ARTE: Maternidad
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Esta estatuilla egipcia de Isis amamantando a Horus pertenece al período ptolemaico, entre los años 332 y 30 a. C., y se encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York. Se trata de una pieza icónica de la historia del arte que representa lo más genuino de la maternidad.
Imagen tomada de https://www.metmuseum.org
El mes de mayo es sinónimo de fiesta por la madre, ese ser que no solo nos dio la vida, sino quien nos acompaña en todo momento desde que llegamos a este mundo, se desvive por mimarnos, se angustia con cada pena, nos guía y enseña desde cero de manera desinteresada con un amor que no tiene comparación.
A veces somos muy exigentes y demasiado críticos o duros con ellas, pero con los años entendemos que, por supuesto, es un concepto muy amplio y cada persona lo aplica como puede porque nadie recibe preparación para ser mamá, es una tarea que a veces es planificada y otras, sorprende, pero se asume y aprende sobre la marcha.
Y como nada de esto es nuevo, mucho se habla y escribe al respecto, para no repetirme se me ocurre hacer un recorrido por la representación de la maternidad en el arte. Será una exposición breve y subjetiva porque es demasiado amplia. La humanidad lleva siglos creando productos culturales y este tema es recurrente. Por tanto, es lógico que en la selección sean descartados artistas y tantísimas obras de valor que si usted quiere, puede aportar en comentarios.
La historia del arte nos demuestra que desde el principio de los tiempos existe sensibilidad de hombres y mujeres por recrear la maternidad, y lo han hecho a partir de diversas perspectivas y símbolos que también indican evolución en todos los sentidos de la vida y la creación.
Desde la era precolombina hasta la actualidad, el arte está repleto de esas imágenes que, con distintas técnicas, nos permiten entendernos a nosotros mismos porque reflejan tal interés, o así lo interpretamos. El primer ejemplo que queremos citar es la Venus de Willendorf, una figura de pequeño tamaño que data de entre los años 27 500 y 25 000 a. C. y que, de acuerdo con las fuentes consultadas, fue descubierta en 1908 en un yacimiento paleolítico austríaco.
Como se aprecia en la imagen a continuación, se trata de una mujer desnuda esculpida en piedra caliza, y, aunque es imposible conocer las intenciones de su autor, se estima que es referencia de fertilidad. De hecho, así lo adivinamos por sus caderas anchas, vientre y senos prominentes. Se asocia con cultos a la diosa madre.
Imagen tomada de https://es.wikipedia.org
Del siglo XII es La virgen de Vladimir, de autor desconocido y origen bizantino. Es también referencia que no queremos dejar de mencionar porque consiste en una de las deidades más veneradas del arte ortodoxo ruso que representa, de alguna manera, amor y protección.
Más adelante en el tiempo tenemos mucha evidencia con obras de arte clásicas y medievales centradas en personajes de la mitología como la virgen María, para el cristianismo, y todas sus variantes. Se pueden ver imágenes que refieren la maternidad como sagrada y pura. Unas veces más atrevidas; otras, más recatadas, pero en la mayoría se nota la devoción maternal.
Para este acápite traemos la siguiente pintura del siglo XVI, titulada Virgen de la leche (≈1565), de Luis de Morales (España, ≈1509-1586), en la que se aprecia, con un estilo renacentista, el momento más íntimo entre una madre y su hijo. Sin embargo, como en otros casos, no se muestra el cuerpo femenino, solo se sugiere el momento previo o posterior al acto de amamantar.
Imagen tomada de https://www.museodelprado.es
Otros ejemplares que combinan lo divino con lo humano son la Virgen de las rocas (1483-1486), del conocidísimo Leonardo da Vinci (Italia, 1452-1519); la Madonna Sixtina (1513-1514), de Raffaello Sanzio (Italia, 1483-1520); Descanso en la huida a Egipto (1597), de Caravaggio (Italia, 1571-1610); y la Virgen del Rosario con el niño (1650-1655), de Murillo (España, 1618-1682). Y como estos, la lista es numerosa, tanto del Renacimiento como del Barroco europeo, con escenas cotidianas y emotivas.
Luego ya las obras transitaron, además de diferentes períodos y contextos, también estilos. Del Romanticismo y el Realismo hay suficiente material para ilustrar, como es el caso de La cuna (1872), de Berthe Morisot (Francia, 1841-1895), pero optamos por Madre e hijo (1899), de Mary Cassatt (Estados Unidos, 1844-1926), una imagen tierna, íntima y femenina que intenta alejarse de lo estereotipado, y contrasta con Maternidad y dolor (1909), de Käthe Kollwitz (Alemania, 1867-1945), al transmitir agobio y dejar de idealizar.
Imagen tomada de https://es.wikipedia.org
Imagen tomada de https://www.razon.com.mx
En esa misma época llega con otra estética Pablo Picasso (España, 1881-1973), con varias propuestas que se distinguen por visualidades diversas unidas por igual temática. Los ejemplos que llaman nuestra atención son, de su etapa azul, Madre e hijo (1901); luego de su período neoclásico destaca Maternidad (1909); y para terminar, Maternidad sobre fondo blanco (1953).
Por otra parte, Henry Ford Hospital o La cama volando (1932), de Frida Kahlo (México, 1907-1954), es también un ejemplo de cómo la maternidad no es todo dulzura. En este caso, se expresa sufrimiento y pérdida, y se aleja bastante de las recreaciones mostradas arriba con la intención de decir que no todo es color de rosa en el camino de la concepción; existe pesar, quebranto, y en lo absoluto es fácil.
Imagen tomada de https://historia-arte.com
Con un toque surrealista, como siempre, aparece Salvador Dalí (España, 1904-1989) con La Madonna de Port Lligat (1950). Es una pintura —con muchas versiones— que reinterpreta lo sagrado de la maternidad desde símbolos oníricos, donde todo es posible como en un universo mágico. En ella podemos ver un escenario sin fin, suspendido en la nada, rodeado de elementos variados.
Imagen tomada de https://wikioo.org
Del arte contemporáneo también hay muchísima tela por donde cortar, de modo que afirmamos que sigue siendo la maternidad un tema importante para todas las sociedades, aun cuando a veces creemos que las mujeres se resisten más, sin embargo, sí repiensan en el papel de la madre en la vida de todos.
Desde el arte conceptual de Ana Mendieta (Cuba, 1948-1985), las muñecas hiperrealistas de Laurie Simmons (Estados Unidos, 1949), hasta Doris Salcedo (Colombia, 1958) y Mickalene Thomas (Estados Unidos, 1971), con sus piezas que reflejan raíces africanas, y muchos artistas más, el concepto de maternidad continúa cambiando porque lo analizamos desde puntos de vista distintos, con realidades diferentes imbricadas por contextos a veces de violencia, de migración, de libertad, o de cambios socioculturales que condicionan nuestras percepciones y narrativas.
Para ilustrarlo, tenemos a Cindy Sherman (Estados Unidos, 1954) con Embarazada (1991), quien muestra una imagen poderosa, intensa y desafiante que no es casual, es casi una protesta. Tiene la intención muy clara de provocar, de deconstruir estereotipos, de hacer reflexionar sobre el rol de la mujer empoderada, aunque esté encinta, que no quiere decir vulnerable, todo lo contrario.
Imagen tomada de https://www.composition.gallery
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