Teatro con y por la gente

La edición 24 del Encuentro Internacional Primavera Teatral, recién concluida en la provincia de Granma, ha sido un acto de resistencia cultural y de fe en el poder, las implicaciones, los aportes concretos del arte. En un contexto especialmente complejo marcado por grandes afectaciones electroenergéticas, la cita se sostuvo gracias al empeño de las autoridades del territorio, al trabajo del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y sobre todo, gracias a los propios creadores, que no renunciaron a la escena ni a su público.

Se realizaron funciones en salas teatrales, pero también en parques, comunidades, escuelas y círculos infantiles... Pocas veces hemos visto, en encuentros de esta naturaleza, tantas opciones en tan poco tiempo.

Uno de los valores de esta edición ha sido la diversidad de propuestas escénicas, tanto desde el punto de vista estético como conceptual. Hubo espectáculos dirigidos a distintos públicos, desde los más pequeños hasta los adultos, con enfoques disímiles. Más allá de las diferencias de calidad, que de alguna manera son naturales en encuentros de este tipo (aunque convendría quizás incidir más en una noción de curaduría), prevaleció el compromiso del teatro con su tiempo, con la realidad concreta que viven los ciudadanos, con las tensiones y urgencias de la vida cotidiana.

Ese compromiso se traduce en una certeza esencial: el teatro no es un lujo reservado para tiempos de bonanza, sino una necesidad vital en momentos de crisis. Es precisamente cuando las dificultades arrecian que se hace más importante el arte como espacio de reflexión, como aliento colectivo, como herramienta para imaginar futuros posibles. El teatro, desde sus propias lógicas y con sus recursos específicos, propone un diálogo —a veces arduo, muchss veces propositivo— con las circunstancias, un diálogo que no renuncia a la belleza ni a la crítica, que observa la realidad desde el prisma de la sensibilidad y la inteligencia. Los caminos del arte.

Además, Primavera Teatral es también un espacio de encuentro entre profesionales del teatro, lo que favorece el intercambio de experiencias, la colaboración y el fortalecimiento de las dinámicas de formación. En una ciudad como Bayamo, con una rica tradición escénica y un público receptivo y entusiasta, este evento adquiere una dimensión especial. La hospitalidad con que se acoge a los artistas y el calor humano que se respira en cada función reafirman que el teatro vive, no solo en los escenarios, sino en el vínculo profundo que logra establecer con su gente. Eso, en estos tiempos, no es poca cosa.