Ocupa Wall Street, parteaguas del discurso político, cumple 10 años

Ocupa Wall Street, parteaguas del discurso político, cumple 10 años
Fecha de publicación: 
17 Septiembre 2021
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Marcha del movimiento Ocupa Wall Street por Nueva York, en octubre de 2011. Foto Ap/Archivo

Hace 10 años estalló Ocupa Wall Street, cuya presencia física duró sólo un par de meses, pero cuyo impacto sigue retumbando en Estados Unidos al cambiar la narrativa política con su famoso lema: "somos el 99 por ciento" que colocó la injusticia económica al centro del debate sobre la democratización del país, y nutrir algunos de los movimientos progresistas sociales y electorales sin precedente a lo largo de esta última década.

En respuesta al llamado de Adbusters, revista independiente activista, a que 20 mil manifestantes tomaran Wall Street el 17 de septiembre de 2011, sólo unos cientos de jóvenes acudieron. Se encontraron con una masiva presencia policiaca en un perímetro de seguridad de varias cuadras alrededor de Wall Street pero que, en efecto, logró el objetivo de los manifestantes: poner bajo sitio el símbolo del capitalismo, la Bolsa de Valores de Nueva York. Hasta a la famosa escultura del toro de Wall Street le fue asignada protección policiaca las 24 horas durante esos dos meses.

Al ser impedidos de llegar a Wall Street, los manifestantes se dirigieron al Parque Zuccotti, a unas cuatro cuadras, una plaza a un lado de Broadway, el cual tomaron re-bautizando el lugar como "Plaza Libertad". Durante los primeros días instalaron una cocina popular, una biblioteca, una carpa de asistencia médica y empezaron a organizar foros. Todos los días realizaban una "asamblea general" en la cual toda decisión se tomaba por consenso en su experimento de organización horizontal sin líderes.

Identificaron como su inspiración al movimiento de los Indignados en España, la Primavera Árabe, y las movilizaciones estudiantiles en Chile y reconocieron como sus antepasados inmediatos al movimiento altermundista de fines de los años 90 y algunos tenían como referencia al EZLN y nuevas expresiones en Sudamérica.

Se asombraron de que eran percibidos como una amenaza tan peligrosa, que las autoridades asignaron a cientos de policías y agentes para protegerse de lo que era un movimiento no violento y al inicio muy blanco y de clase media. Pero sus filas fueron creciendo y diversificándose tanto en color como en edad.

En los primeros días, de repente apareció una brigada de trabajadores del sindicato del transporte público de varias razas y etnias coreando "somos el 99 por ciento". Con los días, se empezaron a sumar integrantes de otras organizaciones y movimientos, incluyendo los de otros gremios –telefonistas, maestros, electricistas, jornaleros–, así como agrupaciones de derechos civiles, activistas gay, veteranos de guerra, religiosos, anarquistas, activistas comunitarios, académicos y artistas.

El cambio se notó en las conversaciones e intercambios, los idiomas y sobre todo en el ritmo de los incesantes tambores, que ahora ya hacían bailar.

El comedor popular servía a todos de manera gratuita, gracias a donativos de todo el país, se coordinaron proyectos de difusión y comunicación incluyendo un periódico impreso de alta calidad llamado The Occupied Wall Street Journal, se organizaron grupos de trabajo y hasta una "universidad" sobre temas de todo tipo. Aparecieron y participaron líderes sociales e intelectuales y artistas de renombre, entre ellos Jesse Jackson, Pete Seeger, el presidente de la central obrera nacional Rich Trumka, Tom Morello, Michael Moore, Naomi Klein y en otras ciudades participaron Noam Chomsky y Cornel West.

En uno de los foros de Ocupa en Nueva York, Arundhati Roy declaró: “lo que ustedes han logrado desde el 17 de septiembre… es introducir nueva imaginación, un nuevo idioma político en el corazón del imperio. Ustedes han reintroducido el derecho a soñar”.

Foto
▲ Póster con el que se convocó
a la primera movilización de
Ocupa Wall Street, en 2011.
Foto Adbusters

Realizaban acciones directas diarias, marchas, bailes, acciones directas no violentas y algunas aventuras y travesuras con gran humor (https://theyesmen.org/project/occupybullfight/video] y producian videos con nombres tramposos para difundir sus mensajes [https://vimeo.com/30476100).

Ocupa Wall Street se multiplicó y en un momento llegó a tener presencia en más de 100 ciudades y pueblos –desde Filadelfia, Boston, Chicago, Oakland, Phoenix y Washington y hasta Alaska– con diversas expresiones y dimensiones en otros 82 países, incluyendo brevemente a México.

El sociólogo Immanuel Wallerstein proclamó que era en su momento “el acontecimiento político más importante de Estados Unidos desde los levantamientos del 68, de los cuales es descendiente…” (https://www.jornada.com.mx/2011/10/22/politica/036a1pol). Jesse Jackson, al acompañarlos, declaró que los manifestantes eran "los hijos de la campaña de los pobres" de Martin Luther King.

La autora y analista Rebecca Solnit registró que fue el primer momento unplugged de la generación que nació enchufada a las computadoras y las redes cibernéticas, porque por primera vez se reunieron físicamente, podían verse, enojarse, enamorarse y organizarse en persona. Entre sus logros, escribió en el primer aniversario de ese estallido, está el “articular, clara e incontrovertiblemente, y a todo volumen, qué espantoso y destructivo es el actual sistema económico. Nombrar algo es una acción poderosa… hablar la verdad cambia la realidad (…) Los astutos de Ocupa trajeron a un caballo de Troya lleno de la verdad a la ciudadela de Wall Street”.

Dos meses más tarde, la policía logró reprimir y desmantelar el campamento en la Plaza Libertad, llegando con gas y equipo antimotín y tirando a la basura cientos de libros. "No pueden desalojar una idea cuyo momento ha llegado", fue la respuesta en pancartas.

Diez años después se debate el impacto real de Ocupa. Un líder veterano de diversas luchas sociales, desde el sindicalismo democrático en los 70, el movimiento Arcoiris de Jackson, a la fundación de un partido político de izquierda, comentó a La Jornada esta semana que se tiene que reconocer que “Ocupa puso la desigualdad sobre la mesa, ellos cambiaron más (el debate político) sobre ese tema en tres meses que nosotros en 30 años”.

Muchos jóvenes que despertaron políticamente con ese movimiento se han sumado a una amplia gama de nuevas iniciativas, desde cooperativas de trabajadores hasta nuevos movimientos ambientalistas (ver el nuevo llamado de Adbusters https://www.adbusters.org) al movimiento por las vidas negras a nuevas organizaciones político-electorales e incluso han ganado puestos de elección.

De hecho, varios veteranos de Ocupa participaron en las dos campañas presidenciales del socialista democrático Bernie Sanders, quien retomó y puso al centro del mensaje de su movimiento el vocabulario hecho masivo por Ocupa de defender al 99 por ciento contra el control antidemocrático del 1 por ciento más rico de la economía y la política en este país.

El enfoque sobre la injusticia económica, el 1 por ciento contra el 99 por ciento promovido por Ocupa Wall Street sigue siendo un eje central de la disputa política, económica y social de Estados Unidos, 10 años después.

 

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