Israel Rojas, más canciones después de un buen Café
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Ya nos debíamos este diálogo, desde que nos dejaran en los oídos el delicioso sabor a Café con que anunciaron su próxima producción discográfica que saldrá bajo el sello EGREM y el título Morada. Claro que intentamos averiguar el por qué de ese nombre, si se trata del color o la casa, pero Israel Rojas prefiere dejarnos imaginando esas y otras respuestas hasta los primeros días de febrero, cuando prevén el lanzamiento oficial:
«Estamos muy contentos, ya hemos concluido todo el proceso del disco. Lo que pasa es que hoy en día no basta con terminar un disco, tienes que acompañarlo con toda una estrategia promocional bien clara en las plataformas digitales, que son, actualmente, el espacio en el que circula la música y en el que para uno, desde Cuba, se le hace bien complicado por todo el tema del bloqueo, por la inaccesibilidad a esas redes, por la monetización... un desafío es tratar de recuperar algo de la producción en sí, porque antes el concierto en vivo te devolvía de algún modo todo eso, pero después de la COVID ha cambiado el esquema... Pero la buena noticia es esa, que tenemos el disco terminado, que estamos muy entusiasmados con el trabajo, yo creo que es de lo mejor que hemos hecho», aseguró el líder de Buena Fe.
Definitivamente, son días difíciles y el mundo de la música no se escapa: «específicamente en Cuba, con el tema del reordenamiento, realmente muchos de nosotros estamos tocando por verdadero amor al arte y respeto al público», confesó Israel, uno de los artistas que, por si fuera poco, debe lidiar con la industria del odio que lo ha puesto al centro de lo que él mismo describe como «una campaña mediática bastante bien coordinada para tratar de demeritar todo el trabajo que uno haga, o sea, para nosotros es doblemente complejo».
Con los tiempos, han cambiado los retos: «hoy no basta con ser buen músico, no basta con tener un buen paquete de canciones; ese paquete de canciones puede pasar desapercibido justamente porque hay estrategias para que los músicos como nosotros no se escuchen. Entonces ¿qué hay que hacer?: hay que ser mucho más puntuales en los audiovisuales, que también son muy caros; ser más puntuales en todas las estrategias de promoción, diseñar una campaña que pueda acercar a los públicos potenciales que consumen esta música y que se enteren en Cuba o fuera de ella.
«Entonces yo creo que estamos en esa etapa ahora, que va a durar hasta el 7 de febrero, cuando será el lanzamiento del disco. También hemos trabajado con mucha gente joven, con nuevos arreglistas, con nueva sangre que le ha dado otra visión al trabajo. Creo que las canciones también responden a una madurez de entender cuáles son los públicos que hoy consumen este tipo de música y cuáles son esas temáticas más enaltecedoras, que puedan generar un interés por lo que hacemos y, por supuesto, ya no somos unos muchachos bisoños, nosotros también hemos sufrido el desgaste del tiempo».
Los autores de temas como Psicología al día, Corazonero y La fuerza de un país nos sirvieron un Café musical, mientras se iba concibiendo, casi bordando (son palabras de Israel) el resto de la estrategia comunicativa para el nuevo fonograma:
«Café fue una muestra, fue sacrificar un peón, en el sentido de ver qué sucede cuando tú haces bien las cosas en materia de promoción para con el público que consume tu música, porque no es exactamente un tema que se ha vuelto popular, que te van a poner mucho en los medios. En el caso nuestro no siempre eso es tan fácil, nos hemos dado cuenta también de que hay cierta reticencia en los medios de comunicación, porque se han vuelto subordinados de lo que está pasando en redes, y lo que está sucediendo en las redes simplemente es un fenómeno absolutamente motivado por la paga que se hace desde fuera para incentivar, excitar esos algoritmos, y esos algoritmos nos dicen que este tipo de música es la que consume la mayoría de la población cubana, y resulta que, ni etáreamente, ni de otras formas, eso es verdad. Eso solo es verdad en un diseño digital que, casi siempre, se hace desde fuera de Cuba».
Coincidimos con Israel en que «ese es un tema más complicado», y también en que es lamentable que tantas veces pasemos de ingenuos y obviemos que detrás de las supuestas tendencias que marcan los algoritmos «hay mucha ingeniería social, mucha tecnología y mucho dinero corriendo por debajo», pero ninguno de esos traspiés logran trastocar la Buena Fe con que se han ganado un público fiel:
«¿Qué hemos hecho? Bueno, concentrarnos en nuestro público, en los bolsones de público que consumen nuestra música dentro y fuera de Cuba, y eso fue lo que pasó con Café, un verdadero éxito hace unos dos meses, y cuando lo interpretamos en Querétaro, México, la gente bajo la lluvia cantó como si fuera una canción de hace 20 años, o sea, eso significa que cuando tú haces las cosas bien, funcionan. Tenemos mucha fe de que eso mismo va a pasar con el resto de las canciones del disco.
«Poco a poco, hasta septiembre, estaremos compartiendo cada 21 días un material, hablando de la canción, trabajando la canción, generando contenido en función de esa canción, a fin de que llegue a la mayor cantidad de gente interesada posible».
Sobre cómo construir o ganar la fidelidad del público, también estuvimos comentando: «Primero ha sido la constancia; luego, tú no puedes arrancarle a la gente los recuerdos de tantos años haciendo eso mismo, respetando a la gente. Nosotros hemos tocado para cinco personas y para plazas repletas, en pueblos muy humildes, como si fuera el teatro Karl Marx.
«Puede que haya gente que discrepe con mi manera de pensar, pero la música no tiene que ver con eso; la música, más temprano que tarde, te acompaña; son canciones con las que has crecido. Yo no hago proselitismo político en los conciertos, yo hago un show para la gente, piense como piense. Cuando uno va al médico en Cuba, no le preguntan si es disidente o militante; te ponen la inyección, si la necesitas. En mis conciertos pasa lo mismo: yo te trato como si fueras un enfermo que necesita una canción. Luego está la obra que, humildemente, hemos tratado que tenga la mejor calidad».
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Paulo Silva
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