Paralímpicos de Tokio: El pulso por la igualdad y la alegría de vivir
especiales
Todos los deportistas que se encuentran pugnando en Tokio son campeones de antemano. Ases capaces de reponerse a los embates que la vida que en ocasiones se afana en colocarnos escollos bien difíciles.
La tarde-noche de viernes, no pude dejar de pensar en ellos, mientras contaba los minutos para que Ida acabara de certificar su paso por el occidente de nuestro país, y con los dedos cruzados para que sus estragos no fuesen mayúsculos.
Pensé en mis amigos de la Isla de la Juventud, Batabanó, Artemisa y Pinar del Río, y entonces vino a mi mente la imagen de la primera vez que intercambié con el ciclista Damián López, en la mesa de villar del Mónaco, impactante, imponiendo su ley como alguien que nació con el gen del deporte desarrollado.
Una capacidad para “jugar” con el taco entre sus brazos, ya disminuidos por la descarga eléctrica que zanjó su niñez y su boca. Cayendo bola tras bola en las troneras, con naturalidad inusitada.
Así iba deshaciéndose de rivales, así lo reverencié en aquella ocasión, por el 2005, cuando no pensaba narrar su épica sobre bielas. El destino le asestó otro golpe cruel y tras un accidente también le fue amputada la pierna derecha. Pero Damián es de la estirpe de Terry Fox, parece no rendirse nunca y el aferrarse a la vida es su mayor combustible.
Ahora en Tokio, Damián culminó en el puesto 22 del kilómetro contrarreloj categoría C1, con tiempo real de 1:30.047 minutos, que al evaluarse según el factor de su categoría (C1, 93.46) le dejó como marca para la ubicación final un 1:24.158.
Emergieron reyes el chino Zhangyu Li (C1) con crono de 1:03.877, por delante del francés Alexandre Leaute (C2, 1:05.031) y el británico Jaco Van Gass (C3,1:05.569). Todos implantaron récords mundiales y paralímpicos para sus respectivas clases.
Sin embargo, Damián, en su tercera cruzada paralímpica es indiscutiblemente para mí, el rey del Casino Deportivo en aquello de caerse y levantarse una y otra vez; y aún le restan las pruebas de carretera (contrarreloj y ruta), previstas los días 31 de agosto y 2 de septiembre, por ese orden.
Yunier Fernández: La magnitud de coquetear con el podio
Tiene usted idea de lo que significa disputar tres partidos de tenis de mesa sobre silla de ruedas, un total de 11 sets… y X cantidad de puntos. ¿Se ha puesto a pensar de cuánta fuerza requiere la psiquis de un atleta con alguna discapacidad o anomalía para enfrentar un momento de tensión suprema en el certamen multideportivo más importante del planeta?
Cabría preguntarles a todos los asistentes a la capital nipona. Yo, de los antillanos que han competido hasta ahora en Tokio me quedo con el paratenimesista Yunier Fernández. Su partido de cuartos de final frente al número uno del ranking mundial, el coreano Young Dae Joo, lo vi en reposición, pero no imaginan cuánta adrenalina destilé con cada saque, cada corrida en busca de la pelota hacia un extremo de la mesa en su silla de ruedas, cada remate efectivo.
El desenlace fue 2-3 favorable al sudcoreano, con un extra de experiencia y picardía en el quinto parcial para inclinar la balanza a su favor. Parciales de 11-8, 8-11, 4-11, 11-2, 7-11 en el Gimnasio Metropolitano de Tokio. Sin embargo, Yunier, quien repitió su quinto escaño de la lejana Beijing 2008, materializó 23 puntos disponiendo de su servicio, por 25 Joo, además de un mayor rally de seis tantos en línea.
Pero los números son fríos. Yunier, a sus 38 abriles y quien padece una cuadriplejia luego de saltar con 20 años a una piscina poco profunda y accidentarse, es un ganador.
Otros ganadores de Latinoamérica y el Caribe
Pero si de Latinoamericanos con la estela de gloria sobre sus hombros hablamos, hay que mencionar a la parapesista mexicana Amalia Pérez, acreedora de su cuarto cetro paralímpico en línea.
A sus 48 años, Pérez, quien sufre una artrogriposis congénita, (afección que afecta la fuerza muscular de las piernas) reinó en esta oportunidad en la categoría de 61 kg con 131 kg, por delante de la recordista mundial, la nigeriana Lucy Ejike (bronce-130). Para Pérez, quien tiene como ídolo a la gimnasta rumana Nadia Comanecci, y quien con anterioridad incursionó en la natación a los seis años como parte de su rehabilitación constituye esta su sexta presea paralímpica en línea, desde su debut plateado en Sydney 2000 con 117.5 kg. Esa fuerza, ese extra supremo de Amalia, se lo imprimen su hija Melissa, y su preparador, que es su esposo y compañero de vida.
Sendos récords mundiales absolutos de sus respectivas categorías patentaron en la pista atlética el colombiano José Gregorio Lemos con disparo de 60.31 metros en el lanzamiento de la jabalina F38; y el brasileño Wallace Santos en la impulsión de la bala F54-55 gracias a envío de 12.63 metros.
Lemos, de 30 años, natural de Cali, y quien sufriera una lesión en la columna mientras se preparaba para los Panamericanos de Lima 2019, doblegó en la final al ucraniano Vladyslav Bilyi (55.34 metros) y a su coterráneo Luis Fernando Lucumi (54.63).
Santos, por su parte, se impuso al búlgaro Ruzhdi Ruzhdi (12.23 metros) y al polaco Lech Stoltman (12.15). Este paraatleta brasileño debutó en Río 2016, luego de que un accidente sufrido en 2007 cuando arreglaba su auto le fracturó una vértebra y provocó una paraplejia.
Así, llegamos al epílogo de esta pequeña secuencia. Brasil (6-5-12) es el país mejor posicionado por Latinoamérica y el Caribe en un medallero comandado por China (30-21-26). Colombia (2-3-4) le secunda. Cuba aún no lo inaugura, pero el esfuerzo no ha faltado en cada presentación de los nuestros.
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