Cumple 92 años hotel más emblemático de Cuba
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El Hotel Nacional de Cuba, insignia de los alojamientos y del turismo de este país, cumple hoy 92 años de abrir sus puertas y atrapar la atención de viajeros de todo el mundo y épocas.
Como reconocimiento a su historia, elegancia, y documentos atesorados, la instalación recibió en su momento la condición de Memoria Nacional de parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Comentaron los directivos que ese reconocimiento data de 1992 y tiene tres vertientes: Memoria Mundial, Regional y Nacional.
Del Hotel Nacional mucho se conoce, incluido el destaque de su Piso Ejecutivo, celebrado por empresarios que se hospedan en ese espacio exclusivo.
Por demás, resaltado como Monumento Nacional, el establecimiento tiene una vista maravillosa de buena parte de la capital y su sexto piso cuenta con los privilegios de un turismo muy selectivo.
Símbolo de las hospederías insulares de cinco estrellas, el Nacional es operado por el grupo hotelero Gran Caribe.
La casa contó con los planos de Mckim Mead and White Architetects de Nueva York y su construcción la llevó a efecto Purdy Henderson Company que garantizó la apertura el 30 de diciembre de 1930.
Su linaje lo ratifican quienes fueron sus huéspedes, celebridades como Johnny Weismuller, Ava Gadner, Buster Keaton, Errol Flyn, Frank Sinatra y otras estrellas.
En los años 40 del pasado siglo el toque de distinción lo aportó el Cabaret Parisién, que en la actualidad es el segundo mejor del país, después de Tropicana (1939). Con sus 457 habitaciones, la mayoría con vista al mar (de ellas 16 suites y una presidencial), el hotel además es eje de importantes reuniones.
El Nacional cuenta con un Salón de la Fama en el que se pueden apreciar imágenes de quienes estuvieron en sus pasillos, habitaciones, restaurantes y bares.
Cubanos y extranjeros, vivos o ya fallecidos, eligieron en alguna oportunidad esta instalación, entre artistas, políticos, científicos y otras personalidades, locales o foráneas.
Además, se refleja en escenas de películas como El Padrino, pues en sus salones la mafia estadounidense se reunión en 1946, dato agregado a otros muchos elementos históricos.
Todo ello consta en sus salones, paredes, espacios y la magnificencia de una arquitectura que perdura en la actualidad, con unos envidiables jardines que permiten una de las vistas más bellas de La Habana.
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