Big Band de Flautas Gigantes, un hito musical en Cuba

Bastaría un poema para abrazarnos el alma, o una Big Band de Flautas Gigantes que honre aquellas melodías consideradas hitos musicales en Cuba, como el fonograma que promueve hoy Orlando “Maraca” Valle, otro virtuoso de los aerófonos.

El músico cubano, unido al director de orquesta Joaquín Betancourt y a la musicóloga Élsida González, llevaron a cabo la producción del disco, que reúne a 64 importantes flautistas de todo el mundo para colocar en una dimensión superior la sonoridad y belleza de este instrumento, destacaron los creadores este miércoles en conferencia de prensa.

Grabado en el Estudio 18 de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem), sede del encuentro, Flautas Gigantes registra 11 temas compuestos por Maraca, Betancourt, Chucho Valdés, Ernesto Duarte, César Peredo y José Luis Cortés “El Tosco”, a la memoria de este destacado flautista cubano y del estadounidense Artie Webb dedican la compilación.

Mambísimo, Flauta con tumbao, Flautas gigantes, Contradanza, Cicuta Tibia, Cha Cortés o Flautas caprichosas dejan al descubierto la majestuosidad con el instrumento de artistas como el propio Maraca, Javier Zalba, Niurka González, Ethiel Failde, Jennifer Grim, Rubén Leliebre, Belinda Guerra y César Peredo, entre muchos más.

En estos tiempos de “cólera” musical en el mundo, un proyecto como este no posee calificativo, y realizarlo en Cuba constituye un monumento, destacó el principal arftífice de esta obra maestra.

Al fonograma lo acompaña un making-of, que refleja al detalle la pasión detrás de cada proceso creativo, la emoción de sus protagonistas y el empeño de hacer realidad un sueño complejo pero no imposible.

Casi al finalizar el diálogo, el director de la Egrem, Renier Rodríguez, habló sobre la importancia de esta joya armónica. En su opinión, hacer música y este disco van más allá de un capricho, significa una necesidad.

Bastaría un poema para abrazarnos el alma como lo logra dicha propuesta: (…) lágrimas de la flauta callejera y errante, donde florece el mágico milagro de emoción, la sagrada armonía, la voz alucinante que desborda el raudal de nuestro corazón (…).