cancha que acondicionó junto a su entrenador y compañero en la vida, Humberto Daudinot, en la finca donde disfrutan de su hogar, a ocho kilómetros de la localidad cabecera de la provincia de Artemisa.
«Empecé a entrenar a principios de enero, tres días a la semana. Poco a poco lo alterno con atención a Samyra. La estoy amamantando y lo haré el tiempo que sea mientras tenga leche, porque esta etapa es vital en la alimentación de los bebés», cuenta con orgullo.
Tay, como cariñosamente le llaman, también se incorporó a los entrenamientos en la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (Eide) Julio Díaz González, a donde se traslada junto a su entrenador en motocicleta para aprovechar una instalación que –a su criterio–, reúne todas las condiciones, incluso para acoger la preparación de la selección nacional.
«La bebé me la cuidan Imaivis y Antonio, los padres de mi compañera de equipo Alina Sanz Rizo, que también vive en Artemisa. Antes de entrenar me extraigo la leche materna, que no le puede faltar a Samyra. Un día la llevé al entrenamiento, le acerqué la raqueta y se aferró a ella con sus pequeñas manitas. ¿Seguirá a su mamá en el deporte?», se preguntó embriagada de felicidad.
Tay ha demostrado que puede superar los más grandes retos y ahora mucho más, cuando algo tan sublime la empuja con ternura a asumir los esfuerzos que sean necesarios para cumplir un sueño tan largamente acariciado: clasificar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Recuerda cuando estuvo tres años alejada de las competencias, aunque nunca de las canchas, porque sabía que podía superar sus resultados más importantes logrados antes de 2020, cuando la pandemia de la Covid-19 puso en pausa la esperanza de muchos.
En 2023 reapareció durante el tradicional torneo Giraldilla de La Habana. Tal fue su entrega, que ese propio año regaló a Cuba el metal plateado en la modalidad individual de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador y luego la presea de bronce en la cita multideportiva continental con sede en Santiago de Chile, un hecho inédito para una cubana en esta lid.
«Ahora me preparo para participar en el torneo Giraldilla, el próximo mes de marzo. Otro de los motivos para el retorno tan rápido es mi deseo de poder ayudar a la selección, sobre todo a las muchachas, con vistas a los Juegos Panamericanos Júnior», expuso en referencia a la segunda edición de este certamen que acogerá la ciudad paraguaya de Asunción el próximo verano.
Comentó que en el Giraldilla intervendrá en las tres modalidades y así observará como se siente. «Ahora entreno bádminton, pero también necesito correr para bajar de peso. Las libras de más me hacen más lenta al desplazarme, no así en los golpeos. En ese sentido me siento bastante bien, igual que antes de salir embarazada», precisó.
«Luego de ser mamá me impulsa regresar porque me he propuesto cumplir mi sueño de clasificar a Los Ángeles 2028 y creo que puede ser posible. Solo necesito que me den la posibilidad de tener los torneos necesarios, es lo único que me ha faltado en anteriores ciclos olímpicos. Se dice que, luego del parto, el rendimiento deportivo puede ser incluso mejor», resaltó.
Se siente muy animada de cara al futuro, pues se hacen gestiones para que el equipo nacional haga su base en Artemisa, donde considera que existen mejores condiciones que en Pinar del Río, a partir de la instalación en la Eide de la provincia de un nuevo tabloncillo.
«El bádminton es mi pasión, me encanta, y haré hasta lo imposible por cumplir con la preparación y en cuanta competencia pueda asistir, porque mi aspiración suprema es seguir obteniendo buenos resultados y haciendo historia para mi país. Samyra será mi constante inspiración y por qué no soñar que será mi relevo», manifestó envuelta en una amplia sonrisa.
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