Enter a la mentira no sube al podio en Cuba

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Enter a la mentira no sube al podio en Cuba
Fecha de publicación: 
2 Septiembre 2021
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Los que diseñan y financian la permanente campaña mediática contra Cuba saben lo que significan su deporte y quienes la dignifican desde ese ámbito.

Conocen a la perfección que se trata de una obra erigida como fruto de la Revolución, que la convirtió en derecho del pueblo a base de una prioridad impulsada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Por eso no extraña que los gestores de esa “diversidad” de medios empeñados en atacarnos por todos los flancos le asignen seguimiento constante, pagados para exacerbar desde lo negativo.

No importa si escudriñando en inconformidades, si tergiversando lógicas inquietudes, si mintiendo a partir de rumores. La ética que tanto dicen defender es echada a un lado para construir determinados mensajes.

A partir de esa convicción, absolutizan con saña, al punto de desconocer que el país cuenta con una política de remuneración para atletas, entrenadores y especialistas del deporte, fácilmente consultable en varios sitios de internet.

De espaldas a esa realidad, han articulado un lenguaje mordaz contra la entrega de módulos de productos alimentarios y de otra naturaleza que han sido parte de encuentros repletos de emociones con nuestros representantes en los Juegos Olímpicos de Tokio.  

Enfatizan, por ejemplo, que el aporte de cooperativistas o pescadores empeñados en hacer llegar el fruto de su trabajo a sus ídolos son los únicos estímulos concebidos para estos, y hasta logran que medios de reconocido alcance se sumen al show.

Hablan del «escaso premio con que el gobierno cubano premia a varios de sus campeones en grandes competiciones internacionales», magnifican imágenes acompañadas de mensajes lapidarios y defienden comparaciones a su antojo.

Uno de esos materiales recuerda que Singapur dispuso de 746 mil dólares para premiar a conquistadores de oro en la capital nipona, pero “olvida” que ello no alcanzó para que el país asiático accediera a los estrados donde Cuba celebró 15 veces, siete de esas con oro.

¿Que Mijaín, Idalys, Julio César y otras estrellas de quienes nos sentimos orgullosos recibieron viandas, cárnicos, productos del mar y artículos varios con que vecinos e instituciones les expresaron admiración? Sí.

¿Que en medio de la alegría asociada a tenerles en casa hubo fotos en las redes de esos momentos? También, pero nada de eso constituye motivo para abochornarnos.

¿Que las condiciones económicas del país impiden desplegar todas las acciones que merecen atletas y entrenadores activos y retirados? Sí, pero está igualmente demostrado que los esquemas de estimulación vigentes garantizan entradas dignas y permanentes.

De eso nunca se harán eco quienes incluso se “confunden” y hablan de un medallista olímpico, al tergiversar con odio la esencia del recibimiento ofrecido en su barrio a un novel clasificado para los Primeros Juegos Panamericanos Júnior.

Los empeñados en “cazar” historias desde la misión de desprestigiar, ajenos a cualquiera de los muchos ejemplos de preocupación y ocupación, nunca van a referirse a la obra inmensa de formación desde la base, y muchos menos a la atención social y médica de nuestras glorias del deporte y otros atletas retirados.

Cuba, con Fidel como principal impulsor, ha defendido los derechos de los mejores exponentes de su deporte, y aún en medio de las más duras restricciones ha sido fiel a ese propósito.

Queda mucho por hacer, pero incluso los que mueven los teclados al servicio del imperio debían tener más pudor al darle enter a sus mentiras.

Comentarios

Cada vez que leo algo sobre el tema me gustaría recordarle a todos que tal vez en otro país les paguen más, pero en Cuba se les atiende desde que se captan. No hay casi deportes de élite, pues todos son subvencionados por el Estado. Que cobran todos un salario, que ahora se ha ido transformando en aras de que obtengan mejores ganancias, aunque no cojan una medalla. Que no creo que un deportista merezca más que ningún otro que se esfuerce por cumplir con su trabajo y hacerlo bien. Tal vez deberíamos todos cobrar mejor, pero a falta de pan, casabe. A mi me hubiera gustado muchísimo el regalito y más si venía con unos buenos pescados. se da lo que se tiene y se puede. a ninguno le ha faltado su atención médica especializada sin que les cueste un centavo. Al igual que sus implementos deportivos. En fin, que estoy seguro que muchos atletas de otros países subdesarrollados quisieran tener la mitad de la atención que tienen los nuestros.
alexander@ipk.sld.cu

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