EDITORIAL: Más que un festival, una apuesta por la cultura
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El Dúo Iris fue el ganador del concurso: una buena señal en tiempos de avalancha de propuestas mediocres. Foto: Ariel Cecilio Lemus/ Granma
Con el éxito que quisieron escatimarle los que desde Miami y otras ciudades asumen el odio como medio de vida, concluyó el Festival San Remo Music Awards Cuba 2022. Habría que preguntarse por qué tanto ensañamiento, cuando en este país habitualmente ocurren citas internacionales de todas las expresiones artísticas.
Fue, más o menos, el mismo guion que siguieron con la Bienal de La Habana. Presionar a artistas para evitar que viajaran a La Habana; intentar minimizar la relevancia cultural de la convocatoria; politizar las implicaciones concretas de la cita, reduciéndola a la categoría de rejuego propagandístico del gobierno. Ignoran (o pretenden ignorar) la fuerza y el prestigio del arte cubano, el talento de los artistas, la capacidad de prestigiar cualquier evento al que asistan, el vínculo estrecho con un público fiel y entusiasta.
Los que se han pasado la vida afirmando que el gobierno cubano politiza el arte (y para ellos todo arte que cuente con el apoyo del sistema institucional de la cultura es arte politizado) se afanan en volver al arte rehén de la más burda politiquería. Los que afirman que en Cuba se censura el arte, son los primeros en censurar (en linchar mediáticamente) a los que se apartan de su guion. Actuar en Cuba significa para ellos un apoyo decidido al gobierno, como si el gobierno cubano les exigiera a los artistas que se presentan en el país un posicionamiento político (algo que en Miami, por cierto, sí se suele exigir).
Algunos artistas cedieron al chantaje (y está claro que el chantaje era despiadado, se puede hasta comprender los repentinos cambios de opinión); fue una lástima, pero las rupturas de esos compromisos no pusieron en riesgo la celebración del Festival. Y por si había alguna duda: en Cuba sobra el talento para sostener un certamen de este tipo. Podrán en sus medios y redes calificar de "festival de mentiritas" al San Remo Music Awards Cuba 2022; pero no podrán poner en duda la calidad de sus participantes. Y mucho menos escatimarle al público cubano la oportunidad de disfrutar de un espectáculo digno.
Hubo Festival. Y se hizo atendiendo los rigores de una situación económica compleja, buscando alternativas, consolidando alianzas. Se hizo con una clara vocación cultural. En tiempo difíciles el arte es necesario. Puede solidificar valores. Debe establecer referentes. Y hubo Festival porque el potencial de la música cubana es extraordinario. Y tantos cantantes, instrumentistas y compositores merecen tener en su país espacios de realización profesional, con una adecuada socialización internacional.
El incentivo al turismo cultural; la oportunidad de propiciar negocios que ofrezcan nuevas posibilidades de desarrollo; la consolidación de las industrias culturales en el país... son razones a tomar en cuenta. Pero lo principal es estimular el estrecho vínculo entre los artistas y su público, partiendo de claras jerarquías. Es imposible darle la espalda al mercado, pero las lógicas comerciales no pueden definir los derroteros de la creación artística.
Es desvergonzado el doble rasero de ciertos voceros: critican a Cuba por organizar una cita cultural y aplauden a los que gastan millones en eventos de pacotilla, imperios de la frivolidad y la tontería.
Al San Remo Music Awards Cuba podrán hacérsele críticas desde su concepción artística; se podrán cuestionar decisiones puntuales de los jurados; habrá que escuchar recomendaciones y sugerencias para futuras convocatorias... pero hay que partir del derecho de un país y su sistema institucional de promover sus proyectos, de aprovechar espacios de colaboración, de ofrecer una propuesta de calidad a su público.
Hubo Festival y habrá otros. Duela a quien le duela.
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