COVID-19: Quédate en casa, pero no renuncies al sol
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El título que acompaña a este texto no pretende ser ninguna metáfora, sino el recordatorio a la necesidad de tomar un poco de sol diariamente, aunque sea desde el balcón o una ventana abierta.
La situación que hoy vive Cuba a causa del nuevo coronavirus ha obligado a algunos a permanecer en cuarentena.
Además del importante llamado de las autoridades sanitarias a quedarse en casa si no resulta imprescindible salir, la aparición de focos y eventos condiciona confinamientos más estrictos, de obligatorio cumplimiento, en los que no está permitido salir del hogar. Barreras que restringen la movilidad se sitúan a esos efectos rodeando edificaciones, cuadras y manzanas.
Ante tales situaciones, muchos son los esfuerzos que se tensan en barriadas, circunscripciones, consejos populares y consejos de defensa a diferentes instancias para garantizar la necesaria permanencia de los pobladores en esas condiciones.
Pero algo muy importante, que no requiere movilizar ningún recurso, está ahí, casi siempre al alcance de la mano, y no debe olvidarse en esas condiciones: coger un poco de sol.
No para mantener un bonito bronceado, sino porque pequeñas cantidades de radiaciones ultravioletas procedentes del astro rey juegan un papel esencial en la producción de la vitamina D.
El propio doctor Francisco Durán, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba, también se pronunciaba sobre el tema, a finales de mayo último, cuando sugería elevar los niveles de vitamina D ante la propagación del coronavirus SARS-Cov-2, causante de la Covid-19, y, mencionando investigaciones al respecto, subrayó que esa vitamina fortalece la defensa del organismo humano en medio de la actual pandemia.
Este septiembre, el doctor Durán volvió a retomar el asunto al mencionar que la ingesta de frutas y hortalizas, “que contienen vitaminas y minerales, ayudan a fortalecer la inmunidad del cuerpo, una ingestión variada de las mismas, así como de las proteínas, contribuye a mejorar la salud humana. Es importante tomar sol en horas tempranas de la mañana, sin salir de casa, ya sea desde el balcón u otro sitio, así como el consumo abundante de agua para mantenerse hidratados”.
No obstante, aclaró que ello no nos hace inmunes al contagio de la COVID-19, pero sí ayuda al cuerpo y al sistema inmune a estar saludables para, en caso de contagiarnos, poder combatir mejor la enfermedad.
En el sitio oficial la OMS se precisa que “la vitamina D desempeña un papel importante en el metabolismo óseo a través de la regulación de la homeostasis del calcio y el fosfato y también puede desempeñar un papel importante en la regulación del sistema inmunitario.
Ese micronutriente lo produce el organismo cuando se expone a la luz solar, también está presente en el pescado azul, los huevos y productos alimentarios enriquecidos. Se calcula que entre el 80% y el 90% de esta vitamina es producida en la piel y entre un 10% y un 20% procede de la alimentación.
La vitamina D se relaciona habitualmente con la salud musculoesquelética, fundamentalmente en la prevención y tratamiento de la osteoporosis. No obstante, recientes estudios han demostrado su papel en la inmunidad, básicamente en la modulación de la respuesta inflamatoria ante una infección viral, recogía también el sitio oficial de la OMS.
Este papel regulador de la vitamina D sobre el sistema inmune fue reportado durante la pandemia de influenza acontecida en 1919 y en otras infecciones causadas por coronavirus, recogía también el Boletín Científico del Cimeq en línea, del 15 de junio de este año.
En ese boletín médico se mencionan posibles vínculos inversos, a partir de datos colectados por varios países, entre los niveles de vitamina D y la gravedad de las respuestas a la Covid-19, incluyendo la mortalidad: mientras más bajos son los primeros se han apreciado reacciones más graves al nuevo coronavirus.
Pero, ojo, lo anterior para nada quiere decir que la vitamina D, o el sol, sean remedios frente al Sars-Cov-2. Hasta ahora, el único camino, de carácter preventivo, es el constante lavado de manos, no tocarse los ojos, boca y nariz, el distanciamiento físico y el uso del nasobuco.
Es más, alcanzar niveles muy altos de vitamina D en el organismo no confiere ningún beneficio adicional con respecto a quienes cuentan con niveles normales de la misma.
Y en cuanto al sol, aun cuando están comprobados sus beneficios con relación a la vitamina D, la propia OMS en sus “Consejos para la población acerca de los rumores sobre el nuevo coronavirus” , deja claro que está demostrado que “Exponerse al sol o a temperaturas superiores a los 25 grados centígrados NO previene la enfermedad por coronavirus (COVID-19)”, como en algún momento pretendieron hacer creer algunas noticias falsas, las fake news.
¿Cómo tomar sol en cuarentena?
Nadie debería asumir la necesidad de un poco de sol como pretexto para violar la cuarentena.
En Cuba, podrían bastar unos 10-15 minutos de sol, al menos 3 veces a la semana, para garantizar la producción de la necesaria vitamina D, también conocida como “la vitamina del sol”.
Pero no debe tomarse el sol ubicados tras los cristales de la ventana. La radiación que ayuda a este proceso, la ultravioleta B (UVB), no traspasa el cristal. Lo indicado es abrir la ventana si es posible, situarse en el balcón, portal, patio, azotea o en cualquier otro lugar de la casa o edificio donde el sol nos dé directamente.
Lo mejor es tomar sol no solo en cara, también en otras partes del cuerpo como brazos y piernas, que pueden quedar expuestos si se viste short y camiseta.
Tampoco resulta conveniente aplicarse protector solar para esos minutos, que deben estar comprendidos en horas de la mañana. Porque también es sabido que un exceso de radiación solar puede resultar perjudicial.
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