Doble eliminación dolorosa para básquet cubano
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Foto: Tomada del sitio web oficial del evento
Una dolorosa doble eliminación sufrió la selección masculina cubana de baloncesto de cara a la Copa de las Américas 2025, al no poder ni en los despachos ni en la cancha alcanzar su boleto.
Según la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) todas las partes involucradas hicieron sus “mejores esfuerzos”, pero en definitiva los miembros de la comitiva antillana no recibieron las visas para viajar a Puerto Rico para enfrentar al equipo local el 23 de febrero, y ya eso los dejaba eliminados matemáticamente independientemente de lo que sucediera en las canchas.
Eran nueve las visas que quedaron sin respuesta, que hubieran podido recibir hasta pocas horas antes del partido, pero como había que viajar previamente a Bahamas los pasaportes debían recogerse y no se completó el proceso pese a haberse iniciado más de un mes antes.
Una vez más es lamentable que cuestiones extradeportivas lastren la participación de equipos cubanos en eventos internacionales que tienen por sede a Estados Unidos o Puerto Rico, y las Federaciones involucradas poco pueden hacer al respecto.
El balance hasta ese momento era positivo, con aquella histórica victoria contra Estados Unidos y el revés ante el mismo rival con solo ocho baloncestistas en la primera ventana. Desde entonces hubo bastante tiempo para que todos los involucrados resolvieran los problemas, y parece como si los meses transcurridos hubieran sido por gusto.
Vamos ahora a lo sucedido en el partido, que al menos estaba en nuestras manos parcialmente. Digo parcialmente porque también hubo problemas de trámites que redujeron la comitiva a nueve jugadores, y particularmente sensibles fueron esas ausencias de Yoanki Mencía y Howard Sant-Roos, titulares habituales de nuestra escuadra, más el anunciado regreso de Karel Guzmán, otro que pudo aportar mucho de haber podido saltar a la duela.
En la previa decíamos que esta selección bahamesa no tenía calidad suficiente como para derrotar a Cuba por más de 14 puntos, que era el margen de ventaja que llevábamos, pero siempre pensamos que contaríamos con el plantel completo.
La derrota por 23 tantos de diferencia (74-97) sepultó cualquier esperanza de alcanzar el boleto mediante al menos una apelación desde los despachos en el Grupo B de la zona americana para avanzar entre los ocho equipos clasificados de la región.
Fue un partido terrible, el peor de esta era, en el que volvimos a viejos males del baloncesto cubano, como si nos hubieran cambiado a los jugadores.
De entre lo más positivo que estaba saliendo en esta etapa era la mejor puntería en el cobro de tiros libres y volvimos a las andadas con un pobre 33.3 por ciento, que es aceptable solamente si se trata de tiros de larga distancia.
La defensa también fue lamentable, sobre todo bajo el aro, pues Bahamas capturó 19 rebotes ofensivos, traducidos en 19 puntos en segunda oportunidad. En total, el dominio de los anfitriones bajo las tablas fue abrumador.
No entendí tampoco que en el último cuarto no se apostara todo a tiros de tres para intentar reducir la diferencia en el marcador, pues ya la derrota era inevitable y solo quedaba la posibilidad de que el margen fuera menor de 14 unidades.
Lo peor es que este resultado veta a Cuba de las principales competiciones de los próximos años, incluidos los Juegos Panamericanos de Lima 2027.
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