Los estadounidenses cada vez confían menos en la Casa Blanca
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El nivel de confianza de los estadounidenses en su Gobierno registró en 2022 la cifra más baja, lo que sitúa a EE.UU. en el último lugar entre los países miembros del Grupo de los Siete (G7) por el nivel de aprobación de los electores de la gestión de sus gobernantes, según un sondeo de la empresa Gallup publicado este lunes.
En los últimos dos años, la aprobación del desempeño del inquilino de turno de la Casa Blanca está "en caída libre", señala la encuestadora. En 2020, casi la mitad (46 %) de los adultos encuestados manifestaron tener fe en el Gobierno, probablemente impulsada por el efecto de la pandemia del covid-19. Un año después, con el presidente Joe Biden ya en el poder, la confianza en la Administración descendió al 40 %, mientras que en 2022 fue del 31 %.
Las cifras de Gallup muestran que en 2006 el nivel de confianza de los estadounidenses en su Gobierno fue de un 56 %, mientras que en la actualidad la mayor parte de los electores (69 %) desaprueba la gestión del inquilino de la Casa Blanca. En otro sondeo difundido el pasado mes de abril, la aprobación pública de Biden registró su nivel más bajo en todo su mandato, con solo el 37 % de los encuestados aprobando su labor.
La aprobación pública en Reino Unido
El bajo nivel de aprobación del desempeño del presidente demócrata estaría relacionado con la situación económica por la que atraviesa el país norteamericano. Además, a los ciudadanos les preocupa la salud física y mental de Biden, de 80 años. Los temores acerca de su capacidad para ejercer el cargo son un continuo tema de discusión en los medios. A principios de junio, el exmédico de la Casa Blanca aseveró que Joe Biden "no está en condiciones mentales ni físicas" para ser presidente de EE.UU.
En la clasificación de Gallup, el Reino Unido, cuya confianza pública ha sido relativamente baja desde 2019, ocupa el penúltimo lugar entre los países del G7 con una aprobación de gestión del Gobierno en 2022 del 33 %. El año pasado, en las ciudades británicas diferentes sectores salieron a las calles para exigir mejoras en las condiciones laborales y un aumento salarial acorde al ritmo de la inflación.
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