Clásico entre zapping y… ¡baile culé en el Bernabéu del trompo!
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Un fin de semana con la adrenalina deportiva al límite, en el cual me debatí entre Juego de las Estrellas de la pelota cubana, Mundial bajo Techo de Atletismo en Belgrado y… Clásico Barcelona-Real Madrid en la Liga española de fútbol.
Me sorprendió la tarde haciendo zapping en mi televisor y realmente me siento frente al ordenador con alegrías múltiples. El Barcelona, luego de cinco clásicos mordiendo el polvo ante el Real Madrid, le propinó un baile en toda la línea a domicilio en el Santiago Bernabéu con una goleada de escándalo 4-0, que bien pudo haber sido mayor si el meta merengue Tibault Courtois no hubiese intervenido en más de una ocasión.
Ambos onces llegaban a un encuentro que siempre se antoja de vida o muerte, con el orgullo y los rendimientos al límite: el Madrid tras remontar al PSG francés en los octavos de la UEFA Champions League y con una racha de cinco victorias consecutivas en línea.
El Barca, sin conocer la derrota en sus últimos 11 desafíos, además de endosarle cuatro goles al Atlético de Madrid, Valencia, Athletic de Bilbao y Osasuna entre febrero y marzo, antes de endosarle cuatro este domingo de gracia a los punteros de la Liga.
Un Barca que desde los primeros compases se mostró más ajustado y superior a la línea de fondo de tres propuesta por Ancelotti, la cual no trajo dividendos positivos. Como tampoco los cambios propuestos para el complemento, cuando ya el Barca los había herido de gravedad en el campo y el orgullo.
Y volvió a empastar en modo temible el tridente Dembelé, Aubameyang y Ferrán Torres, pues entre ellos se repartieron tres de las cuatro perforaciones y las cuatro asistencias a diana. Ferrán se antojó un calvario para Carvajual, y Dembelé demostró una vez más su clase futbolística sobre Nacho.
A ellos se sumó un Aubameyang que en siete partidos ha marcado igual número de goles, además de debutar en clásicos con doblete y asistencia, algo que, según las estadísticas del genial Mr. Chip no sucedía en clásicos disputados en el Santiago Bernabéu desde el 14 de septiembre de 1969, cuando lo materializara Bustillo. ¡Vaya fichajes el de estos dos arietes!
A propósito, el inicio de Aubameyang en el club blaugrana nos hace recordar sus momentos de mayor esplendor en el Borussia Dortmund y el Arsenal. Menuda resurrección.
Del partido, además del veredicto con un Xavi Hernández desde el banquillo que intenta rescatar la filosofía de toque de quien fuera su entrenador Pep Guardiola, decir que el Barca, además de ganar la batalla en el medio sector, desnudó a placer la defensa del Madrid, que nuevamente se mostró vulnerable cuando Karim Benzema no está en cancha. Y no hablo exclusivamente de su poder de fuego, sino por el fútbol que genera y la fluidez con que juegan los merengues si está sobre el césped.
Esa que este domingo estuvo desaparecida, tanto en la apuesta por los contragolpes que tan buenos dividendos le reporta, como en el intento de presionar en el medio sector y salir con balón controlado.
Fue esta la victoria número 97 del Barcelona, frente a un centenar del Madrid en clásicos, a las cuales se suman 53 empates, en la que desde mi perspectiva es considerada la mayor rivalidad a nivel de clubes entre equipos de un mismo certamen liguero.
Los números tampoco mintieron y fueron un reflejo de la realidad sobre el césped. El Barca dominó tanto en posesión 60-40%, como en tiros a puerta 10-4; además de mostrar un mayor número de pases 695-471, y mayor acierto en los mismos 89-87%.
El Barca sueña, ahora con 54 puntos en la tabla, la tercera posición y un partido menos que el Sevilla, el cual de ganarlo, lo colocaría en la segunda plaza por detrás de un Madrid que si bien distante (66), no sabemos cómo se repondrá de este mazazo, tanto en lo deportivo como en lo anímico.
Nada, que en esta ocasión, el negro le sentó a la medida a un Madrid enlutado, y el amarillo, en nuestra jerga deportiva, no se antojó para nada color de piel de gallina para los culés. ¡Visca Barca en definitiva!
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