ARCHIVOS PARLANCHINES: Rita la Caimana, la sabrosura de la música en la sangre
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Los Compadres y Rita la Caimana.
Para muchos, se trata de un personaje legendario, de esos que brotan del imaginario popular, pero lo cierto es que Rita la Caimana, comparada, a veces, con el Caballero de París, sí existió para ponerle color, ritmo y fuego a Bayamo desde la medianía del siglo pasado hasta los años 90.
En realidad, Rita, nacida posiblemente en Manzanillo, era una mulata zalamera que deambulaba por las calles de la ciudad monumento y, cuando escuchaba la música, empezaba a contonearse con gracia sublime, porque llevaba el ritmo sabroso en su sangre, como indican algunos de los que la recuerdan aún.
No importa si lo que sonara era un son montuno, un bolero o una rumba. Ella, como estrella de aquel show improvisado y señorial, se ponía a bailar con un frenesí lleno de cubanía que despertaba la admiración y la curiosidad de todos.
Algunos la creían loca, pero lo cierto es que los niños bailaban con ella como poseídos por una fiebre desconocida, mientras que los vecinos y transeúntes no paraban de mover los pies o regalaban las palmadas del corazón, las que, por lo general, estaban acompañadas de la necesaria limosna.
Entonces, ella, como nadie, disfrutaba de la sonrisa plena y la carcajada al viento.
Todos los bayameses saben que este personaje, que vivió en la pobreza en el entonces callejón del reparto Ciro Redondo, se alimentaba gracias a la caridad pública, y que nunca comió ni un pedazo de pan antes que ellos.
Varios cronistas aseguran que por las tardes Rita Salazar Sánchez, que era el verdadero nombre de este recordado personaje popular, se sentaba en la orilla de aguas frescas del río que atravesaba la ciudad y allí, junto a sus pequeños, recreaba hermosas historias, a pesar del tremendo calor reinante.
Su popularidad alcanzó alturas insospechadas cuando, en medio de una fiesta popular, el dúo Los Compadres la inmortalizó con una sabrosísima guaracha que ha sido interpretada por conocidos músicos cubanos y que aún tararean muchos a lo largo de la Isla:
Cómo baila Rita la Caimana,
la Caimana.
Bayamo tiene dos cosas
que no las tiene La Habana,
una historia muy hermosa
y una Rita la Caimana.
Rita, pieza clave del rico folclor cubano, vivió dignamente sus últimos 14 años en el Hogar de Ancianos de Bayamo, donde fue acogida con cariño, para alegría de los abuelos, hasta su fallecimiento en 1993, a los 96 años.
Su figura, trabajada en cera policromada por la familia de artesanos Barrios Milán, es una de las presencias más destacadas del Museo de Cera Bayamés, único de su tipo en Cuba, que exhibe a notables exponentes de la música popular como Celina González y la otra Rita, La Única, la Montaner.
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