El expresidente de la Corte Suprema de Israel Aharon Barak afirmó que el país marcha hoy rumbo hacia una guerra civil, como consecuencia de las acciones del primer ministro Benjamín Netanyahu, una opinión que comparten amplios sectores nacionales.

En una entrevista con el diario Yedioth Ahronoth, el exfuncionario criticó la decisión de Netanyahu de destituir a Ronen Bar, jefe del Shin Bet (servicio de seguridad interna), pese a un fallo del máximo tribunal de justicia de esta nación.

El político derechista justificó la remoción de Bar con el argumento de una pérdida de confianza en su trabajo, en medio de una investigación del Shin Bet del llamado caso de Qatargate, que involucra a dos colaboradores cercanos al jefe de Gobierno por supuestamente recibir dinero de ese país árabe.

“El mayor problema que enfrenta la sociedad israelí hoy en día es la profunda división entre los propios israelíes (…) Esta división se está agravando y podría terminar, como un tren que descarrila, en una caída al abismo y una guerra civil”, afirmó Barak.

El diario Maariv coincidió ayer al estimar que Israel se encamina “una crisis constitucional sin precedentes” si el gabinete desafía una orden de la Corte Suprema y despide a Bar.

El Gobierno decide quién será el jefe del Shin Bet, según las leyes nacionales, advirtió el primer ministro.

Hace seis días, Netanyahu convocó a Bar a su despacho y le pidió que renunciara, pero este último se negó, tras lo cual el primero convocó al Gobierno para destituir al segundo, una situación que provocó una ola de críticas y protestas a nivel nacional.

Sin embargo, esta semana del Supremo congeló la remoción hasta que se analicen las diversas querellas presentadas por la oposición sobre el tema, tras lo cual la Fiscal General Gali Baharav-Miara prohibió nombrar un nuevo jefe del organismo.

Baharav-Miara, quien mantiene un tenso enfrentamiento con Netanyahu y sus aliados en el poder, es blanco también de un proceso de destitución en su contra.

Pero el titular de Comunicaciones, Sholomo Karhi estimó que la corte carece de autoridad legal para interferir, una postura respaldada por los ministros de Finanzas, Bezalel Smotrich, y de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.

En ese contexto, el presidente del Colegio de Abogados, Amit Bachar, advirtió que ignorar el fallo constituiría una flagrante violación del estado de derecho.

Bakhar indicó que había comenzado a coordinarse con bufetes de abogados y asesores legales del sector público para implementar una posible huelga, que podría paralizar el poder judicial.

En similar sentido se pronunció el jefe de la Histadrut (Sindicato General del Trabajo), Arnon Bar-David, quien alertó que Israel está al borde del caos que las políticas del gobierno, ante lo cual prometió no “quedarse de brazos cruzados”.

En el mismo contexto, las principales empresas tecnológicas y fondos de inversión israelíes amenazaron con sumarse a las protestas y paralizar la economía si Netanyahu mantiene la destitución de Bar.

El Foro Empresarial, que agrupa a la mayoría de los trabajadores de las 200 compañías más grandes del país, también respaldó esa postura de fuerza y advirtió que “cerraría la economía nacional”, al igual que numerosas universidades, escuelas y más de 40 jefes de autoridades locales.