Boris Johnson complicado por desatinos sexuales
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Boris Johnson, nuevamente en apremios. Sombras de otro escándalo sobre el gobierno Tory. Foto: ANSA
Los escándalos siguen sacudiendo al premier británico, Boris Johnson, ahora señalado como cómplice de encubrir a uno de sus pretorianos en el Gobierno Tory, Chris Pincher, obligado a dimitir el jueves del puesto de "vicejefe de látigo", el rol con la crucial tarea de velar por la disciplina de el grupo mayoritario en la Cámara de los Comunes, por desatinos sexuales.
Pincher (jefe adjunto de ese ente) se desmoronó por emborracharse en un club de caballeros de Londres y abusar sexualmente de dos hombres, incluido otro diputado. Fue suspendido por el partido conservador en una medida disciplinaria que llegó tardíamente y solo después de que estallara el caso en los medios.
El primer ministro británico, ya tocado por otros escándalos entre ellos y en primera persona, el del llamado Partygate (la fiestas en oficinas estatales en medio de la pandemia), es acusado este lunes de silencios inapropiados y de haber encubierto a un aliado.
Acusación apoyada por la oposición, con los laboristas a la cabeza; también relanzada por medios de prensa pro-conservadores; y que sobre todo parecen reavivar la oposición interna en la casa Tory, donde los rebeldes -según el Times- apuntan ahora a una modificación de las reglas del partido con la idea de intentar volver a proponer un voto de no confianza en el liderazgo de BoJo a finales de año.
La presidenta del Partido Laborista, Anne-Marie Dodds, envió hoy una carta formal al primer ministro pidiéndole que rinda cuentas de su decisión de febrero de "ascender" a Pincher de viceministro de Construcción a "vicejefe de látigo" (tarea que ya le había asignado tiempo atrás la ex premier Theresa May, tras una sospecha previa silenciada en 2017) a pesar de las denuncias atribuidas a compañeros de partido.
Los colegas lo habían señalado durante mucho tiempo como un potencial acosador, pero BoJo desoyó esas advertencias.
Más aún, después de las revelaciones de Dominic Cummings, ex asesor del premier , quien confesó que Johnson se había referido con ironías al apellido de Pincher, que en inglés significa "pinchador" o "pellizcador", como sabiendo de todo el asunto.
Downing Street insiste por su parte en desmentir que Johnson haya sido informado de denuncias concretas contra Pincher.
Pero el asunto amenaza con avivar el fuego de la revuelta interna contra su liderazgo, en el contexto de encuestas que siguen siendo negativas incluso después de sortear una votación de confianza hace aproximadamente un mes. Una votación que no podrá repetirse antes de un año, en base al estatuto actual del Partido Conservador.
Sin embargo, según la prensa, el clima de enojo y de creciente vergüenza en algunos miembros del Comité de 1922, el ente Tory que verá la renovación de 18 de sus miembros el miércoles 6 de julio y que podría entonces decidir revisar las reglas.
Si cambia las reglas internas del partido en el gobierno, el riesgo para Johnson es que se vea pronto sometido a un voto de confianza y allí el riesgo puede ser el fin de su gobierno.
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