Red Verde por el planeta

Desde octubre de 2021 La Habana cuenta con un grupo de entusiastas defensores del medioambiente que, agrupados en la organización sin fines de lucro Red Verde, promueven iniciativas tales como recogida y clasificación de desechos para identificar materiales reciclables de interés para negocios de emprendedores y la Empresa de Materias Primas, así como siembra de árboles y charlas educativas para concientizar sobre la ecología y la necesidad de preservar la Tierra.

Al respecto, Lorena Ávila Interián, psicóloga de formación y una de sus fundadoras-facilitadoras, nos comenta que todo comenzó hace año y medio, en plena pandemia de Covid-19, cuando “de manera espontánea varios amigos nos reunimos para recoger residuos. En ese momento decidimos hacer acciones juntos que pudieran generar algún efecto en esta temática en La Habana, sobre todo”.

Fotografía donada por la entrevistada

Según opina Lorena, uno de los problemas más importantes que tenemos en la ciudad es el nivel de contaminación que existe, de todo tipo, desde las aguas, las calles, hasta el ruido, típico de los asentamientos urbanos. Todo ello afecta nuestra calidad de vida, salud y tranquilidad. “Y con la necesidad de preservar el medioambiente no solo estamos hablando de proteger la biodiversidad en las zonas montañosas, sino la relación que tenemos con nuestro alrededor también en las ciudades, y en la forma que nos relacionamos con ese espacio. Por eso, si todo fuera más verde, la manera en que nosotros sentimos y vivimos el entorno sería totalmente diferente”.

Por ello, el objetivo de la Red Verde es promover la participación comunitaria, que la sociedad se implique en las actividades diseñadas y así contribuir a fomentar una mayor conciencia ambiental. Los llamados son, principalmente, a través de las redes sociales, por Instagram, Telegram y WhatsApp. Desde esos mecanismos masivos ha sido posible contactar a muchas personas interesadas, así como a grupos de emprendimientos. “Preparamos desde trabajos en las comunidades hasta eventos temáticos” —refiere.

Muchas han sido las iniciativas desarrolladas hasta ahora por la Red Verde, entre las más populares se encuentran las limpiezas en ríos y playas, y las charlas educativas para niños. De acuerdo con la agenda inmediata, este sábado 22 de abril celebran el Día de la Madre Tierra en la Quinta de los Molinos, y una recogida de basura en la línea de la costa de 1ra y 70, en el municipio Playa, coordinado junto al café Mercy; mientras, el domingo 23 habrá una limpieza en Bacuranao, al Este de La Habana. “Será una jornada bien interesante” —asegura Lorena. También, aunque aún sin detalles, en el mes de junio prevén conmemorar el Día del Medioambiente.

“No hemos logrado que nuestro trabajo sea sistemático, sino por etapas de más o menos movimiento porque aún no estamos bien consolidados”. Al tratarse de una organización prácticamente intuitiva, y depender de la motivación de las personas interesadas, y sus tiempos, Red Verde afronta dificultades diversas como, por ejemplo, que “algunos no pudieron continuar por tener que incorporarse a otros trabajos remunerados, o la migración. Además, siento que no hemos tenido del todo el apoyo de instituciones o personas vinculadas a esta temática”. Asimismo, la promotora afirma que Cuba requiere una constancia en el tratamiento al tema desde la educación pública en edades tempranas, además de políticas ambientales.

Fotografía tomada del canal de Telegram Red Verde

Aunque no tiene una estructura definida y suele ser más esporádico de lo que desean, Red verde es una plataforma noble, válida, novedosa, diseñada para todos aquellos que deseen colaborar por el bien del planeta, y estén dispuestos a empezar por su entorno más cercano. Se trata de un mecanismo de convocatoria para visibilizar y aunar esfuerzos de proyectos y grupos ambientalistas que compartan la intención de frenar el deterioro de la naturaleza con la planificación de buenas prácticas.

“Creamos la Red Verde porque entendemos, y estamos conscientes de la contaminación como una realidad —apunta Lorena. Por eso es preciso crear espacios para problematizar y sensibilizar sobre la necesidad de relacionarnos mejor con nuestro hábitat, y asumir el rol que jugamos los seres humanos en el mundo, no verlo como un asunto aislado, sino, concatenado con todo este sistema que nos rodea, al que pertenecemos. Si nosotros contribuimos a la extinción de las especies, si dañamos al planeta, todo irá en detrimento de nuestro propio bienestar”.