Día Mundial de la Población: dinámicas demográficas tras el cristal de la Covid-19
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Este Día Mundial de la Población se conmemora en el planeta de una forma muy diferente a cómo hasta ahora ha sido desde que se instaurara en 1989 por el entonces Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y a partir de 1990 se celebrara a nivel internacional.
Las penumbras de esta inédita pandemia ensombrecen cualquier acontecimiento y más este, precisamente referido a la población, a que el bienestar de las personas sea el objetivo de cualquier proyecto de desarrollo económico y social.
Y entre los innumerables y negativos impactos de esta etapa que vivimos, además de los fallecimientos y contagios con sus secuelas, de la crisis económica planetaria, del aumento en los niveles de desempleo y de las muchas incertidumbres, también la atención sanitaria referida a la salud sexual y reproductiva ha recibido considerables afectaciones.
Tanto es así que, la interrupción o irregularidad en el acceso a anticonceptivos en diverss regiones del planeta se prevé desencadene un incremento de embarazos no planificados, sobre todo entre los más vulnerables.
Así lo confirman investigaciones del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) las cuales revelan que al menos 12 millones de mujeres han sufrido trastornos en los servicios de planificación familiar.
Pero la variación de las tasas de fecundidad está sujeta también a otros muchos factores que igual van de la mano de la pandemia: violencia de género exacerbada durante el confinamiento, mujeres que perdieron sus empleos se vieron obligadas a hacerlo por imperativos familiares, incremento de la carga doméstica y del desempeño como cuidadoras de parientes enfermos o incapacitados, mermas, en ocasiones considerables de los ingresos familiares y sus medios de subsistencia.
Una muy reciente declaración de la Directora Ejecutiva de UNFPA, Dra. Natalia Kanem, precisamente con motivo de este Día Mundial, llamaba la atención sobre las duraderas consecuencias que tendrá la Covid-19 en la población, lo mismo por el aplazamiento de la maternidad que por embarazos no deseados ocurridos a consecuencia de interrupciones en las atenciones de salud.
La UNFPA declara no contar aún con una visión acabada de los impactos de la pandemia en la fecundidad, pero, más allá de especulaciones, la doctora Kanem insiste en que “Motivo de alarma deberían ser los casos en que las mujeres no pueden ejercer sus libertades y derechos sexuales y reproductivos, bien sea por la interrupción de los servicios de salud o porque la discriminación por razón de género les impide tomar decisiones relacionadas con el acceso a la atención sanitaria, el uso de anticonceptivos o las relaciones sexuales con sus parejas”.
Y es que la Covid-19 ha evidenciado, de un modo más que tangible y también doloroso, las desigualdades y deficiencias de los sistemas de atención sanitaria dentro de los países y aun dentro de cada nación. Ante la contingencia de hospitales desbordados, personal médico y recursos insuficientes para salvar vidas, los servicios de salud sexual y reproductiva no han quedado en las primeras prioridades.
Al respecto, la Directora Ejecutiva UNFPA exhortaba: “En el Día Mundial de la Población, tomemos medidas para cerrar estas brechas, puesto que los servicios de salud sexual y reproductiva son esenciales. Aunque los sistemas de salud estén, como es comprensible, al límite de sus posibilidades, estos servicios no pueden esperar. Toda demora adicional limitará la salud y el bienestar de las mujeres, adolescentes y niñas, con consecuencias que pueden durar toda la vida”.
Cuba y su demografía
Con motivo de la celebración de este Día Mundial de la Población, que desde hace dos años efectúa sus análisis asociadas a la pandemia; en Cuba, el Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana y la Oficina en Cuba del UNFPA, presentaron, en línea, el panel “COVID-19 y dinámicas demográficas: Una relación que importa”, en el que abordaron temáticas como la política de atención a la dinámica demográfica, la salud sexual y reproductiva, la movilidad de las personas, las familias y las inequidades de género en el contexto de la respuesta cubana al nuevo coronavirus.
Quedó subrayado por la doctora Matilde Molina, subdirectora del CEDEM que “El estudio de la dinámica demográfica contribuye a la contención de la pandemia”.
Con esta tesis coincidió el doctor Antonio Aja, director de ese Centro de Estudios, quien al abordar el tópico Demografía y políticas públicas: cómo tributa la investigación demográfica a la búsqueda de diferenciaciones que ayudan a entender y enfrenta mejor la pandemia, abundó sobre la existencia en todas las provincias de grupos para la atención a la dinámica demográfica, y también de observatorios con ese fin.
Todo ello, comentó, es reflejo de la intencionalidad para aplicar la política aprobada, chequeada sistema por la Presidencia de la República.
Al argumentar sobre la importancia que al tema se brinda en Cuba, refirió que cada provincia y territorio rinden cuenta del cumplimiento de la política al respecto al cierre de cada año aportando una caracterización demográfica de su territorio y qué estrategias han sido aplicadas.
Se trata, subrayó, de una indicación del Gobierno que refleja la intencionalidad para aplicar la política aprobada en cuanto a la demografía.
Sin dudas, en Cuba hoy la investigación demográfica se posiciona como importante contribución en la búsqueda de características y diferenciaciones que ayudan a comprender mejor la pandemia, y, en consecuencia, a diseñar políticas y protocolos para enfrentarla mejor.
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