Hotel Saratoga: Solidaridad y amor por toda Cuba
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“La solidaridad entre los hombres y la solidaridad entre los pueblos, sólo se puede concebir en el socialismo y sólo se puede comprender en el socialismo”, fueron las palabras de Fidel Castro en el Noveno Fórum de Ciencia y Técnica, (Habana, 1974).
Hoy esa solidaridad se pone en alto, a raíz de los sucesos en el hotel Saratoga de la Habana, con el apoyo brindado por otras provincias del país como muestra fehaciente de lo que es capaz nuestro pueblo.
En reciente entrevista con Daniel López Trujillo, delegado de la Circunscripción número 13 del Consejo Popular "Vivian Alonso" del municipio Güira de Melena, en la provincia Artemisa, conocimos su experiencia en el lugar del siniestro.
“Desde el momento de los hechos la Cruz Roja, en trabajo conjunto con las autoridades del gobierno de la provincia, activaron los grupos que bridarían servicios de salvamento y rescate en la zona afectada por el devastador accidente".
"Inicialmente del municipio de Güira de Melena partimos 6 compañeros acompañados por otro grupo de 6 de San Antonio de los Baños, los que llegamos hasta el lugar afectado cerca de las 2 de la tarde de ese día".
"Una vez allí nos pusieron a disposición de los miembros de la Cruz Roja del municipio de La Habana Vieja y fuimos ubicados en los diferentes sectores donde se iba a trabajar, cumpliendo con todas las medidas de protección. Así comenzamos las labores de rescate de las personas atrapadas que se encontraban en los exteriores de la estructura".
“El trabajo se realizó coordinadamente entre los equipos de rescate de la Cruz Roja y el de los Bomberos, siendo todos un solo equipo sin importar provincia o municipio, para trabajar como un todo y por un solo objetivo que era y es, el de salvar vidas humanas desde el primer momento de la tragedia”.
El también delegado de la Asamblea Municipal de Güira de Melena, Presidente de la Comisión Agro- Alimentaria del municipio y Miembro del Comité Municipal del PCC nos comenta que ésta experiencia le ha marcado la vida para siempre; ver de cerca cada pérdida de vida humana, el llanto, el dolor de las familias, del pueblo en general es y será una experiencia que jamás
podrá borrar de su memoria.
Por otra parte lo compensa la esperanza de poder encontrar, aún, alguna persona con vida y dar la noticia a sus familiares. También las innumerables muestras de amor a través de donaciones de sangre y de voluntarios que llegaron al lugar del siniestro para dar una mano sin importar los riesgos que corrían.
Tanto a López Trujillo como a otros compañeros, la Cruz Roja determinó, en horas de la tarde del 9 de mayo, enviarlo de regreso a sus hogares debido al exceso de trabajo continuo que les impidió, incluso, celebrar el día de las madres, aunque confiesa que el estar lejos de su familia, con el riesgo de no regresar porque el peligro siempre estuvo latente, sólo podía ser recompensado con el logro de entregar a salvo un hijo a una madre.
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