Ismael Serrano: «Hay que reivindicar el éxito y buscarlo»
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Ismael Serrano. Foto: Pedro Walter
Siguiendo la línea del previo 'Seremos' (2021), Ismael Serrano prosigue en su nuevo álbum, 'La canción de nuestra vida' (2023), 'en ese empeño por desmontar el tópico del cantautor y, sobre todo, una pose que es la de ir de perdedor permanente y esa cultura de la derrota'.
'Primero porque no se corresponde con la realidad, porque a mí me va bien, aunque aún tenga mis conflictos y mis luchas, y luego porque hay que aprender a ganar, a que hay que reivindicar el éxito y buscarlo, permitirnos celebrar nuestras pequeñas victorias en la vida', señala en una charla con EFE a propósito de temas como 'Saber ganar'.
Encuentra que esa afección por el fracaso está muy presente en el relato de la izquierda, un relato 'que la derecha ha inventado para deslegitimar al oponente y quebrantar su reputación, como si por ser votante de izquierdas tuvieras que hacer voto de pobreza y vivir en la miseria absoluta y dar explicaciones cuando te van bien las cosas'.
'Algo que pasa también en este país es ver la victoria ajena como una derrota personal y hay que distinguir que efectivamente hay unos privilegios que explican algunas derrotas, pero que no todo es así y que el hecho de que le vaya bien a alguien no demerita tu vida, como si tú fueses un fracasado', opina Serrano (Madrid, 1974), tras ironizar sobre las paradojas de la izquierda en 'La fábula de los tres conejos'.
De 'La canción de nuestra vida' (Sony Music), el undécimo álbum de estudio de su carrera, dice que, aunque suene a cliché, es 'un disco de madurez', tanto por los temas que trata como por su 'empeño por reconciliarse con el paso del tiempo'.
'No digo que lo consiga, pero cuando canto un tema como 'Me amo', es un ejercicio de autoestima para entender que está bien que el tiempo pase, aunque ya no soy la joven promesa y eso me invisibiliza en términos de seducción y en términos laborales, porque en este oficio la edad penaliza hasta al llevar tu disco a una radio', reflexiona.
Reconoce una forma de vencer al tiempo, que es la búsqueda de canciones intemporales tras los pasos de aquella 'que te permite hacer las paces con el universo y entender el mundo y entender tu vida', en definitiva, 'la canción de nuestra vida', como reza el título y el corte que abre el disco, una búsqueda en la que se mantiene.
'No sé si las mías serán tan inmortales como uno sueña, pero que perdurarán un tiempo y que me sobrevivirán, creo que sí, también porque no dejan de renovarse en cuanto tratan temas universales, aun cuando no era su propósito, como es el caso de 'Papá, cuéntame otra vez', que hablaba de Bosnia a través de Vietnam y que se lleva renovando desde hace más de 25 años porque parece que no logramos superar ciertos obstáculos', analiza.
Reconoce que jugó a ser demasiado mayor cuando era joven ('Cuando eres inflexible, rotundo y vanidoso y crees que conoces todas las respuestas', apunta), pero que es ahora cuando ha comprendido la 'verdadera dimensión de la rutina del amor' que trataba en uno de sus primeros temas, 'Un muerto encierras', que ha querido renovar ahora 'con otra mirada, un arreglo más sencillo y crudo, más grave'.
'Con el paso del tiempo te vas flexibilizando, sobre todo con la paternidad, porque entiendes que no estás en el centro, lo que es muy saludable para la salud mental y la creatividad, porque dejas de estar en el centro del relato', señala Serrano.
Ese enfoque se ve claramente en 'Un pedacito de tierra', sobre la degradación del medio ambiente y el legado a los hijos, aunque con una 'ventana a la esperanza'. 'Creo que no estamos a la altura del reto que supone el cambio climático, pero que cuando a ellos les toque asumir responsabilidades en la política, las cosas cambiarán'.
Instrumentalmente, aunque mantiene cierta épica heredada de 'Seremos' en temas como el que lo abre o 'Tiempo', en el que participa el rapero Nach, este disco le está dirigiendo a un lugar en el que se siente 'cómodo', que es 'ese punto de folk que tiene la canción a guitarra y voz con melodías diferentes a las habituales en la canción de autor', como pasa en 'Los amantes invisibles' y las citadas 'Saber ganar' y 'Me amo'.
A ese terreno intenta llevarse incluso una conocida bachata, 'Burbujas de amor' de Juan Luis Guerra. 'Alguien me dijo una vez que si escuchara sus maquetas, vería que parecen canciones de Silvio Rodríguez; son grandes canciones con un vuelo poético interesante, que renovaron el género en cuanto a contenido y esta en concreto me llamó porque tiene una melodía preciosa', argumenta.
El próximo 7 de octubre inicia un extenso 'tour' por Uruguay y Argentina con un primer concierto en Córdoba y recitales por ciudades como Buenos Aires (del 27 al 29 de octubre), a los que seguirán dos paradas en México (en la capital el 1 de diciembre y en Puebla el día 2).
A partir del 15 de diciembre vuelve a España para tocar en el Palacio de Congresos de Salamanca y en otros puntos como Madrid (Teatro Circo Price, 27 y 28 de enero), en 'una gira muy acústica y teatral, como un diálogo con el público que romperá la cuarta pared, y una puesta en escena bonita, casi como una comedia musical'.
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