Brasil: detrás de la peste, despunta el impeachment

El gobierno del presidente brsileño, Jair Bolsonaro, lanzó una estrategia para neutralizar a la Comisión Parlamentaria de Investigaciones (CPI) de la pandemia del coronavirus, que avanza impulsada por la oposición y será puesta en funciones este martes.

El jefe de gabinete, general Luiz Eduardo Ramos, envió una circular a 13 ministerios en la que se incluyó una lista de posibles cuestionamientos a ser planteados por la oposición en la CPI.

Cada cartera deberá aportar informaciones para contrarrestar los posibles interrogantes divididos en 23 temas, entre los que figuran si el gobierno fue "negligente" al demorar la compra de vacunas, si se "minimizó la gravedad" de la pandemia y si se estimuló el consumo de hidroxicloroquina "sin evidencias científicas".

El coronel Elcio Franco, participará en el equipo gubernamental para neutralizar la CPI, que planea citar al general Eduardo Pazuello, que fue ministro de Salud hasta marzo pasado.

La CPI será formalizada este martes cuando se oficilizarán los nombres de su presidente, que probablemente sea el senador independiente Omar Aziz, mientras el senador opositor, Renan Calheiros, ligado al expresidente Lula da Silva, puede ser el relator.

Según el diario O Globo el presidente, Jair Bolsonaro, aún no se resignó a que Calheiros ocupe ese cargo crucial en la CPI, y estaría preparando una "ofensiva" para que sea reemplazado por un congresista oficialista.

Por su parte Folha de San Pablo publicó hoy un artículo sobre los escenarios políticos que se abren con esta CPI, en el que incluye la hipótesis de un futuro impeachment contra Bolsonaro.

Especialistas consultados por ese matutino dijeron que se debe aguardar los resultados de la CPI para saber si aportarán elementos que desemboquen en un juicio político.

Uno de los antecedentes es el de 1992 cuando las revelaciones surgidas en una CPI fueron la antesada el impeachment contra el entonces mandatario Fernando Collor de Mello.

Los mismos expertos dijeron a Folha que, más allá de lo que suceda a partir de mañana con la CPI, "las reiteradas declaraciones del presidente negando la gravedad de la pandemia y contra el aislamiento ya bastarían" para abrir un juicio político.