ARCHIVOS PARLANCHINES: El Mambí hundido por un ‘lobo gris’
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Los ataques de los submarinos alemanes, llamados “lobos grises” contra barcos cubanos cerca de las costas de Isla durante de la Segunda Guerra Mundial fueron noticia frecuente en los diarios nacionales en los años 40; no obstante, es posible que ninguno de estos hechos de sangre impactara tanto en la ciudadanía como el trágico hundimiento de El Mambí.
Según la prensa de la época, el tanquero El Mambí, el cual formaba parte del convoy NC-18 que llevaba mieles, azúcares y otros abastecimientos hacia Estados Unidos, fue hundido el 13 de mayo de 1943 por el submarino alemán Unterseeboot U-176, a diez millas de Puerto Padre, Las Tunas, y a 27 millas de Nuevitas, Camagüey.
Según Antonio Bárbaro Álvarez Delgado, estudioso del Museo Histórico Naval (MHN) de Cienfuegos, en la embarcación iban 36 hombres entre los que figuraban cinco artilleros norteamericanos. Solo se salvaron doce, quienes se encaramaron en las balsas salvavidas y en los pedazos de la destruida nave que empezaron a vagar por el mar.
De los 21 marinos cienfuegueros, casi todos residentes en la barriada de Reyna, 13 perecieron en la tragedia.
Valor y fortuna
El Mambí era un tanquero a vapor de mil 983 toneladas de desplazamiento, construido en 1883 por Oswald Mordount y Cia. Southanmpton para la empresa de la miel Cuba Distilling Co. Inc., y en Cienfuegos, donde operaba, tenía fama de ser un transporte rápido y seguro.
El hundimiento, como sucede casi siempre, no estuvo exento de aventuras y leyendas. Andrés Silva Subirats, uno de los sobrevivientes de la criminal agresión nazi, le contó a un periodista del portal digital 5 de septiembre en 2017:
“Estaba de guardia esa noche en un puesto de observación. De pronto, vi venir sobre el navío una estela verde iluminada por la luna. Grité con todas sus fuerzas: “!Torpedooo a estribor!”, y me aferré para no caer, al enrejado de madera del piso”.
“La explosión me lanzó contra la pared del puente de proa, primero, y al agua después. Cuando iba de caída hacia el mar, vi al buque cinterna norteamericano Nickeline, repleto de combustible, yéndose a pique por un impacto similar”.
Andrés Silva, tras treparse en una balsa estuvo a punto de ser ametrallados por el submarino que emergió y les dio caza a él y a varios sobrevivientes.
Al amanecer día siguiente los marinos fueron rescatados de aquel infierno. Todos los sobrevivientes del naufragio recibieron sus medallas de Héroes de la Segunda Guerra Mundial, conferidas también post mortem a los fallecidos.
Los marinos de El Mambí no fueron los únicos cubanos que cayeron en acción durante la Segunda Guerra Mundial. Unos cinco barcos yacen en el fondo del mar, víctimas de los submarinos alemanes, y 77 hijos de nuestra tierra dejaron sus vidas en la pelea.
En la Avenida del Puerto, en las cercanías del Castillo de la Real Fuerza, se puede ver hoy en día un obelisco de piedra blanca, algo abandonado, dedicado a los marinos cubanos víctimas del conflicto bélico.
Mientras que, en Cienfuegos, el artista de la plástica, Mateo Torriente, perpetuó el recuerdo del hundimiento de El Mambí en la escultura en bronce “Estrella con caracola y cuerno” que desde 1989 se encuentra en el parque situado al finalizar el malecón de la Perla del Sur.
De acuerdo con los historiadores, la marina de guerra alemana activó al comenzar la Segunda Guerra Mundial un proyecto para enviar submarinos al Mar Caribe con el propósito de cortar las fuentes de abastecimientos hacia Estados Unidos y de crear pánico e inseguridad en los viejos y lentos mercantes destinados a apoyar a las fuerzas aliadas. Y los resultados se correspondieron con los siniestros planes, aunque, increíblemente, un “lobo gris” fue hundido por barcos cubanos…
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