LA FOTO: Yo te salvo
especiales
Foto: tomada de Facebook
No tiene raíces y apenas ramas o follaje, en realidad ese árbol debería haber muerto; pero su vecino lo ha salvado y sobrevive gracias al abrazo.
Con solo contemplarlo puede entenderse por qué le han bautizado como El árbol de la esperanza. Alguien decidió talarlo, y gracias a su compañero que lo sostiene y alimenta desde entonces, juntos despiertan cada primavera y duermen unidos en los otoños.
Lo que ha permitido este enlace salvador es un fenómeno natural llamado inosculación (o anastomosis) en el que ramas, troncos o raíces de árboles diferentes crecen juntos compartiendo nutrientes y agua en una mutua colaboración que propicia dicho proceso, biológicamente similar al injerto.
Este vínculo especial entre dos seres vivos ocurre de manera espontanea. Es más usual entre árboles de la misma especie, aunque también puede suceder entre especies diferente, siempre que estén genéticamente relacionadas.
El término inosculación que identifica a esta unión deriva del latín “osculari”, que significa besar.
Y en la foto quienes se besan son dos ejemplares de haya, de la especie Fagus, originaria de las zonas templadas de Europa, Asia y Norteamérica.
Abunda en el Parque Nacional Bükk , de Hungría, donde fue descubierta esta singular pareja, símbolo magnífico y conmovedor de cómo, a pesar de los intentos destructivos de los humanos, la naturaleza se empeña en sobrevivir.
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