Liga Élite del Béisbol: Indisciplinas

En este comentario me voy a referir a situaciones específicas con nombres propios, pero solo porque lo pudo ver todo el mundo en el estadio o por la televisión; para nada quiero personalizar, sino todo lo contrario.

Este domingo el lanzador de Industriales Raymond Figueredo estaba a punto de completar el quinto episodio en otra excelente apertura, y fue expulsado por el árbitro principal, Luis Figueredo, por protestar el conteo.

No voy a entrar en si fue bola o strike ese segundo lanzamiento (el otro estaba claramente fuera de zona), aquí lo importante es controlar las emociones porque las actitudes traen consecuencias.

Sé que se está jugando con deseos, que hay sangre en las venas, pero esa sangre tiene que llegar también al cerebro y pensar con cabeza fría, sobre todo los peloteros, que son los expulsados a la postre. Los imparciales también, a la hora de tomar una decisión, pero en este caso Figueredo (el abridor) se lo puso en bandeja a Figueredo (el juez) y no hay cómo justificarlo.

Simpatizo personalmente con este lanzador, pero tiene que ser más ecuánime en estas situaciones. Me pareció cuestionable la zona del árbitro (demasiado amplia hacia los lados para mi gusto), pero era pareja para todo el mundo, y en el peor de los casos, alterarse tampoco es la solución.

Estaba a dos outs de poder aspirar a la victoria y no solo perdió esa oportunidad, sino que dejó a su equipo en situación incómoda, con un relevista que no estaba listo todavía para encaramarse en la lomita. Me temí lo peor en ese momento porque el novato Rafael Perdomo había estado muy mal en sus últimas salidas, y sin el calentamiento necesario, pensé que sería peor, pero la pelota es así, en esas condiciones fue cuando mejor lo hizo.

Anécdota aparte, espero que Raymond haya reflexionado, porque al final ese conteo no tiene marcha atrás y fue él el único perjudicado.

También en esa subserie se vivió una suspensión de partido por uso de bate ilegal, en este caso de Yoasniel Pérez, quien luego declaró que para nada intentaba sacar ventaja, pues sucede todo lo contrario con ese bate, con el cual su swing pierde potencialidades.

Recuerdo una situación parecida en una postemporada entre Industriales y Matanzas con un bate partido, pero en aquel momento la protesta no prosperó porque no se podía demostrar que ya el implemento venía dañado previamente.

Este fin sí estaban las pruebas a la luz, como al día siguiente en el tope Matanzas-Las Tunas, aunque en este último caso, el marcador fue desproporcionado y no valía la pena suspender el juego por un turno al bate.

La alerta aquí es a la Comisión Nacional, porque alguien debe inspeccionar los bates antes para evitar estos problemas. Con las situaciones que vivimos cada año con partidos suspendidos por lluvia y los dolores de cabeza que eso trae luego en el calendario, no podemos darnos el lujo de suspender choques por esta situación.

No sé si les toca, pero sería bueno para todos.