Mundial de luchas de Belgrado 2023: Mea culpa con Rosillo
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Foto tomada de Jit
Si me hubieran preguntado antes del inicio del Campeonato Mundial de luchas de Belgrado 2023 cuáles serían las mejores actuaciones de Cuba, el gladiador del estilo grecorromano Gabriel Rosillo no hubiera estado en esa lista.
No era el de menos posibilidades en la delegación, pero al menos en su modalidad hubiera puesto por delante a todos menos a Yosvany Peña, tomando en cuenta los resultados que avalaban a cada cual. Incluso al novel Kevin de Armas lo veía con mejores opciones de luchar por el boleto a los Juegos Olímpicos de París 2024 en su división.
Sin embargo, aunque algunos no lo crean, me complace equivocarme de esta manera, luego de ver a Rosillo finalmente conseguir un desempeño consagratorio al llevarse el oro mundial en los 97 kilos.
Brillante fue su desempeño en toda la lid, donde se incluyeron éxitos ante los mejores de esa categoría, para refrendar las condiciones que le vieron los especialistas desde su coronación en la justa del orbe juvenil de 2019.
Regreso triunfal además, porque no olvidar que el titular panamericano y centroamericano no estuvo en la pasada justa orbital porque sufrió de Covid-19 y perdió mucho tiempo de entrenamiento.
Esta actuación me hace recordar el pasado reciente con Ismael Borrero y Luis Orta, casualmente ambos también de la greco, y en similar peso. Borrero no era ni siquiera campeón panamericano cuando en 2015 se llevó el oro planetario, y de ahí en adelante fue prácticamente imparable. Orta era un perfecto desconocido hasta Tokio 2020 y ahora es el hombre a derrotar.
La del santiaguero de 24 años fue considerada entre las grandes sorpresas del Mundial, junto al iraní Amir Mirzazadeh, que la noche anterior también en los segundos finales derrotó al gran favorito de su categoría, el turco Riza Kayaalp, pero Mirzazadeh ya atesoraba un título ecuménico.
No obstante, espero que lo suyo en la Arena Stark no sea cosa de un estado de gracia pasajero, sino el empujón de confianza que necesitaba el indómito para creerse de verdad que está entre los menores del planeta.
Del resto de la comitiva es imprescindible destacar a Orta, otra vez inmenso, y a Oscar Pino, que se ratificó entre los mejores superpesados del mundo y amarró el cupo estival que defenderá en París el excepcional Mijaín López.
Igualmente loable el desempeño de Milaimys Marín, la otra que garantizó ya su presencia en la Ciudad Luz, aunque lo hizo in extremis, en la batalla por el último cupo.
Muy por debajo esta vez la libre varonil, con derrotas en las primeras presentaciones de todos nuestros representantes, señal quizás de que ya se necesita un cambio generacional, aunque lógicamente la cercanía de París lo impide.
Para los que no consiguieron los pasaportes ahora quedan los torneos continentales y un clasificatorio mundial el venidero año.
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