El regreso de los gigantes (+ Infografía)
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Este lunes, pasadas las 7:00 pm, llegará a Cuba la delegación de atletas que nos representó en las Olimpiadas de Paris 2024. A la cabeza del grupo estará Mijaín López, el pentacampeón olímpico, el mejor de los mejores.
Dejó sus botines de lucha sobre el colchón, siguiendo el ritual de los luchadores que se despiden de su carrera, pero nunca ha de despedirse de la historia deportiva mundial y tampoco del corazón de los cubanos, que hoy le recibirán junto al resto de los deportistas cubanos.
Foto: Getty Images
Los rituales olímpicos
De acuerdo con la mitología griega, los Juegos Olímpicos fueron creados por el dios Zeus, quien, según la leyenda, derrotó a su padre Cronos, convirtiéndose en gobernante supremo del Olimpo.
Los primeros de estos juegos se realizaron, más allá de la leyenda, como una forma de honrar a los dioses, particularmente a Zeus, y para fortalecer el cuerpo y el espíritu.
Entre sus competencias figuraban las carreras, el lanzamiento de disco y la lucha, pero además de su carácter competitivo estaban marcados por los rituales. El encendido de la antorcha, el juramento de los atletas y ofrendas a los dioses, eran entre los más importantes.
Atletas y espectadores participaban en procesiones, sacrificios de animales y oraciones para asegurar la bendición divina y el éxito de los juegos.
Uno de los rituales más emblemáticos de los Juegos Olímpicos en la Antigua Grecia era el encendido de la antorcha olímpica para simbolizar la conexión entre dioses y atletas. Con renovadas connotaciones se mantiene hasta hoy. Foto: tomada de olympics.com
La lucha olímpica y sus tradiciones
La Lucha, esa en que Mijaín brillará para siempre, es de los deportes más antiguos de la historia de la humanidad. Desde los sumerios hasta el antiguo Egipto, desde la antigua Grecia a la edad media y luego el Renacimiento, ha sido también de los deportes más populares en las diferentes civilizaciones.
Las primeras evidencia de la Lucha son de la época de los sumerios, hace 5000 años. Esta escultura de bronce, descubierta en Khafaji, cerca de Bagdad, muestra a dos luchadores sumerios
Foto: Pinterest
Hallazgos arqueológicas hablan de la Lucha en el antiguo Egipto. Entre ellas destacan los dibujos descubiertos en las tumbas de BeniHassan que representan a 400 parejas de luchadores alrededor del 2100 a.C. Estas y otras evidencias revelan que entonces ya existían corporaciones de luchadores así como reglas de lucha y códigos de arbitraje.
Imagen de las Tumbas de Baqet y Khety, en Beni Hasan, Egipto Foto: tomada de uwwamericas.org
Los griegos concebían la Lucha como ciencia y arte divino, y lo consideraban el entrenamiento más importante para los hombres jóvenes.
Los luchadores se enfrentaban desnudos, con sus cuerpos cubiertos por aceite de oliva y por una delgada capa de arena para proteger la piel de la luz del sol o del frío durante el invierno.
Base de una estatua que representa a dos luchadores, relieve en mármol de 510 a.C., Museo Arqueológico Nacional, Atenas. Foto: Internet
Este deporte, de los más antiguos, sino el más, practicados por el hombre ha permanecido desde los antiguos Juegos Olímpicos, hasta la actualidad. Estuvo presente en la transición de los antiguos Juegos Olímpicos, que datan del año 708 a.C., a los juegos modernos.
La lucha moderna consta de dos disciplinas separadas: la lucha grecorromana, un estilo basado en el deporte antiguo, y la lucha libre, un formato más moderno.
La grecorromana ha sido siempre un evento olímpico de primer orden desde que se celebraron los primeros Juegos modernos de Atenas, en 1896, y en 1908 se convirtió en una disciplina permanente del programa olímpico.
Muchas y muy variadas han sido las tradiciones y supersticiones que acompañan a los atletas en las Olimpiadas, desde hacerse acompañar por un animalito de peluche, correr con las medias mojadas; en equitación, tirar sal en la salida y sobre el caballo antes de una carrera, hasta rezar oraciones, persignarse y otros …
En la lucha greco es tradición, cuyo origen no es posible rastrear, el descalzarse y depositar las botas sobre el colchón como símbolo de despedida de la carrera deportiva del luchador.
Mijaín siempre
Ese fue también el ritual que siguió nuestro Mijaín López luego de ganar su quinto oro consecutivo en los Juegos Olímpicos el pasado 6 de agosto, cuando se convirtió en el primer atleta en el mundo en ganar cinco títulos olímpicos en la misma disciplina en cinco ediciones seguidas de los Juegos Olímpicos.
Al ser entrevistado por Olympics.com aseguró: "[En ese momento de dejar las botas] me sentí un poco triste. Creo que dejar eso en el colchón es como que estás dejando algo de tu vida. Desde muy temprana edad me vinculé a este deporte. Un deporte que me ha hecho reconocido a nivel mundial. Dejé un sueño en los colchones, pero un sueño que va a dar inspiración a todos los jóvenes".
Foto: Punit Paranjpe / AFP
También abordó el tema de la tradición en entrevista con RFI. Al comentarle “Te vemos ahora mismo descalzo, los botines los has dejado en la pista. Se hace difícil decir que ésta ha sido tu última pelea”, el coloso respondió sencillo y conmovido:
“Es difícil. Creo que a cualquier atleta no le gustaría irse de su vida, de un entorno en el cual hemos aprendido desde muy pequeño. Pero hay un adiós. Siempre tiene que haber una despedida. Y qué mejor despedida que poder estar hoy despidiéndome con mi quinta medalla en unos Juegos Olímpicos”.
Mijaín López, el cubano que ya es leyenda, en la clausura de los Juegos Olímpicos representó a las Américas, entre los 6 mejores atletas de París 2024, cada uno por un continente. Foto: tomada de Facebook
Junto con el multicampeón regresan los otros atletas que integraron la delegación, con sus medallas los ganadores, y con la satisfacción de haber dado lo mejor de sí aquellos que no alcanzaron preseas pero quienes contra viento y marea se prepararon y pusieron el alma en la contienda.
Infografía: Presidencia de Cuba
Mijaín protagonizó la despedida de su carrera como luchador, pero sus pasos de gigante victorioso y modesto lo conducen ahora a la bienvenida que le dará un pueblo entero, a él y a toda la delegación, que para siempre permanecerán del lado izquierdo del pecho, donde van los grandes.
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