Anisley García: Talento y la voluntad de crecer en el olimpismo
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Anisley García no cesa de simular clavados, hacer ejercicios de elasticidad y hasta jugar cancha con una pelota de fútbol en las paredes del Complejo de Piscinas Baraguá.
Todo eso antes de subir las escaleras rumbo a la plataforma, desafiar la gravedad entre mortales y giros, y pretender una entrada perfecta al agua, esas que le permitirían realizar un clavados de más de 8.5 puntos y cercano a la perfección que dicta el 10.
Es una muchacha jovial, alegre, propio de una adolescente que apenas el 19 de enero último cumplió 19 años.
Para la Tuti, como la conocen todos desde que de muy pequeña la bautizara María Elena Carmuza, su primera entrenadora, intenta aprovechar al marzo el estatus de burbuja bajo el cual entrena por estos días en Baraguá. Entre ceja y ceja tiene el sueño de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio, y en pos de ello pone todos sus esfuerzos.
Hablamos de una ornamentalista que sorprendió a todos con su título centroamericano y del Caribe en Barranquilla 2018 y7 apenas 16 abriles, gracias a un acumulado de 332.90 puntos, superiores a los de las archifavoritas mexicanas Viviana del Ángel (332.45), y Gabriela Agundez (330.45).
Luego de un impasse bien prolongado por causa de la presencia del coronavirus, y desafiando no pocos inconvenientes que tuvo durante esos diez meses dada la tensa situación epidemiológica que enfrentó La Habana, su ciudad natal, Anisley, discípula de José Antonio Guerra, el mejor clavadista de todos los tiempos, dialogó con CubaSí en medio de una sesión de prácticas:
“En este tiempo hemos estado recuperando todo lo relacionado con nuestra forma deportiva, que por mucho que lo intentamos, perdimos por tanto tiempo de inactividad. Lo fundamental fue no tocar el agua, la esencia de nuestro deporte… entonces lo primero fue ganar en el componente físico y lo básico asociado a nuestro programa de saltos.
Se trata de reforzar muy bien el básico para llegar a los clavados más complejos con mejor calidad. De lo contrario no sirve de nada subirlos y tener que volverlos a bajar por no poseer todos los elementos técnicos a un nivel correcto”.
Desde el punto de vista físico, ¿cómo has complementado ese trabajo?
“En la parte física nos concentramos en el trabajo en seco, repasar la técnica, muchas imitaciones, los mortales en el cajón y trampolines en seco, sacarle el mayor provecho a la cama elástica…
En mi caso, hago tanto plataforma como trampolín, entonces me toca esforzarme el doble y hacer de todo un poco en materia de ejercicios.
De eso se compone la rutina aquí en el gimnasio. Igualmente nos enfocamos en el fortalecimiento de mi rodilla izquierda, que me lesioné entrando después de la cuarentena. Hago todo lo que se puede y planifican mis entrenadores”.
En tu caso, que has simultaneado eventos de manera oficial internacionalmente, ¿se te da bien?
“En mi caso lo llevo bastante bien. De darse mejor, por los resultados estamos convencidos que la plataforma, pero en el trampolín, por extraño que parezca, me da menos miedo. Me siento más segura pues se trata de menos altura, y entonces resulta más fácil entrenarlo”.
¿Y a tono con tus características físicas?
“Con los dos eventos me siento cómoda. A veces con la plataforma tengo que hacer un poquito más de esfuerzo, porque tengo que bajar un poquito más de peso, lo cual en el trampolín no se nota mucho.
Pero en ese sentido bajo, para poder realizar ambos eventos con todas las de la ley”.
¿Cómo lidias con esa variable del peso en estos momentos?
“Estoy bastante bien ahora mismo. Muy cercana a mi peso ideal competitivo. Lleva mucho sacrificio, la dieta, ejercicios de flexibilidad acompañando… Es parte del sacrificio diario del deportista”.
¿Muy complicado este escenario de burbuja?
“Es verdad que extraño mucho a mi mamá y mis hermanas, estar en casa, pero sé que estar aquí, en estas condiciones de burbuja nos hace estar más enfocados, sin distracciones externas, todo el tiempo y los pensamientos destinados al entrenamiento.
Eso nos va a ayudar sin dudas a mejorar aún más nuestra preparación.
Hablamos de días de casi ocho horas de entrenamiento diarias, sin pensar en otras cosas y siento que los cinco lo hemos aprovechado muy bien”.
Al ritmo que van las cosas, ¿crees que para abril estarás en condiciones de obtener ese boleto y quedar entre las 18 primeras del preolímpico de Tokio?
“Yo en lo personal siempre digo que puedo. Objetivamente no hemos visto cómo está el resto del mundo, que eso siempre es una variable.
Aunque la esencia es que sin importar cómo estén las rivales, yo me voy a preparar lo mejor posible, y dar lo mejor de mí en el preolímpico. Mi programa no es de los más complejos, pero no dista mucho, y clavando bien la clasificación se logra”.
¿La química con los entrenadores y el resto de tus compañeros acá?
“Todo bastante bien, soy la única niña del grupo actual, y eso me ayuda, me halan. Quiero hacer cada ejercicio con los mismos niveles de repeticiones y exactitud que ellos. Competimos internamente, y de eso se trata, de hacer los entrenamientos divertidos y llevaderos”.
La Tuti, como le conocen todos heredó una tradición deportiva. Sus hermanas practicaron antes atletismo y pesas una, y clavados otra. Por esta última se inició en esta disciplina de mortales y giros, siempre con el respaldo incondicional de su mamá Hilda. Repasando recuerdos Anisley confesó que quemó muchas etapas de la niñez de una pequeña normal por la dedicación al clavados, una disciplina cuya práctica inicia desde los 4-5 años.
En los Juegos Panamericanos de lima no tuvo su mejor performance ni en la plataforma (318.30-7ma), ni en el trampolín (244.90 en preliminares, y 192.90 en la definición-12ma).
Está convencida de que esa última imagen la borrará tanto en el preolímpico como en Tokio.
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