Protestas contra el turismo en Europa: Hay formas de hacer que el sector funcione para todos

En el verano de 2024, mientras los turistas disfrutan de sus bebidas en los cafés al sol, es posible que sientan una ligera incomodidad al notar que su presencia no es del todo bienvenida. Esta temporada ha visto una ola renovada de protestas importantes contra los turistas, acusados de desplazar a los residentes y homogeneizar la cultura en destinos populares.

Carteles anti-turismo y manifestaciones han aparecido en lugares como Portugal, Atenas, Mallorca y Tenerife. Incluso, en Barcelona, los habitantes han rociado a los turistas con pistolas de agua en señal de protesta.

Las protestas anti-turismo no son algo nuevo y no siempre comparten las mismas motivaciones, pero una queja común es que las economías locales no se benefician del turismo, mientras que los costos sociales de acoger a los turistas aumentan. Sin embargo, ¿son estos sentimientos anti-turismo justificados?

El turismo representa alrededor del 5% de la actividad económica de la UE, apoyando empleos y negocios tanto directa como indirectamente. Sin turismo, muchos lugares serían económicamente más pobres. Pero en Mallorca, los manifestantes argumentan que los turistas ocupan espacio en las playas, ponen presión sobre los servicios públicos y elevan el costo de la vivienda por encima de lo que los residentes pueden permitirse.

Los pros y contras económicos del turismo sugieren que los manifestantes tienen un punto, pero también están pasando por alto el panorama más amplio. En 2023, se estimaron 1.3 mil millones de viajes turísticos internacionales. Estos turistas gastaron más de 1.5 billones de dólares en sus viajes. Para comparar, esa cifra es aproximadamente del tamaño de la economía española. Si el turismo fuera una nación, sería miembro del G20.

Además, dado que los viajeros internacionales ganan dinero en su país de origen y lo gastan en otro, el turismo internacional se considera como una exportación. En 2022, los turistas internacionales gastaron casi 370 mil millones de euros en los 27 países de la UE, por ejemplo. Este ingreso por exportación ayuda a equilibrar el costo de las importaciones y a pagar cosas como alimentos y combustibles no disponibles localmente.

Los ingresos del turismo ayudan a proporcionar ganancias de divisas, crear empleos, fomentar inversiones en infraestructura y aumentar los ingresos fiscales.

A nivel mundial, la industria del turismo es una fuente significativa de empleo. En 2019, antes de la pandemia, los viajes y el turismo representaban el 10.5% de todos los empleos. En algunas islas del Caribe, más del 90% de todos los empleos están en el sector turístico.

Los productores de alimentos y bebidas venden sus productos a los turistas, por ejemplo, y los agricultores pueden diversificar sus ingresos ofreciendo experiencias turísticas, como tours de cata de vinos. El turismo genera una gran cantidad de actividad económica, por lo tanto.

Pero la investigación muestra que los ingresos que permanecen en un destino a menudo están limitados por las tasas de fuga. Hay estimaciones de que por cada millón de dólares gastados por turistas en las Seychelles, menos de la mitad de esto se queda en la economía local. Este ingreso puede filtrarse del destino debido a importaciones como alimentos y combustibles que no están disponibles localmente. La fuga también ocurre cuando las instalaciones turísticas son de propiedad extranjera.

La afluencia de personas a destinos populares puede aumentar los problemas de aglomeración en los servicios públicos y los espacios compartidos. El turismo también suele ser acusado de causar problemas económicos urgentes, como aumentar el costo de la vivienda para los locales. Pero estos problemas a menudo están impulsados por factores más complejos y alternativos.

En última instancia, lo que une a muchos manifestantes anti-turismo es una demanda de respeto. De hecho, la investigación ha demostrado que el exceso de turismo no es solo un problema de sobrepoblación, sino un problema a largo plazo derivado del tratamiento inapropiado de los residentes en el proceso de desarrollo turístico. Los turistas pueden demostrar que respetan a sus anfitriones y ayudar a aliviar los sentimientos anti-turismo encontrando maneras de asegurar que sus vacaciones sean lo más beneficiosas posible para el destino.