Resistencia antimicrobiana: asunto de vida o muerte para el mundo
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Es de las mayores amenazas a la salud pública mundial, pero no son muchos los que reparan en el asunto. Sin embargo, la resistencia antimicrobiana hoy es la responsable directa de 1,3 millones de muertes anuales, e indirecta de otros cinco millones en igual lapso.
Y para el 2050 será la principal causa de muerte en el planeta, estima la ONU.
Foto: tomada de news.un.org
Tan grave es el asunto, que los líderes mundiales reunidos en la sede de la ONU en Nueva York, adoptaron el pasado jueves 26 de septiembre la Declaración Política sobre la Resistencia Antimicrobiana, la cual comprende un compromiso con el financiamiento, la gobernanza y la respuesta coordinada a dicho problema.
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¿Qué es la resistencia antimicrobiana?
Esa resistencia ocurre cuando microorganismos como bacterias, virus, hongos y parásitos ya no responden a los medicamentos antimicrobianos, que se vuelven entonces ineficaces y las infecciones se tornan difíciles o imposibles de tratar.
En consecuencia, asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS), aumenta el riesgo de propagación de enfermedades, de padecimientos graves, discapacidad y muerte, a la vez que así conspira contra la esperanza y calidad de vida.
Los medicamentos antimicrobianos —antibióticos, antivirales, antifúngicos y antiparasitarios—, descubiertos hace un siglo y que salvan millones de vidas, son aquellos utilizados para prevenir y tratar infecciones en seres humanos, animales y plantas. Suele llamarse “supermicrobios” a los microorganismos que desarrollan resistencia a los antimicrobianos.
Ilustración: tomada de reporteindigo.com
La agencia de salud de la ONU alerta que verse aquejado por dicha resistencia antimicrobiana “le puede pasar a cualquiera, en cualquier lugar”.
Un padecimiento o lesión menor, una cirugía sin complejidades u otro evento cualquiera que usualmente afectan en menos grado a la salud, pueden de pronto escalar a peligrosos estadios, incluso a desenlaces fatales, a consecuencia de presentarse una resistencia antimicrobiana.
Entre los condicionantes que pueden provocar la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos, destaca el uso excesivo y mal uso de antibióticos, incluyendo los tratamientos incompletos, es decir los que no se cumplen en las dosis y los tiempos indicados por los profesionales de la salud.
Ilustración de la bacteria resistente a los medicamentos Mycobacterium tuberculosis. Imagen: CDC/Alissa Eckert, James Archer.
También el empleo de antibióticos en el ganado con el fin de prevenirle enfermedades y propiciar su crecimiento puede generar cepas resistentes que, a su vez, podrían transmitirse a los humanos.
Igual tributa a la resistencia antimicrobiana una higiene inadecuada en los centros de atención de salud y en las comunidades, que facilita la propagación de esos microorganismos resistentes a los medicamentos.
De igual manera, también contribuye a la propagación entre fronteras de esos microorganismos el aumento de la movilidad de personas y bienes.
Riesgos, costos… y acciones
Sin una respuesta más enérgica de la comunidad mundial ante este fenómeno, calculan que la esperanza media de vida se reduciría en 1,8 años para 2050 a nivel global.
Cinco años atrás, en 2019, la OMS ya documentaba casi cinco millones de muertes asociadas a infecciones bacterianas resistentes a los medicamentos, 1,27 millones de ellas directamente atribuibles a la resistencia bacteriana a los antimicrobianos. El 20% de los fallecimientos fueron niños menores de cinco años.
Ocurre que la Resistencia antimicrobiana es una amenaza para las vidas de millones de personas y también para el futuro económico de la humanidad considerando, que, entre otras aristas, también perjudica a los sistemas alimentarios y al desarrollo en general.
Tanto es así, que se estima que su costo mundial para 2030 podría alcanzar los 3,4 billones de dólares anuales.
Pero desde el convencimiento de que la Resistencia antimicrobiana es totalmente prevenible, la comunidad internacional ha ido tomado cartas en el asunto.
La resistencia antimicrobiana (RAM) ya ocasiona más muertes que el VIH o la malaria. Foto: Getty Images
En 2015 se adoptó un Plan de Acción Mundial para, entre otros fines, concientizar sobre el uso indiscriminado de antibióticos, dos años después fue publicada la primera Lista de patógenos bacterianos prioritarios, y en mayo pasado, se dio a conocer la más reciente de estas listas.
“Al mapear las bacterias resistentes a los medicamentos y evaluar su impacto en la salud pública, esta lista es clave para orientar la inversión y abordar la crisis de acceso y la cadena de suministro de antibióticos”, apuntó al respecto la doctora Yukiko Nakatani, subdirectora general de la OMS para la Resistencia a los Antimicrobianos.
La Declaración Política sobre la Resistencia Antimicrobiana, aprobada por consenso a finales de este septiembre en el segmento de alto nivel del debate de la Asamblea General, en su 79º período de sesiones, es la más reciente disposición a propósito de este tema de vida o muerte.
Dicho documento reconoce la resistencia a los antimicrobianos como una “gran amenaza a la salud mundial” y aboga por el inmediato accionar colectivo con miras a salvaguardar la capacidad de tratar las enfermedades en humanos, animales y plantas, así como para mejorar la seguridad alimentaria, la nutrición y la inocuidad de los alimentos.
De acuerdo con esa Declaración, el trabajo conjunto tributaría igual al desarrollo económico, a la equidad y un medio ambiente saludable, así como al avance en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
Es importante subrayar que el texto precisa como “la carga recae desproporcionadamente sobre los países en desarrollo y las personas en situaciones vulnerables”, en los cuales recae el mayor número de muertes debido a su limitado acceso a antimicrobianos y a herramientas de diagnóstico adecuadas, seguras y eficaces es responsable de más muertes que la propia resistencia a los antimicrobianos.
Cuba y el manejo de la resistencia antimicrobiana
Cada noviembre, a nivel global se celebra la Semana Mundial de Concienciación sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, a la cual sistemáticamente Cuba se suma.
Imagen: tomada de cecmed.cu
El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED), como autoridad reguladora de la República de Cuba en ese ámbito, en su Boletín INfoCECMED del año pasado, y al respecto de la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos, resumía la participación de ese centro en el Proyecto Regional Iniciativa de las Agencias Reguladoras Nacionales de medicamentos para la contención de la resistencia antimicrobiana del cual fue elegido punto focal desde marzo del 2017 y participó en cinco líneas de trabajo.
En diciembre de 2018, indica la publicación del CECMED, se constituyó el grupo regulador para la contención de la resistencia antimicrobiana en Cuba, integrado por especialistas con alta calificación y experticia en el tema. El Proyecto mencionado cuenta con la anuencia del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) para compartir los datos y resultados de cada línea. Su desarrollo permitió el intercambio y consensos entre las instituciones participantes para avanzar sobre una brecha sensible en la regulación en la mayoría de los países que tiene consecuencias graves en la Salud Pública, facilitando la convergencia regulatoria.
La incorrecta prescripción de antibióticos y su consumo excesivo abona el terreno a la resistencia antimicrobiana. Foto: tomada de boletinaldia.sld.cu
El propio CECMED, recordaba el pasado año bajo el lema “Prevengamos juntos la resistencia a los antimicrobianos”, que los microorganismos farmacorresistentes, como bacterias, virus, hongos y parásitos, pueden propagarse dentro de las poblaciones animales, humanas y vegetales y entre ellas, además de migrar a través del entorno.
Esa autoridad reguladora recordaba que “Se necesita un acercamiento multisectorial y de la sociedad en su conjunto para encarar eficazmente este problema mundial. Por lo tanto, para abordar la resistencia a los antimicrobianos se requieren intervenciones multisectoriales conocidas como principio de ‘Una sola salud’. Este enfoque holístico reconoce que la salud animal, humana, vegetal y ambiental están indisolublemente entrelazadas y son interdependientes. Prevenir la Resistencia Antimicrobiana, conocida como RAM, exige una acción colectiva de todos los sectores de la sociedad”.
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